Pluma Pincel Palabra 1931-1939. Al servicio de la Cultura Popular
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El Altavoz del Frente
El Altavoz del Frente fue una organización dependiente de la Comisión de Agitación y Propaganda del PCE creada nada más iniciarse la guerra, en agosto de 1936, por el escritor peruano César Falcón. Llegó a agrupar a más de 200 artistas e intelectuales para llevar a los frentes de guerra actividades culturales. Una actividad que también se iría ampliando a la retaguardia con exposiciones, distribución de películas, publicaciones, teatro, emisiones de radio.
El Altavoz nació, según su creador, “con este único objetivo: una concreta tarea antifascista de agitación” y aspiraba a ser “un grito plural de arte al servicio de la propaganda”.
Estaba organizado en diversas secciones en función de las diferentes actividades que desarrollaron.
Entre sus actividades más destacadas estaba la creación de dos grupos de “Guerrillas de teatro” para representaciones en Frentes, hospitales, etc., un “Teatro de la Guerra”, que actuaba en el Teatro Lara y la sección de cine, dedicada a producir películas y reportajes sobre los acontecimientos de la guerra y de la revolución. En la Sección de Pintura y Dibujo, dirigida primero por Aníbal Tejada y después por Ramón Puyol, colaboraban Francisco Mateos, Bartolozzi, Garrán, Bardasano, Arribas, Loygorri, Sancha, Penagos y otros. Y en la de Escultura Victorio Macho, José Antonio (J.A. González Ballesteros), Gastelu, Almela, Barajas y Juan José Moreno (Cheché).
Además, como puede deducirse del nombre de la organización, entre sus actividades pusieron especial énfasis en hacer propaganda en las trincheras fascistas donde usaban megáfonos con una capacidad de transmitir sobre distancias de 5 km., montados en vehículos ligeros blindados. El lanzamiento de cohetes cargados de octavillas invitando a desertar a las tropas del ejército fascista, también fue practicado activamente.
Altavoz del Frente jugó también un papel importante en el envío de “camiones de arte” al Frente y en la organización de expediciones de dibujantes a las trincheras para tomar apuntes de la lucha y en el intento de configurar un Museo de la Revolución.