Memoria Histórica:
Herrera de la Mancha: una historia de exterminio penitenciario
Artículo publicado en el periódico El Otro País, nº 85, febrero de 2018
Hace cerca de 40 años que fue puesta en marcha la prisión de Herrera de la Mancha. Fue considerada como prototipo de cárcel de exterminio y “laboratorio penitenciario contrainsurgente”. Es el tipo de cárcel mas representativa de la falsa democracia imperante en el Estado monárquico español.
Siguiendo los pasos de las cárceles de exterminio alemanas
Herrera de la Mancha fue construida en los años 70 siguiendo el modelo de la cárcel de Stanheim de la República Federal de Alemania. Aquella cárcel alemana, a la que siguieron bastantes más en ese país se estrenó con el asesinato de varios dirigentes de la organización revolucionaria alemana “Fracción del Ejército Rojo”. Tanto la prisión de Stanheim como la de Herrera de la Mancha inauguraron en Europa occidental el prototipo de cárceles de máxima seguridad. El aislamiento de los presos y su control total tanto de día como de noche se combinaba con las torturas y los malos tratos de diverso tipo.
Esta clase de cárcel, como la de Herrera de la Mancha, inauguró también en España el estado de excepción permanente en el ámbito penitenciario con el que los funcionarios de prisiones, los diversos estamentos judiciales y los cuerpos policiales actuaban de manera combinada con total impunidad.
Una arquitectura para el exterminio
Partiendo de la política de exterminio con relación a los presos se excluyó en en este tipo de prisiones el sistema de construcción en galerías y, en su lugar, se crearon los módulos cuya estanqueidad multiplicaba el aislamiento de cada preso y acrecentaba su control.
Junto al sistema de módulos como instrumentos represores están también las propias celdas de dimensiones bastante reducidas, con doble puerta donde a una primera se añadía otra de gruesos barrotes conocida popularmente como “el cangrejo”. En la ventana a las habituales rejas se suma una tela metálica que merma la visión del exterior. Junto a una mesa pequeña metálica sólo existe un banco del mismo material sin respaldo que agrava las malas condiciones con que se trabaja sobre ella. Estamos, en definitiva, en presencia de verdaderas celdas de castigo.
Esta arquitectura para el exterminio no contenía, a su vez, ni una sola zona con vegetación convirtiendo el ámbito de vida del preso en un mundo de hierro y de cemento armado, nunca mejor dicho.
También hay que indicar que este sistema modular y las numerosas medidas de control y aislamiento sirven también para impedir, o por los menos obstaculizar en gran medida, las luchas reivindicativas de los presos y la colaboración entre ellos.
La primera batalla contra el exterminio en esta prisión
En enero de 1980 inauguraron esta prisión decenas de presos políticos del PCE(r) y de los Grapo que habían sido trasladados desde las cárceles de Soria y Zamora en represalia por la histórica fuga de cinco dirigentes de ambas organizaciones de esta última.
Desde el primer día de su llegada a Herrera de la Mancha, este colectivo fue sometido a todo tipo de torturas y abusos diversos en medio de un aislamiento total. Frente a esta política represiva, estos presos políticos se declararon en huelga de hambre indefinida a causa de la cual falleció el militante comunista Juan José Crespo Galende.
La movilización popular que se levantó ante este crimen de Estado, la firme determinación de estos presos para proseguir la lucha y la extensión de la solidaridad activa en la calle consiguieron finalmente que el Gobierno aceptara sus reivindicaciones exigidas.
La política de exterminio centrada en este caso dentro de Herrera de la Mancha, había sido derrotada por primera vez. La lucha combinada de los presos políticos con sus familiares y amigos en la calle indicaban el camino a seguir no solo en relación a Herrera de la Mancha sino en el resto de las prisiones españolas.
La larga historia de exterminio penitenciario
La política represiva penitenciaria en Herrera de la Mancha, a pesar de esta importante derrota, continuaría en los años posteriores con mayor o menor intensidad manteniéndose como uno de los centros penitenciarios de exterminio más representativos., afectando tanto a los presos políticos como a los miles de reclusos sociales que han pasado por esta prisión.
Las denuncias sobre torturas, malos tratos y abusos de diversos tipo, unido a la falta de unas condiciones básicas de vida, empezando por las sanitarias, han ido engrosando sin cesar la historia represiva de esta prisión. La inmensa mayoría, por no decir la totalidad, de estas denuncias jamás prosperaron ante los organismos judiciales.
Por otra parte, sobra extenderse a estas alturas en la clamorosa realidad mediante la cual los medios de comunicación al servicio del Estado han guardado un hermético silencio sobre lo sucedido en Herrera de la Mancha. Otro tanto hay que decir sobre los partidos parlamentarios y los sindicatos oficialistas que han ido consintiendo y encubriendo la política represiva aplicada en la prisión de Herrera así como la aplicada en todas las cárceles. No en vano estos partidos y sindicatos han venido aprobando, década tras década, unos códigos penales, decretos, etc, cada vez más represivos en diversos campos.
La única alternativa
Una larga experiencia nos ha demostrado que la lucha organizada y combinada entre el conjunto de los presos políticos y sociales, junto a la lucha en la calle, es la única forma capaz de frenar la represión en las cárceles y lograr que se respeten la dignidad y los derechos de todos los presos.
Y como perspectiva de las luchas a generar en relación a la prisión de Herrera de la Mancha, todos tenemos un objetivo pendiente; su completa demolición.
yo estube y puedo contarlo, muchos salieron mal parado, yo gracias a mi fuerza mental pude sobre vivir a tantas y tantas barbaridad y cruel sadismo que estos carceleros torturadores dia y noche nos hace pasar a los presos, yo lo vivi y puedo contarlo año 1981 y 1982