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Patrice Lumumba
Dirigente revolucionario africano y primer Presidente de la República Democrática del Congo tras su independencia de Bélgica.
En 1958 fundó el Movimiento Nacional Congoleño que consiguió agrupar a la mayoría de las fuerzas progresistas tras superar las diferencia tribales y regionales para la lucha por la independencia, pero la reacción de los colonialistas belgas no se hizo esperar, Patrice Lumumba y otros mientras del MNC fueron detenidos y encarcelados bajo la acusación de sedición. En 1960 fueron liberados gracias a las movilizaciones populares.
Viajó a Bélgica para negociar la independencia que se alcanzó el 30 de junio de 1960. Durante la campaña electoral, Patrice Lumumba se declaró comunista y esta postura le valió el apoyo de los trabajadores que le otorgaron la victoria en las urnas en mayo de 1960. En el acto de declaración de independencia al que asistió el rey Leopoldo I de Bélgica como representante de la potencia imperialista, Lumumba puso de manifiesto que la independencia no iba a ser formal sino total y que alcanzaría tanto al ámbito político como económico. Desde ese mismo momento firmó su sentencia de muerte. Los imperialistas comprendieron que iban a perder una de las zonas con mayor concentración de minerales estratégicos, imprescindibles para la industria capitalista.
Inmediatamente, con el apoyo de las élites congoleñas que permanecían fieles a sus amos colonialistas, desplegaron una campaña desestabilizadora que se concretó en la declaración de independencia de la región de Katanga, donde se concentraban las principales reservas mineras. Su objetivo era dividir al país y repartírselo. Patrice Lumumba y los suyos eran el obstáculo y había que acabar con ellos a toda costa.
Las tropas belgas se negaron a evacuar el país, y continuaron apoyando la secesión de Katanga. La ONU envió tropas que propiciaron el acoso y derribo de Lumumba. El 14 de septiembre, nueve días después de la destitución de Lumumba, el coronel Joseph Mobutu, jefe del ejército, se hizo con el control político de la capital, desató una ola de represión contra las organizaciones políticas y expulsó a los técnicos soviéticos. Pero P. Lumumba seguía vivo y, con él, la esperanza para el pueblo congoleño.
El 10 de octubre, el ejército y las tropas de la ONU le detuvieron, pero Lumumba logró escapar. Fue detenido de nuevo el 2 de diciembre por el Ejército. Lo llevaron primero a Kinshasa donde lo exhibieron ante los periodistas y diplomáticos. Durante el mes siguiente lo fueron pasando de un grupo títere a otro para que lo golpearan y torturaran hasta que fue fusilado el 17 de enero de 1961 por un pelotón de mercenarios.