Esta semana (la del 17-23 noviembre), tras dos meses, me han autorizado por fin poder pedir al demandadero todo, las infusiones de descanso, las algas (que parece que tienen propiedades que me vienen bien), algo más de herboristería para poder descansar al dormir, etc. Ya estaba la denuncia en mano del abogado y supongo eso les habrá hecho entender que no les iba a permitir entregarles el informe médico, que es confidencial y que sin embargo saben de memoria, por mis cartas y llamadas totalmente controladas.
Os cuento:
Ya he recibido 5 sesiones de quimio, hasta las 8 necesarias, que la última será en enero. Recién puesta la quimio intravenosa los efectos secundarios son cada vez mayores. Cada ciclo son 3 semanas. El primer día quimio, luego 15 días con pastillas y la 3º semana es de descanso del cuerpo, no tengo que tomar nada. En cada sesión que pasa, los efectos me resultan más agresivos y me duran un poco más. Dolor de estómago, nauseas, ganas de vomitar, sensibilidad extrema al frío, cansancio e insomnio. Los dolores de estómago, nauseas y algo de insomnio se minorizan en parte a base de pastillas que el mismo hospital me proporciona y aquí tomo valeriana. El frío, forrándome de ropa y solo tocando con guantes la bandeja de comida, latas, agua fría, por el efecto “clavar agujas” que si no, me da el tocarlos. Y recuerdo que llega el invierno y en este “hotel” no hay calefacción.
Así que decidí hace unos meses pedir por el demandadero ciertos productos no perecederos que me son beneficiosos y aconsejables dada mi enfermedad. Allá en el verano hice la petición, con la recomendación y autorización médica. Me los trajeron sin problemas. En septiembre volví a solicitar un nuevo demandadero y ahí me llegó la “sorpresa”. Según la persona encargada de las compras, no podía traerme lo pedido pues le habían indicado (y así lo pone en la instancia negada que me devolvieron en octubre) que “Las autorizaciones son competencia de la oficina de seguridad del Centro Penitenciario”. Y añadió que para autorizarme algo, querían un informe médico. ¡¡¿Cómo?!!. ¿A estas alturas no saben qué es lo que me ha sucedido y con qué clase de tratamiento estoy?. Hablé con el Servicio Médico de aquí y tomé la decisión de no entregar más que un informe realizado por la médica que me atiende, en el que se indicaba que dada mi situación clínica actual y mi patología se hacía recomendable la compra de esos productos. La respuesta de Seguridad me dice a ver si no pueden entregarme un informe más detallado…
No. Me negué en rotundo. Mi informe médico es confidencial, y si a estas alturas vienen con esas historias es que aquí no estamos hablando de seguridad ni de cuestiones que usan para denegar cosas elementales o necesarias como en mi caso. Una vez más viene a mi cabeza el plan sistemático de aniquilar a lxs presxs políticxs, y que hace unos meses logró su objetivo arrebatándonos a nuestra querida Isabel Aparicio en la cárcel de Zuera. Así que decidí que si se niegan a autorizarme los productos, prefería quedarme sin ellos antes que entregarles mi informe médico, que saben, pues todas mis cartas, llamadas telefónicas y visitas están intervenidas. Solicité hablar con el subdirector de seguridad, no ha venido.
Yo me encuentro animada y dispuesta a seguir peleando y superar todo esto pero las condiciones son nefastas para llevar un tratamiento de quimioterapia en la cárcel. Pero me queda mucha guerra que dar y pienso ganar esta batalla.
Mi ama está ingresada y operada por urgencias. Me quedo sin llamadas, y para autorizarme dos números para llamada de urgencia, me han dado de baja otros dos números de los que llamo siempre.