Relato de torturas, impunes
Las que realizaron en 2007 a Lucio García, militante clandestino del PCE(r)
Fui detenido el 6 de junio, a las 18 horas, por el Grupo Especial AntiGRAPO de la Guardia Civil en la Biblioteca Pública de Mataró.
Me encontraba leyendo la prensa, cuando fui asaltado muy violentamente por varios guardias, que me levantaron en volandas y me tiraron contra el suelo. No opuse resistencia física, sólo me limité a gritar a las numerosas personas de la biblioteca, que era militante del PCE(r), que luchaba por el socialismo y que me estaban llevando los fascistas. En ese momento recibí varios golpes y patadas en el estómago, me apretaron fortísimamente las esposas colocadas con los brazos a la espalda y me colocaron una capucha en la cabeza. Me introdujeron rápidamente en un vehículo, y nada más entrar un guardia me cogió el cuello entre sus brazos y apretaba hasta conseguir que casi me asfixiara. Seguía haciendo una y otra vez esos apretones, y mientras otro me pegaba enormes golpes en el estómago, la cabeza, las articulaciones… Así, desde Mataró a Barcelona no dejaron de pegarme ni un segundo.
Me dicen que me han aplicado la llamada Ley Antiterrorista. Este instrumento de excepción, que entronca con la Ley Antibandidaje del Caudillo, y que no supone otra cosa que la anulación de los mínimos derechos que debieran asistir a cualquier detenido, la incomunicación absoluta durante cinco días (me amenazaban constantemente en prorrogarlos otros cinco), y por tanto, la mano libre para las torturas, todo el terror imaginable, que en el caso del cuerpo benemérito ya se sabe que es mucho. La Ley sin fondo, donde como instrumento de excepción, empiezan aplicándonosla a las organizaciones revolucionarias y progresivamente, a más colectivos y personas. Así que con esa misma coletilla, la prensa fascista oficial, está catalogando ya a los obreros que defienden sus puestos de trabajo a golpe de barricada de vándalos, violentos y terroristas. Así, en corto plazo, los obreros combativos se convertirán en diana de estas leyes represivas.
Continúo: En otras ocasiones y detenciones anteriores, se emplearon conmigo a fondo. En ésta, como circunstancialmente han encontrado en nuestros pisos una variada información que les ha aportado numerosos datos y por tanto no les hacía falta sacárnoslos a palos, los malos tratos y los golpes que hemos recibido han estado más relacionados con su afán revanchista y su pretensión de hacernos renunciar a nuestra ideología que a la mera consecución de información.
Estábamos en absoluta incomunicación (luego supe que éramos 4 los militantes del PCE(r) detenidos y 2 los de GRAPO, en operaciones diversas). Me mantuvieron de pie y esposado tal cantidad de horas, que en varias ocasiones las piernas me fallaron y me caía desplomado. No me dejaron dormir ni un momento en los tres primeros días. Los interrogatorios eran continuos y cuando me llevaban a la celda, me vigilaban por la mirilla, me molestaban cada pocos minutos, tuve las luces encendidas los 5 días y hacían todo tipo de enormes ruidos. Todo con el objetivo de intentarnos llevar a un derrumbe físico y psíquico total.
El traslado de Barcelona a Madrid fue lo más duro. Me interrogaban mientras me daban golpes en el pecho y en la cabeza, y cuando se cabreaban por no oír respuesta, me daban somantas de golpes por todo el cuerpo y me tiraban brutalmente del bigote y las patillas. Me hicieron la bolsa, además reforzada con una capucha de lana, lo que me produjo horribles asfixias. Sólo me levantaban la bolsa cuando creían que estaba a punto de no aguantar más. En Barcelona y en el vehículo me repitieron infinidad de veces que me iban a pegar un tiro, y varias veces cargaban la pistola y me la pegaban a la cabeza.
Hoy, pasados 25 días desde mi detención, tengo enormes moratones en el pecho, un brazo y una pierna.
Mi ánimo, después de comprobar una vez más su bajeza moral, personal y sus métodos sanguinarios, es más alto que nunca. Salir airoso y con la cabeza alta de un combate como este (tú sólo contra toda la brutal maquinaria del Estado fascista) te da aún más fortaleza humana y política. La cárcel se convierte así en una nueva trinchera a pelear.
Al paso por la Audiencia Nazional (ya nos han llevado en varias ocasiones), una y otra vez hemos reconocido con orgullo nuestras diversas militancias.
Ellos venga con la falsa traca de PCE(r)-GRAPO, pero resulta que hasta en la infinidad de sumarios que nos han abierto reconocen militancia armada ¡solamente para los 2 militantes de los GRAPO! Una y otra vez hemos vuelto a repetirles la absoluta independencia orgánica del Partido y la Guerrilla y la criminalización que pretenden.
Como se puede constatar una y otra vez, la demagogia de la paz, el talante, el humanismo (de los cementerios), que viene utilizando el PsoE, no es más que una negra cortina de humo para tratar de ocultar el incremento general de la represión y de la tortura que se da en las cárceles, comisarías y cuartelillos. Un incremento que cada vez alcanza más a todo tipo de personas y colectivos por el hecho de reivindicar una sociedad más justa o simples mejoras sociales.
Ahh: Nos entrevistó la psicóloga en Soto, a ver si seguíamos manteniendo nuestras convicciones, como si por el hecho de haber sido detenidos y encarcelados de por vida fuéramos a comenzar a renegar de nuestra ideología, en fin…