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Olga Benario
Comunista alemana.
Ingresó en la Liga Juvenil Comunista de Alemania en 1923, en Münich, cuando tenía quince años.
Ya en Berlín Olga Benario se destacó en las luchas callejeras contra las milicias nazis, hasta que ella y Otto Braun fueron detenidos. Aunque ella fue liberada, Braun no, siendo acusado de traición a la patria. Olga Benario, en 1928, encabezó una operación armada para liberar a Otto Braun del tribunal que lo juzgaba por traición. La represión que se desató contra ellos les obligó a exiliarse a la Unión Soviética.
Olga Benario integró la Mesa Directiva del V Congreso de la Internacional Juvenil Comunista. Como miembro de la Internacional Comunista realizó diversas tareas de organización en Alemania, Francia e Italia durante 1931. También trabajó en el Estado Mayor del Ejército Rojo participando en cursos de pilotaje y paracaidismo.
En 1934 viajó a Brasil, para apoyar al Partido Comunista de Brasil en la preparación de la revolución. Tras el fracaso del movimiento insurreccional de 1935 pasó a la clandestinidad.
Olga Benario fue detenida en 1936, estando embarazada, y entregada por el régimen de Gertulio Vargas a la Alemania nazi.
Una vez en Alemania primero fue encarcelada por la Gestapo en la prisión de mujeres de Barnimstrasse, donde nació su hija, Anita, que por ser considerada brasileña, pudo ser reclamada. Posteriormente Benario fue transferida al campo de concentración de Lichtenburg y luego al de Ravensbruck. En febrero de 1942 fue enviada al campo de exterminio de Bernburg y asesinada en la cámara de gas el 23 de abril de 1942.
En la última carta que Olga Benario le escribió a Carlos Prestes y a su hija se despide de ellos, con la certeza de que le quedaba poco tiempo de vida:
“Es precisamente por eso por lo que me esfuerzo para despedirme de ti ahora, para no tener que hacerlo en las últimas y difíciles horas. Después de esta noche, quiero vivir en este futuro tan pronto como pueda. Desde que me enteré, querida, como es la fuerza de voluntad, sobre todo si emana de fuentes como la nuestra, es inmensa. Lucho y luché, por lo justo, por lo bueno y lo mejor del mundo. Te prometo que ahora, para decir adiós, hasta el último minuto no tendrás nada de que avergonzarte de mí. Queridos, quiero que me entiendan bien: que me prepare para la muerte no significa que me estoy rindiendo, pero sabré cómo luchar contra ella cuando llegue. Pero, sin embargo, todavía pueden pasar tántas cosas… Hasta el último momento me mantendré fuerte y sintiéndome como la vida. Ahora vayan a dormir para ser más fuertes mañana. Besos. Olga”.
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Frase
Celestino Alfonso
(rojo español, miembro del destacamento de Manouchian)
“Considero que todo obrero consciente debe, allá donde esté, defender a su clase”