Entrevista:
Los C.D.R. encausados
La fiscalía pide dos años y medio de cárcel para los catorce detenidos por la protesta al TSJC del 23 de febrero. Ayer fueron detenidos 3 de ellos en una rueda de prensa.
Entrevista con Cesc Esteve y Jandi Velasco, dos de los encausados
El 23 de febrero los CDR se manifestaron pacíficamente ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. La protesta duró poco: media hora, hasta que llegaron los Mossos para disolverla. Los manifestantes no quisieron irse y la policía los fue sacando de las escaleras del tribunal en brazos, de uno en uno. Se detuvo a catorce, se los llevó acusados de los delitos de desobediencia, resistencia, desórdenes públicos y ataque a las instituciones del estado español. Ahora la fiscalía les pide dos años y medio de prisión por delitos públicos. VilaWeb habla con Cesc Esteve, que se encuentra bajo orden de búsqueda y captura porque no fue a recoger el escrito de acusación de la fiscalía para este caso, y con Jandi Velasco. Son dos miembros de los CDR que denuncian ‘cómo actúa la represión’ para desarticular ‘las manifestaciones pacíficas’.
—> Son dos miembros de los CDR encausados por la protesta pacífica ante el TSJC del 23 de febrero. ¿Se presentan?
-Cesc Esteve [CE]: Tengo diecinueve años y soy de Sabadell. Tras la entrada en el Departamento de Economía del 20 de septiembre nos empezamos a movilizar para defender el referéndum. Fue cuando se creó el CDR de Sabadell, uno de los primeros. Aún continúo. Creo que es la herramienta que hay para hacer cambiar algo y presionar al gobierno.
-Jandi Velasco [JV]: Yo tengo treinta y ocho años, soy originario de Canarias y hace dos años y medio que vivo en Cataluña. Voy aprendiendo catalán y responderé la entrevista en las dos lenguas. Me sumé a los CDR por el referéndum, porque consideré que era un momento clave en el que se había generado una masa crítica popular y yo siempre he creído en el poder popular como motor de todos los cambios. La sociedad se ha de cohesionar para luchar contra el impedimento del Estado de poder votar. Desde entonces estoy implicado.
—> ¿Qué es para vosotros formar parte de los CDR?
-CE: Para mí es formar parte de un colectivo que ha sido muy positivo para este país. El referéndum fue posible gracias a los CDR. Se debe entender que es un movimiento muy transversal, formado por gente de todas las edades y vinculada a partidos políticos diversos.
-JV: Los CDR autoorganizan en cada población. Sí que estamos en red, pero no hay líderes ni jefes. Es como el anarquismo. Y esta red crea un movimiento formado por gente que defiende junta las urnas y las escuelas. Y ahora es la herramienta de activismo para defender lo que salió de las urnas. Pero los CDR no es ninguna organización política, porque cada uno milita en su espacio por otro lado.
—> El 23 de febrero os manifestásteis ante el acceso principal del TSJC para protestar contra la represión del Estado español al independentismo y para pedir la liberación de los presos políticos. Como es que acabasteis detenidos?
-CE: Fue una protesta pacífica en la que los Mossos nos fueron sacando uno a uno. Los que fuimos detenidos nos eligieron aleatoriamente. En mi caso, un antidisturbios me señaló y dijo: ‘Lo quiero a él’ y entonces me cogieron. Cualquier persona vinculada a los CDR sabe que la media de edad es alta. En cambio, detienen a un perfil muy determinado, para poder mantener el discurso de ‘eran cuatro radicales’ y criminalizarnos. En la conferencia de prensa que hice el otro día identificaron dos personas de dieciocho años, y en cambio al acto había gente de todos los perfiles. ¿Por qué fueron a buscar a los más jóvenes? El día del TSJC yo pensaba que sólo nos identificarían, porque no habíamos hecho nada, sólo sentarse en unas escaleras, sin hacer daño a nadie y de manera pacífica. Nadie creía que nos detendrían. Pero sí, lo hicieron.
-JV: De todos modos, entre los catorce detenidos hay gente de todo tipo, incluso un jubilado y un menor de edad. De entrada nos acusan de desobediencia, resistencia, desórdenes públicos y ataque a las instituciones del Estado.
—> Su abogado denunciaba que no se había hablado nada de las torturas de cuando os detuvieron. ¿Qué pasó?
-CE: En mi caso, cuando el antidisturbios me señaló, me cogió y me obligó a quitarme todas las chaquetas y quedarme en manga corta, sin ningún motivo. La justificación fue: ‘Porque lo digo yo.’ Era en febrero, hacía frío y me tuvieron fuera durante más de tres cuartos de hora. A todos, además, nos esposaron con las manos atrás, y nos hicieron sangre. No es común que te engrilleten y menos con las manos detrás. Después vino la tortura psicológica y nos tuvieron durante horas encerrados en una sala del TSJC sin saber exactamente qué pasaba.
-JV: No sé cuantas horas estuvimos al TSJC, porque pierdes la noción del tiempo. Desde primera hora de la mañana hasta el mediodía seguro. Pedimos muchas veces de ir al baño y no nos hacían caso. Hasta que al final conseguimos que nos dieran permiso para ir por turnos. Fue entonces que hicieron entrar los dos últimos compañeros que habían cogido, uno de ellos es Juan, un hombre que no podía sentarse bien porque le dolía la espalda de los golpes que había recibido. Entonces uno de los policías nos amenazó: ‘Como este hombre no se está quieto, no podrá ir al baño.’
—> Después os trasladaron a la comisaría de Les Corts, donde pasasteis la noche.
-CE: Nos metieron esposados dentro de las furgonetas, sin abrocharse el cinturón, a toda velocidad. Iban dándonos golpes durante el trayecto. Todo ello, prácticas muy irregulares que no deberían pasar.
-JV: A unos compañeros les hicieron estar noventa minutos encerrados en una furgoneta, en un parking, con las luces cerrados, las manos atadas y sentados en unas sillas duras. Uno tenía claustrofobia y lo pasó mal. Si fuéramos un grupo de atracadores peligrosos lo podría entender un poco, pero somos un grupo de gente que no ha hecho daño a nadie, no ha hecho ningún daño ni al edificio, hemos utilizado la resistencia pacífica. También se debe tener en cuenta que en ese momento no había autogobierno, y el jefe de los Mossos era Soraya Sáez de Santamaría y el señor Millo, que ahora le han dado una medalla, no sé exactamente por qué. Una medalla que le ha dado el gobierno actual del PSOE, constitucionalistas, defensores del régimen del 78 y del Ibex 35.
—> De entrada, que alegan para deteneros? ¿De qué os acusan?
-CE: Desobediencia, resistencia, desórdenes públicos y ataque a las instituciones del Estado.
—> La juez admitió a trámite los delitos de desobediencia y desórdenes públicos. Finalmente os juzgarán por desórdenes públicos, por lo que la fiscalía pide dos años y medio de prisión.
-CE: Desobediencia y resistencia son delitos administrativos. En cambio, delitos públicos es penal.
-JV: Piden dos años y medio para obligarnos a ir a juicio. La represión es una manera de acallar una población que se queja por la injusticia al poder judicial. Reprimir a la gente que sale a la calle para defender la sanidad, la educación o contra los fondos buitre. Aunque no lo parezca, todo está relacionado. Es un aviso: ‘Mira cómo han acabado estos por haber hecho una sentada pacífica, también les puede pasar a más movimientos que se manifiestan.’ Y la represión no nos afecta sólo a nosotros, mira Adri o Tamara, que no han hecho nada. Nos ponemos caretas o vamos con un lazo amarillo y parece que hacemos el asalto al Palacio de Invierno. Es todo muy irreal.
—> El día 8 de octubre le citaron para ir a buscar el escrito de la acusación de la fiscalía. Velasco decidió ir y Esteban, no. ¿Por qué?
-CE: Primero hay que decir que ninguno de los que hemos sido acusados reconocemos a la justicia española como legítima. En el ámbito personal, yo me puedo permitir ir a buscar el escrito de la acusación. De los catorce, cinco decidimos no hacerlo y enfrentarnos hasta las últimas consecuencias en todo lo que nos pueda pasar. También pensábamos que sería una forma de hacer visible la represión. Y hacer evidente que quien nos vendrá a buscar serán los mozos de escuadra de un gobierno que se supone que es independentista.
-JV: Cada uno tiene una situación personal diferente. Yo considero que mi batalla la tengo que hacer en el juicio, con el magistrado y el fiscal. Pero encuentro perfecto que Cesc y los compañeros hayan seguido esta estrategia.
—> No ir a buscar el escrito de la acusación de la fiscalía implica que desde entonces tiene una orden de búsqueda y captura, le pueden detener en cualquier momento.
-CE: Sí, los que tomamos esta decisión esperamos que cualquier día de estos nos detendrán. Sabemos que no hemos hecho nada, que era una protesta pacífica y que tenemos derecho de manifestación. Nos piden dos años y medio por habernos sentado en unas escaleras. Es surrealista. Ahora la jueza Beatriz Belfagón, conocida por españolista, del juzgado de instrucción número 31 de Barcelona, debe abrir la causa del juicio.
—> ¿Cómo os afecta el hecho de estar bajo orden de búsqueda y captura?
-CE: Quiere decir que me juego el trabajo. Y también afecta a la familia y los amigos, que están preocupados. Y es que esta represión busca eso, que a nuestro entorno también le repercuta y tengan miedo de manifestarse y salir a la calle.
—> ¿Qué esperáis del juicio?
-CE: Es político y nos detienen por razones políticas. No reconozco ninguna autoridad, ni la fiscal ni el tribunal que me juzgará. Y no es cuestión de un año o dos, es que nos imputan unos delitos que no hemos hecho. Nos pueden detener y llevarnos a la fuerza en cualquier lugar, pero no nos cambiarán las ideas
—> ¿Estáis asustados?
-JV: No, personalmente me hace más fuerte. Yo digo que la gente tiene que seguir luchando por lo que cree. La gente se va dando cuenta que los grandes cambios llegan de la calle, y que el gobierno y todo el poder que tienen detrás pueden perjudicarlos.
-CE: Quieren que no se vuelva a repetir, juegan a la estrategia del miedo. Nosotros hemos de continuar. Nos pueden detener y llevarnos a la fuerza a cualquier lugar, pero no nos cambiarán las ideas.
—> Lo ha demostrado. En la protesta en contra de su imputación que convocaron los CDR este 27 de septiembre hubo diez detenidos…
-JV: Sí, y somos muchos más aún, mucha gente anónima también represaliada. Esta situación, a mí, también me ha hecho darme cuenta de toda la gente que me rodea y que nos apoya. Aquel hombre que has visto mil veces en el barrio, que me detiene y me dice: ‘Chico, bien hecho, estamos contigo.’ Esto hace ver que no estoy solo.
-CE: Sobre los represaliados anónimos, quiero decir que hay los presos políticos y los exiliados, que tienen un altavoz brutal y un gran apoyo económico. Pero no debemos olvidar que tras él está el pueblo que también es víctima de la represión. Nosotros para pagar las multas debemos hacer actos. No nos quejamos tampoco ni pedimos nada. Nuestro juicio lo paga la caja de resistencia de los CDR.
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