Pluma Pincel Palabra. 1931-1939. Al servicio de la Cultura Popular
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El Cartelismo: un Arte de Masas – I –
Fue en España, tras la URSS, donde esta manifestación artística se dio con mayor intensidad, tanto a nivel cuantitativo -se distribuyeron miles de carteles- como de la calidad de los mismos. Sus antecedentes a nivel artístico hay que buscarlos en el cartel soviético que renovó las formas expresivas del arte del siglo XX; otro punto de referencia fue John Heartfield, con sus fotomontajes contra el nazismo.
A través de los carteles se propagaban proclamas, consignas, se elevaba la moral de los combatientes y de la población, poblaron calles, edificios oficiales, escuelas, hospitales, centros de salud. El cartelismo es el arte popular por antonomasia, está ligado al proceso industrial donde no hay cabida para el concepto de “obra única”, y sus destinatarios son las masas populares y aquí es donde se dio una simbiosis entre la ideología, la forma plástica en que se plasmó y las necesidades del momento, de ahí la popularidad de los carteles. El cartelismo consiguió expresar el sentir de la causa popular y la necesidad de luchar contra el fascismo, por lo que la identificación de la población con los carteles fue muy intensa. Los carteles de la guerra fueron la expresión del combate colectivo, de sus razones y objetivos, constituyeron un instrumento eficaz para la difusión de consignas a todos los rincones y un elemento de identificación con la propia lucha.
¿Quiénes fueron cartelistas? De todo hubo; algunos eran ya profesionales de la publicidad y propaganda gráficas que conocían a fondo el oficio y a quienes se reputaba como tales. Otra buena parte estaba constituida por pintores y escultores aplicados a la realización de carteles ante los imperativos de la guerra, hoy muchos de ellos siguen siendo anónimos. Como explica Renau, “los autores eran copiadores de carteles en las litografías, jamás habían soñado que se convertirían en cartelistas. Les daba vergüenza firmarlos. Pero algunos son bastante buenos. (…). En Valencia había solera, tradición cartelística. Eso produjo un fenómeno curioso: muchos que a lo mejor eran analfabetos, hijos de labradores, de las ‘barraquetes’, de Quart de Poblet… trabajaban en litografías y se las ingeniaban como nadie. Por eso muchas veces veía un cartel y me preguntaba ‘¿de quién será?’, porque no había visto nunca un dibujo suyo”.
Ramón Puyol, Renau, Helios Gómez, José Luis Rey Vila (Sim), Yes, Bardasano, Paquita Rubio, Juan José Moreno (Cheché), Monleón, Esbelt, Arturo Ballester, son solo algunos de las decenas de cartelistas que trabajaron durante la Guerra Civil, y el conjunto de su obra es una muestra de arte popular que supo plasmar las necesidades y el sentir de un pueblo en lucha contra el fascismo.
Al acabar la guerra sufrieron la misma suerte que los destinatarios de sus carteles, unos murieron en combate o fueron fusilados, otros encarcelados y otros se tuvieron que exiliar.