LA TORTURA
“LA QUESTION”, o lo que en castellano ha venido a llamarse “LA TORTURA”, premio especial del jurado de San Sebastián, no es sino una tercera obra sobre la revolución argelina. “Crónica de los años de la brasa” y sin lugar a duda, la magnífica “La batalla de Argel”, son las otras dos que dieron a conocer al público sobre la liberación de un pueblo colonizado, lo que cinematográficamente era posible.
“La Tortura” engarza los hechos revolucionarios de masas muy de pasada para tomar como bandera la denuncia de los métodos empleados por el ejército invasor e imperialista francés. En este caso, las personas receptoras de la represión son precisamente las de origen europeo que no veían en Argelia una continuación de Francia, como si el Mediterráneo no fuese otra cosa que un río caudaloso.
La acción concreta se centra en dos amigos, un profesor de Universidad, Maurice Oudinot, y el director del periódico “Argel Démocratique”, Henri Charlegue. Ambos son detenidos y torturados por los paracaidistas franceses, a resultas de los cual muere el primero y pasa toda clase de martirios el segundo sin que consigan obtener información alguna.
El ejército colonialista trata de mantener en silencio los secuestros y torturas que lleva a cabo. Con el periodista tienen que acabar por pasarlo a prisión después de haber superado más de un mes de sesiones de tortura.
Entonces llega el gran aislamiento, el cerco burocrático, el oscurantismo estatal que quiere acallarlo en una mazmorra perdida.
Pero Charlegue escribe su historia y consigue que llegue al exterior.
En febrero de 1958 es editado en París un libro que escandaliza y mueve a la opinión pública francesa e internacional. Comienza entonces el enfrentamiento de Charlegue, apoyado por el movimiento popular, contra el aparato del Estado francés, el cual llega, en 1970, a condenarlo a 10 años de prisión por “atentar contra la seguridad del Estado”, y se le acusa de estar implicado en la “desaparición” de Oudinot, su amigo, asesinado por los propios paracaidistas. En unos meses es trasladado a Francia, y allí consigue fugarse apoyado desde fuera por sus amigos.
La película demuestra, una vez más, que no es necesario elucubrar historias en una buhardilla del barrio viejo de la gran ciudad, sino que la realidad cotidiana nos da todos los elementos necesarios para hacer una buena obra.
Henri Alleg, auténtico protagonista en la realidad, es un comunista nacido en Londres, en 1920 que padece la clandestinidad, primero en Inglaterra y luego en Argelia. Dirige el periódico comunista “Jeune Algérie”. Dirige el “Argel Republicain” bajo el lema “la verdad, nada más que la verdad, pero no toda la verdad”, por no poder decirla, hasta su prohibición y cierre en 1955. Escribe los libros “La Question” y “Prisonnier de Guerre”. En 1962 vuelve a Argelia y reedita “Alger Republicain” hasta su fusión con “El Moudjahid”. En 1971 ingresa en “L’humanité” como encargado de reportajes y editorialistas siendo desde 1976 su secretario general.
“La question”, en libro y película, muy recomendable.
En: Área Crítica