Artículo del Diario Suizo Tages-Anzeiger sobre “Las cloacas del Estado Español”
Teléfonos pinchados en nombre del partido del gobierno. Extorsión, corrupción, enriquecimiento descarado: las actividades de un ex Comisario dominan la campaña electoral en España.
Ni los separatistas catalanes, ni los inmigrantes que atraviesan el Mediterráneo, ni la enorme tasa de desempleo son los temas más apasionantes en Madrid durante las semanas previas a las elecciones generales, el tema más apasionante és el de las “cloacas del Estado español”: un abismo de historias sucias con extorsiones, corrupción, escuchas telefónicas ilegales, difusión de información falsa, en las que están implicados, sobre todo, políticos del Partido Popular (Pp), pero también líderes del Partido Socialista (Psoe) actualmente en el poder. El protagonista principal es un comisario de policía retirado de 67 años, José Manuel Villarejo, que lleva un año y medio detenido acusado de crear una organización criminal, soborno y blanqueo de capitales.
Escuchas telefónicas ilegales
Una comisión de investigación parlamentaria intenta aclarar las actividades de Villarejo, que llevó a cabo numerosos trabajos sucios tanto para los conservadores como para los socialistas, sin que ambas partes conocieran este doble juego. También realizó “trabajos” para líderes empresariales. Durante años se había sentido seguro, no sólo porque estaba protegido por altos cargos de los principales partidos españoles, sino también porque había reunido suficiente material de chantaje, había confeccionado un enorme archivo de llamadas telefónicas interceptadas ilegalmente, había copiado los disquetes y los había almacenado en varios lugares seguros. El método era sencillo: sobornaba a técnicos informáticos de las compañías telefónicas, podía pagar hasta 1.000 euros por conexión interceptada.
Villarejo realizó varios trabajos para el Partido Popular, que gobernó de 2011 a 2018.
El objetivo de sus trabajos eran altos cargos de la administración catalana y de partidos de izquierda, entre ellos el líder de Podemos, Pablo Iglesias. Al parecer, el Ministerio del Interior, había destinado al menos a dos expertos policiales para ayudar a Villarejo. Tenían como objetivo reunir pruebas que demostrasen que altos cargos de la administración catalana habían ocultado grandes cantidades de dinero en Suiza y que Podemos había recibido ilegalmente aportaciones económicas del gobierno venezolano y de Irán. Como los policías no pudieron conseguir ninguna prueba al respecto, Villarejo falsificó documentos y los envió a un portal de Internet para su difusión.
La información tuvo gran repercusión, porque había antecedentes de conductas irregulares: anteriormente se habían iniciado procesos contra varios políticos catalanes acusados de corrupción, y algunos dirigentes de Podemos habían sido acusados de recibir subvenciones desde Venezuela. Ahora se ha podido saber que un teléfono móvil perteneciente a uno de los colaboradores de Pablo Iglesias fue robado por orden de Villarejo.
Villarejo tenía experiencia en el “trabajo sucio”
Durante su época en el servicio de policía, estuvo involucrado en acciones ilegales ordenadas por el entonces gobierno socialista contra simpatizantes de la organización terrorista ETA. Allí empezó a establecer contactos con miembros del Partido Socialista, incluso con la actual ministro de Justicia, Dolores Delgado. Operación Cocina Desde los círculos del Partido Popular, aceptó el encargo de torpedear el acercamiento entre Podemos y el Partido Socialista, que amenazaba la estabilidad del gobierno conservador de Mariano Rajoy. También intervino cuando el tesorero del Pp, Luis Bárcenas, se convirtió en una amenaza para sus propios compañeros de partido en el año 2013.
Bárcenas era la fuerza motriz que operaba detrás de la red corrupta “Gürtel” formada por políticos y contratistas del Pp, y había desviado grandes cantidades de dinero hacia sus cuentas. Cuando empezó a temer que sería detenido, exigió a los dirigentes del Pp que se garantizase su impunidad. Al no conseguirlo – a causa de un juez de instrucción que actuó con firmeza – difundió por varios medios de comunicación información sobre la “caja negra” de su partido. Según estas informaciones, el propio Bárcenas habia entregado grandes cantidades de dinero en efectivo a altos cargos del Partido Popular, incluyendo a Mariano Rajoy. Villarejo sobornó al chòfer de Bárcenas para sustraer de su apartamente toda la información que pudiera incriminar a la dirección del Pp.
La acción se denominó “Operación Kitchen”
Oficialmente, Villarejo dirigía una pequeña agencia de detectives. Sus clientes le remuneraron generosamente, se dice que su patrimonio privado asciende a casi 20 millones de euros. Se descubrió por casualidad: un departamento especial de la policía interceptó una conversación telefónica con el Presidente de la Comunidad de Madrid, en la que Villarejo le confesaba que había ocultado en su declaración de impuestos las acciones de una empresa en los Estados Unidos y la propiedad de una mansión en Marbella. Pocos días después, ambos fueron detenidos. También causaron sensación las grabaciones de las conversaciones telefónicas de Villarejo con Francisco González, consejero delegado del Grupo BBVA, el segundo mayor banco de España. González quería evitar a toda costa que el gobierno socialista obligara a su banco a fusionarse con otros.
Comprometiendo al rey Juan Carlos
En dos ocasiones, las grabaciones telefónicas enviadas a los medios de comunicación contenían declaraciones comprometedoras sobre el rey emérito Juan Carlos. Así, se hizo público que el organizador de los viajes de placer que llevaba a cabo con su “amiga” alemana Corinna zu Sayn-Wittgenstein, tenía contactos con traficantes de droga. La “amiga” también expresó su indignación porque el rey quería utilizar su cuenta en Mónaco para ocultar sobornos a las autoridades fiscales en torno a una mediación que llevó a cabo en un importante negocio en Arabia Saudí.