Desde Botafuegos-Cádiz
2 de octubre de 2016
“…Recibí tu carta de septiembre y aquí te pongo unas letras. Sobre el tema de tu tierra que comentas, yo, personalmente tengo una sensación extraña respecto a las declaraciones, los plazos, los tiempos… y la voluntad real de llevar o no el proceso independentista hasta el final, hasta sus últimas consecuencias. Y no estoy hablando de lanzar una insurrección ni nada semejante en estos momentos, sino de seguir o no desarrollando y profundizando el proceso en los parámetros de movilización que fueron asumidos por las principales fuerzas independentistas.
La cuestión es que los de la antigua CiU, y en parte ERC también, no acaban de hablar claro y explicarle a la gente que el Estado fascista español nunca va a aceptar la independencia de una parte de su territorio de forma pacífica y democrática, por mucho clamor atronador popular que haya a su favor. Y esto, precisamente, porque son lo más opuesto, la antítesis, a la “democracia”, incluso en términos formalistas y burgueses.
Los fascistas no ganaron la guerra para perder ahora la “paz”… Están dispuestos a todo, sí, a todo, para asegurarse el control sobre su Estado y su unidad. Por eso mismo, me produce una sensación de irrealidad oír a Puigdemont poner fecha definitiva para el año que viene a un referéndum plebiscitario vinculante por la independencia…
Es imposible, insisto, que se crean que el Estado fascista español vaya a permanecer de brazos cruzados, inactivo, ante semejante desafío. Saben de sobra que eso no lo van a permitir los fachosos. De ahí que no deje de sorprenderme esta política del avestruz, de ocultar la desagradable realidad a fin de evitar verse confrontados con ella. Quizás teman que el admitir que la amenaza represiva es muy real y probable pueda ejercer un cierto efecto desmovilizador, pero me temo que buena parte de todo este deliberado confusionismo se deba a que los de CiU aun siguen sopesando, calculando, si seguir adelante o dar marcha atrás si las cosas se complican en exceso. ¿Alguien mínimamente sensato puede acaso dudar de que surgirán en ese camino tremendos obstáculos en forma de procesos judiciales, detenciones, encarcelamientos, inhabilitación y despidos de funcionarios públicos, etc.? La cuestión es si los de la antigua CiU y la cúpula de ERC están dispuestos o no a correr el riesgo en vista de cómo está el panorama estatal y el internacional. Sinceramente, tengo muchas dudas respecto a qué postura y línea de actuación van a adoptar y a mantener a medio plazo.
Sobre lo que comentas de las CUP en el sentido de que podrían presionar un poco más, tampoco tengo mucha información de allí (cosas del aislamiento que imponen estos muros) aunque supongo que si tú tienes esa impresión habrá algún motivo para ello. Imagino que al ser un movimiento muy amplio, bastante heterogéneo, el carácter de las organizaciones locales variará mucho de una localidad a otra, dependiendo de la composición de la militancia en cada caso. Es posible que pudiesen presionar algo más, aunque tampoco tengo suficiente información como para opinar a ese respecto. De todas formas, los llamamientos a las otras fuerzas independentistas para desarrollar una amplia campaña de desobediencia civil parece que han caído, como suele decirse, en saco roto y no han encontrado ningún eco favorable. Debe de ser porque la “desobediencia” marca la línea en la que la represión, más o menos selectiva, empieza a actuar automáticamente. Una campaña política y sostenida en ese sentido implica chocar con el muro de la represión… detenciones y encarcelamientos de los desobedientes llegado el caso. A día de hoy no veo a ERC y a la antigua CiU dispuestos a secundar una campaña semejante.
En mi opinión, si se pudiese mantener en el tiempo una campaña así de amplia desobediencia a las instituciones y tribunales estatales les generaría graves complicaciones políticas a los fachosos y su régimen. También es cierto que al movimiento popular le supondría un cierto desgaste el mantenerla, aunque podría compensarlo mediante la acumulación de nuevas fuerzas.
Ya veremos cómo evoluciona todo. Ahora que, como era previsible, el PsoE está dispuesto a dar estabilidad al gobierno de PP-C’s, la maquinaria estatal cogerá impulso para lanzarse sobre el proceso independentista catalán. Es solo cuestión de tiempo que los mecanismos represivos se aceleren.
En cuanto a la alegre muchachada podemita y el barco de Ada Colau, me reafirmo en que son el escudo del Estado fascista español frente al independentismo. Son la última coartada ideológica anti-independencia desde una aparente pose de “izquierdas”. Siempre blanqueándole la cara al régimen y ocultando su carácter fascista y sus numerosos crímenes. Ese supuesto “derecho a decidir” quedará siempre sin concretar y sin buscarle una fórmula para articularlo de forma efectiva. De lo que se trata es de hacerle ganar tiempo al Estado e irlo aplazando indefinidamente.
En realidad, se parece al “federalismo” de los socialfascistas del PsoE en que no se concreta para nada sus contenidos ni su aplicación práctica.
Cambiando de tema. Me he reído bastante con las cuchilladas internas del PsoE… No lo puedo evitar… Aún recuerdo los gobiernos del GALoso González y cómo arrasaron con el movimiento obrero y popular con las reconversiones industriales, el cierre masivo de empresas y una represión salvaje para imponerlas en la calle. Así que he disfrutado del espectáculo como un enano. Les va a costar un tiempo poner orden en semejante berenjenal.
Acabo con lo que me comentas en tu carta. Sí, fue con 17 añitos cuando empecé a interesarme por cuestiones políticas y a participar en diferentes luchas del movimiento juvenil de aquella época (insumisión, antifascismo, okupaciones, etc.). La militancia política organizada llegó un poco más tarde, a comienzos de los 90. (…)
Ya me contarás cómo llevas lo de las lecturas. Cuando de joven empecé a leer y a estudiar en plan autodidacta encontré en una librería de viejo varias obras clásicas de Lenin y me decía, ¡joder, gracias a este tío empiezo a tener claves para entender el mundo en el que vivo! Como te digo, autodidacta, pues de aquellas no tenía la suerte de tener al lado nadie que me hiciese recomendaciones “literarias”.
Un abrazo cargado de resistencia. ¡Por el comunismo! ¡Venceremos!