El Mono Azul, la Hoja de la Alianza de Intelectuales Antifascistas que inundó los frentes de batalla.

Portada de un número de la Hoja semanal de El Mono Azul.

1931-1939. Pluma pincel palabra. Al servicio de la cultura popular

Agenda

El Mono Azul

Así describían sus impulsores la función de la revista El Mono Azul, en uno de sus primeros números:

«El Mono Azul no es la revista de la Alianza. Es una hoja volandera que quiere llevar a los frentes y traer de ellos el sentido claro, vivaz y fuerte de nuestra lucha antifascista».

En ella colaboraron los más destacados intelectuales del período, muchos de ellos componentes de la denominada Generación del 27. Entre ellos destacaron Arturo Cuadrado, Miguel Hernández, Lorenzo Varela, Antonio Aparicio, Vicente Aleixandre, Rafael Alberti, Manuel Altolaguirre, José Bergamín, María Teresa León, Luis Cernuda, Antonio Machado, Ramón J. Sender, Eduardo Ugarte y María Zambrano; y también Pablo Neruda, Vicente Huidobro, André Malraux o John Dos Passos.

El nombre de la revista fue tomado de la ropa de trabajo que utilizaban los obreros y que después se convirtió en símbolo de los milicianos que luchaban en los frentes de guerra.

El objetivo de esta publicación era llegar a los soldados y hacerles conscientes de su función en defensa de la República y la democracia frente al fascismo representado por los sublevados. Su contenido era muy variado, desde instrucción militar a la literaria o política. En muchas ocasiones, dado el nivel tan bajo de alfabetización, la revista era leída por algún soldado o suboficial para el resto de los miembros de la unidad.

Cartel anunciando la Hoja Semanal El Mono Azul de la A.I.A-f.

Entre sus secciones más leídas se encontraba en las páginas centrales, el Romancero de la Guerra Civil, donde se recopilaban los romances que enviaban desde todas partes del Estado español. El conjunto de los poemas publicados sería recogido más tarde por el poeta Rafael Alberti en su obra, Romancero General de la Guerra Española, cuya primera edición vio la luz en Buenos Aires en 1944.

La publicación duró prácticamente todo el período de la guerra, cuarenta y siete números en total, si bien sufrió diversos avatares. El fundamental fue que, en varias ocasiones, pasaba mucho tiempo entre un número y otro, dadas las dificultades de suministro y reparto, lo que se incrementó hacia el final de la guerra. También apareció acompañando al diario La Voz y Cuadernos de Madrid.

Cartel. (Un joven con gesto serio, detrás fábricas).

AGENDA.

Cartel histórico de las JJ.LL. de Cataluña.

-“Juventudes! El mundo que se aproxima será conforme a nuestra manera de Ser y Pensar”.

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