Cartas desde prisión:
Santiago Rodríguez Muñoz
Cárcel de Jaén. 7 junio 2015
“…Ha pasado un año ya, como dices, del asesinato en prisión de Isabel Aparicio, una mujer extraordinaria. Lamentablemente, otros camaradas se encuentran en grave riesgo, con la salud muy quebrantada tras décadas de lucha a sus espaldas. Su lealtad inquebrantable hacia la clase trabajadora de nuestro país y la defensa cerrada, a contracorriente, de los principios comunistas, les ha convertido en blanco del odio patológico de los instrumentos de terror del capitalismo español.
Pasan los lustros y en este sentido todo sigue igual, como comentas.
Acerca del inmovilismo de la clase dominante española, siempre fiel a sus orígenes fascistas, el escritor Isaac Rosa emite una opinión similar en “cuentas pendientes”, artículo publicado en el suplemento cultural del periódico “El País”. Allí dice que los abusos policiales, la tortura, la corrupción política y empresarial, el nacionalcatolicismo, los privilegios de la Iglesia católica, la monarquía, las bases norteamericanas, la criminalización de la disidencia… y hasta las cacerías y monterías berlanguianas donde se siguen cerrando negocios, no solo no han persistido sino que se han consolidado en democracia. Y remata con una verdad inapelable: “En las fosas comunes hay cadáveres que han pasado enterrados más años ya en democracia que en dictadura”
Mucha gente tiene cierta conciencia de que el engendro seudodemocrático supuso la continuación bajo otras formas del mismo régimen fascista, que desnuda hoy algunas de sus vergüenzas a la vista de todos. Pero no basta con eso. Es necesario ponerlo todo en relación, comprender que el reparto del botín saqueado a los trabajadores guarda correspondencia con los abusos policiales y la tortura, porque trabajo forzado semiesclavo y látigo policiaco van siempre de la mano; que los mismos que niegan el derecho de autodeterminación a las nacionalidades oprimidas en nuestro país, ceden el territorio nacional para que una potencia agresiva extranjera cuente con bases militares; que la existencia de decenas de miles de republicanos asesinados en cunetas y fosas comunes encuentra su complemento natural en nuestros días con el enterramiento de por vida de los presos políticos, que tomaron en sus manos la bandera de la lucha antifascista de aquellos… Que en fin, negocios, cacerías y francachelas, nacionalcatolicismo, corrupción y criminalización de la disidencia conforman un todo único e indivisible.
Hay que señalar que el régimen político y económico instaurado en España en 1939, con toda su secuela de inmoralidad característica, terribles lacras, corrupción y barbarie criminal, ha fabricado de un día para otro, nuevos valedores institucionales. Y así, tras el reetiquetado de las viejas mercancías para hacerlas pasar por novedosas, han irrumpido los partidos de la “nueva política”, inspirado en realidad por el viejo reformismo ramplón de toda la vida. Estos adalides del cambio pretenden hacernos creer, al igual que los demagogos que les precedieron, que es posible solucionar los problemas en sus consecuencias, sin alterar las causas que los originan. Pero algún día todos estos farsantes, que persiguen gobernar el cambio, serán ellos mismos gobernados por el cambio verdadero y entonces sí, se abrirá el camino de las soluciones reales.
Me mantienes al tanto de la vida rural, con asuntos de interés. Como el de la problemática de los lobos, con la que estoy familiarizado, el imaginario de mi infancia está poblado por las historias que sobre ellos me contaba mi padre, sobre su astucia mítica y sus andanzas en los confines de la Montaña central, comarca de donde es oriunda mi familia paterna. Y por supuesto, con las hazañas protagonizadas por mastines leoneses, en sus combates a muerte contra ellos. No me cuesta mucho recordar con gran detalle la presencia impotente de esos perrazos, tantas veces visto, protegidos sus cuellos por carlancas, gruesos collares de cuero erizados de clavos punzantes.
Desconozco las cifras actuales, pero durante mucho tiempo la provincia de León concentró a una cuarto de la población lobera total (con cifras parecidas a las de Zamora), unos 500 individuos, después de su recuperación numérica a raíz del importante trabajo realizado por el naturalista Félix Rodríguez de la Fuente en los años 70, cuando logró que fuese declarada especia de caza mayor. Puede parecer paradójico que el considerarle especie cinegética salvase al lobo ibérico de su extinción, pero así fue, por que estableció límites a su persecución. Antes estaba catalogado como alimaña, animal perjudicial para el hombre, y podía dárseles muerte en todo momento y circunstancia, teniendo incluso puesto un precio por sus cabezas que percibían generalmente los alimañeros sin reparar en medios (cepos, batidas, venenos…). Tras su recuperación, fue expandiéndose nuevamente hacia el sur. Es un animal social muy inteligente, con un enorme sentido cooperativo, que cuenta con numerosos recursos adaptativos.
En el artículo que me has enviado se propone la promoción del “turismo lobero”, como argumento económico que justifique la conservación de la especie, en la más pura lógica coste-beneficio propio del capitalismo. La trampa aquí siempre reside en qué tipo de parámetro se cuantifican económicamente, como se discierne entre lo tangible y lo intangible. De cualquier forma, es posible que sea una solución adecuada en el momento actual, dada la catastrófica gestión de la Junta de Castilla y León. Hoy día la cabaña ganadera es minúscula en comparación a otras épocas y siguen en el mismo racaneo en el pago de compensaciones, verdadera calderilla que no merece ni el menor interés en materia de pelotazos.
Habría que compensar a los ganaderos adoptando medidas preventivas y paliativas, incluso en los casos en que se sabe a ciencia cierta que los ataque son producidos por cimarrones, grupo de perros asilvestrados muy agresivos. El lobo constituye un preciado tesoro de nuestros ecosistemas cuya existencia no debe medirse en términos mercantiles. Es una especie magnífica que ocupa la cima de la cadena alimentaria en la península ibérica, al lado de otras tres señeras que también lo son: el oso y las dos grandes águilas. Un patrimonio natural único en toda la Europa Occidental.