Carlos Cela Seoane: se nos ha ido un imprescindible
Ex preso político del SRI, falleció ayer en A Coruña
El 8 de enero de 1973 nacía en Coruña, el incansable militante solidario Carlos Cela Seoane.
Desde muy pequeño conoce la situación de los más oprimidos y tiene contacto directo con una de las consecuencias que los revolucionarios obtienen por querer cambiarla, la represión. Con tan solo 10 años vive la detención de uno de sus hermanos, Paco, que militaba en los GRAPO.
Esto le hace concienciarse desde bien temprano de que no puede ser de una manera consensuada la de cambiar el actual órden de las cosas, de radical injusticia y opresión.
Desde bien pequeño conoce las visitas a las cárceles, los larguísimos viajes como causa de la dispersión a la que someten a los revolucionarios para chantajear y hacer pagar también así a sus familias, conoce las huelgas de hambre (el gravísimo estado de salud de su hermano Paco como consecuencia de aquella de 435 días desde noviembre del 1989 hasta el 8 de febrero del 1991); la detención y encarcelamiento de su otro hermano, Suso, también por militancia en los GRAPO, el posterior secuestro ileGAL de éste por agentes del CNI para sacarle información, y todo esto va martilleando en su mente la idea de que la solidaridad y el antifascismo tienen que ser uno de los pilares centrales sobre los que se asiente la actividad política.
Este conjunto de situaciones, sin embargo, no logra hacer mella en su carácter y allá por donde pasa va dejando muestras de su forma de ser, siempre jovial y alegre, y, sobre todo, siempre dispuesto a ayudar en aquello en lo que se pudiera necesitar.
Esto le va permitiendo generar una amplia red de amistades personales politizadas que son un muy fiel reflejo de su ser, de su actuar y de su forma de entender la vida.
Los años pasaban, la situación de opresión también, sin cesar, y el 23 de enero del año 2008 se vio concretada en una operación contra nuestra organización antirrepresiva y solidaria Socorro Rojo Internacional (SRI) a raíz de la cual fue detenido Carlos junto con otras 4 personas acusados de militar en la misma. Desde meses antes los detenidos habían estado sometidos a guerra sucia en forma de seguimientos, amenazas, pintadas con amenazas de muerte…
Pese a la gravedad de las acusaciones-montaje contra el Socorro Rojo Internacional, concretadas contra ellos, como la de ser la «estructura legal del PCE(r)-GRAPO» y la de «realizar labores económicas y de captación» para los mismos, pocos años más tarde el caso se cerró con su sobreseimiento, sin ni quiera llegar a celebrarse juicio alguno, pero Carlos y tres de sus compañeros pasaron por las cárceles. Carliños, nueve meses.
Pero este zarpazo represivo fue una magnífica ocasión para comprobar cómo las personas buenas y humildes siempre se encuentran con la solidaridad y el cariño del pueblo, que pasa por encima, así, de los mil embustes que la prensa lanzó contra ellos esos días, pero también muchos otros.
Muchas fueron las movilizaciones exigiendo la libertad de los solidarios, entre ellos de Carlos, e incluso se crearon en A Coruña y Barcelona sendos Comités que tenían como fin exigir dicha libertad y socializar su situación. De igual modo, tanto los Comités mencionados como el SRI sacaron denuncias en las que pedían su libertad y explicaban su biografía.
El Comité de Barcelona editó también un manifiesto, ya que años atrás Carlos había vivido en Sabadell y gracias a las características de su personalidad antes mencionadas dejó honda huella entre mucha gente, implicándose en multitud de luchas, movilizaciones y dinámicas solidarias de todo tipo.
Así se expresaba en una carta enviada para que fuera leída en una de las primeras movilizaciones llevadas a cabo para pedir la libertad de todos los militantes solidarios encarcelados:
«Quiero destacar, por último, la importancia de vuestras movilizaciones. Que no quede impune este nuevo atropello depende, en gran medida, de vosotros. Ante la represión, hay que demostrar nuestra unidad, si nos tocan a uno, nos tocan a todas y todos. Decía alguien que, la solidaridad es la ternura de los pueblos, no perdamos ese dicho y no perdamos las ganas de reír, las ganas de soñar y las ganas de luchar «.
El 23 de octubre de ese mismo año 2008 salió en libertad desde la cárcel de Valdemoro (Madrid) siendo objeto de un caluroso recibimiento popular en A Coruña, pudiendo comprobar de primera mano en sus propias carnes todas las buenas sensaciones y sentimientos que iba generando con su forma de ser mediante los abrazos, caricias, palabras y gritos de bienvenida de la gente allí congregada.
Pudo disfrutar de una bien merecida alegría al reencontrarse con su hermano Suso, que en junio de 2013 salió de prisión pudiéndose ver por fin cara a cara libres después de más de 23 años. En el recibimiento al expreso político gallego de los GRAPO este le brindó unas sentidas palabras de homenaje y sentimiento a Carlos que arrancaronn las lágrimas y aplausos de los asistentes.
No se puede dejar de destacar, al menos si se quiere hacer una radiografía completa de lo que era Carlos, el reflejo de todo lo dicho cristalizado en el proyecto del Bar Faluya, situado desde hace más de 12 años en la Coruña. Un rincón inconfundiblemente combativo donde siempre hay sitio para los ex presos políticos de todo el Estado, para sus familiares, los solidarios, charlas alternativas antifascistas, exposiciones de carteles, dibujos, cuadros, vídeo-proyecciones y debates, recibimientos a los mejores hijos de la clase obrera, y hasta mucho fútbol, pero del de verdad, del contestatario, de ese fútbol que reivindica su politización ante los que la quieren dejar desierta frente a la politización que llevan decenas de años ejerciendo las peñas futboleras fascistas.
De todo esto y de más era un fiel dinamizador Carlos. Siempre alentando el debate. Siempre atendiendo con una sonrisa detrás de la barra, siempre dispuesto con la mejor actitud a enseñar su bar, a dejarlo fotografiar a los solidarios que para verlo han pasado de todos los rincones del Estado, pero también siempre contundente cuando veía alguna actitud xenófoba, fascista o intolerante, dejando claros una vez más los rasgos de su carácter y conciencia antifascistas.
Desde hace un año, conocíamos la fecha de la puesta en libertad de Paco, y todas y todos nos imaginamos cómo sería el reencuentro, por fin, de Carlos, Paco, Suso y la “Madre Coraje” que para todas y todos nosotros significa Pepita Seoane, la aguerrida madre de los tres revolucionarios Cela.
El domingo 28 de abril salió Paco de la cárcel de Picassent tras, en total, 32 años de prisión por militancia revolucionaria. No les ha dado tiempo a verse carita a carita, de darse ese super abrazo de oso, tan y tan merecido.
Hace casi 3 semanas, Carlos sufrió un infarto cerebral. Hace unos días, descartaron que pudiera vivir sin máquinas. Ayer, a sus 46 años, el corazón de Carlos se paró definitivamente, arrebatándonos así la posibilidad de su presencia física para siempre.
Pero lo que no se puede, ni se podrá detener jamás, será el impulso eterno generado por el ramillete compuesto de miles y miles de semillas que fue plantando a lo largo de su vida combativa, inculcando los valores de la solidaridad, del apoyo mútuo, del compañerismo, del antifascismo, del calor, de la cercanía para con todos los oprimidos del mundo.
Carlos Cela Seoane ¡Semilla de libertad! ¡Nunca en el olvido!
-Sobre las diez de la noche de ayer se instaló su cuerpo en Servisa (enfrente del Chuac) y estará hasta esta misma tarde a las siete. A esa hora tendrá lugar un acto homenaje y a las ocho será incinerado.
*Pedido de la familia Cela Seoane:
Los y las que tengáis fotos o vídeos de o con Carliños, mandárnoslos (facebook Comité Galiza)
Graciñas a todas y todos.
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