Torturas:
Marca España
-Las fotografías que muestran la salvaje tortura a la que fue sometida Amparo Arangoa (25 años) durante un interrogatorio en el cuartel de Tolosa y que dieron la vuelta al mundo en aquel momento.
En abril de 1976, la Guardia Civil detuvo a Amparo Arangoa. En ocho horas la habían destrozado. El parte médico indicó que presentaba “hematomas por todo el cuerpo, de gran profundidad en la región glútea, con posible bloqueo intestinal y renal y choque traumático».
-¿Es lógico que una persona que no sabe nadar se lance a un río con las manos esposadas??
Zabalza fue “crucificado” a una puerta, con sus tobillos y muñecas sujetas con argollas. La puerta fue inclinada repetidas veces sobre la bañera, hasta introducir cada vez en ella la cabeza del detenido.
Tal y como lo habían previsto, los pulmones de Mikel Zabalza estaban encharcados con el agua de un río. Pero no del río por el que dicen que trató de escaparse, no, sino del río donde a buen seguro le interrogaron un poco antes o un poco después que a mí, con tanta saña y sadismo que lo acabaron ahogando.
Mataron a Zabalza en el cuartel de Intxaurrondo, mientras los agentes lo torturaban en la bañera. Y después de ahogarlo, le inyectaron agua del Bidasoa.
Ningún guardia civil ha sido condenado por la desaparición y muerte de Mikel Zabalza ni por las torturas que infligieron a las otras personas detenidas en aquella siniestra operación.
-Autoridades españolas y jueces actúan casi siempre como una sola voz. He aquí el caso de Unai Romano, cuya estremecedora fotografía no fue obstáculo para que el juez dejara abierta la posibilidad de emprender acciones legales contra él. Una vez que los guardia civiles a los que acusó de haberle torturado fueron exculpados, él mismo fue demandado. El mensaje que se trasmite a las víctimas es claro: hasta en casos como el de Romano, la denuncia de tortura puede salir cara.
Otro caso, es el del alcalde del municipio nabarro de Arre, Angel Mangado, torturado en 1985. Tras su arresto fue sometido al «quirófano», «la bolsa», andar de cuclillas mientras era golpeado con un listín telefónico en la cabeza, patadas en los genitales…
Una vez en la Audiencia Nacional Mangado denunció las torturas sufridas en la comisaría de Iruñea. Y un año después era condenado a seis meses y un día de prisión menor como «autor responsable de calumnias a Clases del Estado por escrito y con publicidad». Recibió, además, numerosas amenazas de muerte, tanto por correo como por teléfono.
También el caso de Ibon Meñika, detenido el 18 de abril de 2006 en un control de la Guardia Civil relató haber sufrido golpes en la cabeza y los testículos, presión en los genitales, gritos continuos, tirones de pelo, obligación de hacer ejercicios físicos, amenazas e imposibilidad de dormir…
La sentencia negó toda credibilidad a la denuncia de torturas de Meñika y, tras afirmar que éste había mentido, ordenó librar testimonio del juicio y la sentencia «por si Ibon Meñika hubiere cometido un delito de denuncia falsa».
Las denuncias de tortura no han servido para investigarlas, sino para ir contra quienes han denunciado su práctica.
(Info recogida del facebook de una lectora de PreS.O.S.)
-José España Vivas, militante del PCE(r)
Torturado hasta la muerte en la D.G.S. el 6 de agosto de 1980
Vecino de Alcalá de Henares, Madrid, militante del PCE(r), José España fue detenido el 5 de agosto y torturado hasta la muerte en las mazmorras de la DGS en la tarde del 6 de agosto de 1980.
El mismo día de su brutal asesinato, el miércoles 6 de agosto de 1980, ABC publicaba un editorial con el título Penas adecuadas al terrorismo donde proponía la implantación de la pena de muerte para acabar con la peste terrorista.
Dicho y hecho. Unas pocas horas después de este llamamiento a la guerra sucia, este militante comunista era reventado a golpes.
Tenía 25 años y era presidente de la Asociación de Vecinos de Alcalá de Henares. Su cuerpo fue entregado en un ataúd sellado, para que no se conocieran las brutales torturas. Nadie fue juzgado.
En los días posteriores al asesinato de José España, la policía había torturado de tal manera a Isabel Llaquet, dirigente del PCE(r), que tuvieron que parar pues casi se les va de las manos. Mientras estaba casi insconciente de los golpes, un miembro de la Brigada de Información le dijo: Cuando un burro mea, a otro le da ganas, refiriéndose a la muerte de José España.
En 1981, en el aniversario de su asesinato, la Asociación de Vecinos de Alcalá de Henares editó una octavilla en su recuerdo. Varios miembros de dicha agrupación vecinal fueron procesados por dicho homenaje.
-El Tribunal Europeo de Derechos Humanos condena a España por torturar a dos detenidos
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha condenado a España por el “trato inhumano y degradante” de la Guardia Civil a los detenidos Igor Portu Juanenea y Martín Sarasola Yarzabal. Tres de los siete magistrados calificaron los hechos como «torturas».
También condena a España por no investigar las denuncias de los detenidos.
Los dos detenidos, que cumplen condena en las prisiones de Córdoba y Jaén, fueron detenidos en Euskadi el 30 de diciembre de 2006 y sometidos a incomunicación. Varios informes médicos constataron diversas lesiones. Portu necesitó atención médica durante 27 días y Sarasola, 14.
El fallo concluye que España vulneró la prohibición de tratos inhumanos o degradantes en su aspecto material (el maltrato en sí) y procesal (no investigarlo), que recoge el Convenio Europeo de Derechos Humanos.
Es la novena vez que este Tribunal condena a España por no investigar de manera diligente denuncias de torturas por parte de los detenidos.
Tres de los siete miembros de la Sala, no obstante, emitieron un voto particular en el que calificaron los hechos como torturas. Según el fallo del Tribunal de Estrasburgo, las lesiones «están suficientemente demostradas», se produjeron cuando «estaban en manos de la Guardia Civil» y su existencia «no ha sido negada ni por el Tribunal Supremo ni por el Gobierno (español)».
El Tribunal señala que «la responsabilidad debe ser imputada al Estado» y cuatro de los siete jueces de la Sala Tercera votaron a favor de que el Estado indemnice a los dos torturados, Igor Portu Juanenea y Martín Sarasola Yarzabal, con 30.000 y 20.000 euros, respectivamente, por daños morales.
Los dos detenidos denunciaron que en el traslado hasta el cuartel de Intxaurrondo recibieron «patadas y golpes» y posteriormente «fueron golpeados por agentes de inteligencia». Tras ser examinados al día siguiente por dos médicos forenses, Portu fue hospitalizado y Sarasola conducido a Madrid y puesto en detención incomunicada.
La Audiencia Provincial de Guipúzcoa condenó en 2010 a cuatro agentes de la Guardia Civil a diferentes penas «por delitos de torturas graves», que el Tribunal Supremo anuló un año después.
En:
Muro de denuncia de la tortura:
-Concentración contra la tortura, en Donostia.
-Concentración contra la tortura, en Gasteiz.
-Concentración contra la tortura, en Bilbo.
-Pancarta contra la tortura, en Etxarri.
-Pancarta contra la tortura, en Bilbo.
-Cartelada contra la tortura, en la Sakana, y llamando a concentración el 13 F.