Memoria histórica imprescindible
La matanza franquista de republicanos en Pamplona
Desde abril de 1934 el general Mola, coordinaba en Navarra la conspiración fascista. Sus planes constan en la instrucción reservada n.º 1: “..La acción ha de ser en extremo violenta para reducir lo antes posible al enemigo. Serán encarcelados y se aplicarán castigos ejemplares a todos los directivos de los partidos políticos, sociedades o sindicatos no afectos al movimiento..”
El golpe de estado en Pamplona en julio de 1936 fue durísimo, desaparecieron las garantías jurídicas de la constitución Republicana de 1931. El comandante de la guardia civil, Jose Rodríguez-Medel, fue asesinado el 18 en Pamplona por sus propios hombres. Carlistas, falangistas, ejército y guardia civil controlaron la capital. Se saquearon las sedes Republicanas, nacionalistas vascas, socialistas, comunistas y sindicales: “Miedo, huida, escondite, enrolamiento forzoso, asesinato, desaparición, vejación, multa, requisa, depuración, se convirtieron en el léxico del represaliado”.
El obispo de Pamplona, Marcelino Olaechea, decidió apoyar la sublevación convocando una “solemne procesión de rogativa” a la Virgen del Rosario el 23 de agosto con estas palabras: “Vivimos una hora histórica en la que se ventilan los sagrados intereses de la Religión y de la Patria…una contienda entre la civilización y la barbarie”, publicando de inmediato una exhortación pastoral en la que calificaba explícitamente a la guerra de Cruzada.
Un total de 306 pamploneses, de los que 304 eran hombres y 2 mujeres, fueron asesinados o muertos en cautividad por razones políticas, 302 de ellos sin juicio previo ni sentencia firme. Tan solo 4 lo fueron tras sentencia previa, 302 fueron desapariciones forzadas. La represión sembró Pamplona-Iruña de muertos por desaparición, fusilamiento, intentos de fuga, enfermedad en cárcel, suicidio, campos de concentración. Cientos de presos, trabajadores y funcionarios fueron depurados, sancionados, despedidos, golpeados, marginados. La nueva legislación franquista se aplicó retroactivamente a los Republicanos mediante las armas con la ayuda internacional fascista.
En la ciudad fueron represaliadas y objeto de vulneración de derechos humanos 1310 personas, se tiene noticia de otros 451 casos. Incluso cientos más en su condición de prisioneros o en intento de fuga. Además de asesinatos, muertes en cautividad, desplazamientos y encierros, se han contabilizado testimonios sobre agresiones de género, represión económica y laboral, represión lingüística y cultural y tortura y agresiones físicas. Muchos asesinatos no fueron informados a sus familiares que se pudieron enterar en diferentes momentos y por diferentes medios, de la suerte que habían corrido sus allegados.
Se han verificado 1.014 caso presos por razones políticas, 867 eran hombres y 147 mujeres, la mayoría estuvieron en la prisión provincial o penal, otras en comisarías, cuarteles, campos de concentración, exilio, cárceles locales o de partido judicial, otros centros de detención, batallones de trabajo. El Tribunal de Responsabilidades Políticas incoó al menos 168 expedientes económicos y multas a vecinos de Pamplona, el funcionariado municipal fue depurado, se destituyeron 19 trabajadores, y 200 de la Diputación Foral de Navarra, la mayoría residían en Pamplona. Al menos 225 pamploneses fueron al exilio o destierro forzoso.
Lo anterior se recoge en el ‘Informe pericial sobre vulneraciones de derechos humanos sufridas por la población residente en Pamplona durante la guerra civil y la etapa franquista’ del equipo de investigación de la Universidad Pública de Navarra ‘Recuperando memoria berreskuratzen’. Fuentes de información han sido la base de datos del Fondo Documental de la Memoria Histórica de la Represión en Navarra (FDMHN) y los testimonios recogidos en la Oficina de Información sobre Memoria Histórica de la represión franquista en Pamplona-Iruñea. Ha sido fundamental la obra “Navarra 1936: de la esperanza al terror”, coordinada y redactada por Mari Jose Ruiz Vilas, José Mari Esparza Zabalegui, Juan Carlos Berrio Zaratiegui.
Ante la vieja literatura épica tradicionalista sobre el alzamiento y el voluntariado navarro, y ante quienes obvian la dimensión enorme de la matanza y de la represión sistemática desde julio de 1936 en aras de interpretaciones sustentadas en aportaciones culturalistas, se erige todo un muestrario del horror como se ha corroborado en esta investigación.
https://www.lavozdelarepublica.es/2018/07/la-matanza-franquista-de-republicanos.html