Otro preso político asesinado en la cárcel
Kepa del Hoyo Hernández, preso político de Galdakao, de 46 años de edad y que llevaba encarcelado 19 años, murió ayer lunes en la prisión de Badajoz, parece ser que por una parada respiratoria tras sufrir un infarto al corazón.
Kepa del Hoyo, llevaba preso desde 1998, y siempre se ha encontrado dispersado de su pueblo y familiares en cárceles a 1.500 km. de viaje. La dispersión, ese arma de guerra sucia del Estado contra la disidencia política.
En 2002 fue agredido en la misma cárcel de Badajoz por un carcelero.
Kepa tiene un hijo, Peru, que tenía mes y medio cuando fue encarcelado. En un reportaje de Zazpika el año pasado, su hijo declaraba sobre la política de dispersión penitenciaria aplicada a los presos políticos en relación a su padre:
«Con los kilómetros que he hecho a Badajoz, ha sido como darle veintitantas vueltas al mundo. Solo he estado en Portugal, Granada, Torrevieja y poco más. ¡Joer, con esos kilómetros podría haber visto Australia o el Amazonas!». Cuando cumplí 18 años, me dijo un funcionario aquello de ‘¡ay, cómo has crecido! ¡Si te conozco desde que eras así de pequeño!’ Y yo a eso no le puedo ver su lado positivo, porque, le dije, ‘Yo no me alegro de verte’».
Ayer a la tarde ya se celebraron concentraciones en su recuerdo en varios puntos de Euskal Herria. Numerosísimas pancartas, pintadas, carteles, denunciaron además su muerte en prisión debido a la política asesina de dispersión.
Kepa, gogoan zaitugu!