La solidaridad, arma imprescindible entre los pueblos
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Defender Madrid es defender Catalunya -y II-
La ayuda prestada a Madrid en la guerra civil demuestra que es posible la solidaridad entre ambos pueblos.
.. /… los rebeldes intentaban maniobras indirectas contra la capital, como las ofensivas del Jarama en febrero y de Guadalajara en marzo, que no lograron el objetivo de aislar la ciudad ni de modificar el frente de Madrid. Entre el 1 y el 7 de marzo tuvo lugar en Barcelona la Setmana de la Solidaritat de Catalunya amb Madrid, que se cerró con un multitudinario mitin en la plaza de toros de La Monumental, en el que el presidente Lluís Companys pronunció aquel contundente “¡Madrileños! Catalunya os ama”, convertido en consigna en el cartel editado por el Comissariat de Propaganda de la Generalitat de Catalunya.
Las muestras de solidaridad de Catalunya hacia la ciudad asediada se mantuvieron hasta que la conquista de Vinaròs (abril de 1938) por parte de los rebeldes dividió en dos la zona republicana.
La solidaridad se expresó de muchas formas: con el envío de víveres, mantas, medicamentos; con viajes al frente de Madrid de las autoridades catalanas (incluido el presidente de la Generalitat), de políticos y de representantes de la sociedad civil para infundir moral a los defensores de la ciudad, etc. Catalunya acogió también a centenares de miles de refugiados, sobre todo niños, procedentes, principalmente, de Madrid y la zona centro, del País Vasco y de Andalucía, lo que obligó a garantizar los servicios básicos (vivienda, manutención, sanidad y educación) de una población que, en enero de 1937, superaba ya con creces el 10% del total de Catalunya.
En definitiva, dar a conocer la campaña de ayuda a Madrid durante la guerra civil es una oportunidad para demostrar que es posible la solidaridad entre los pueblos, especialmente cuando, como en este caso, se comparte la lucha por la libertad. Esto es lo que sucedió hace ahora más de siete décadas entre Barcelona –Catalunya– y Madrid, que quedarían también hermanadas por la intensidad criminal de los bombardeos de la aviación rebelde.»
Por: Antoni Segura – 2009. Catedrático de Historia Contemporánea y director del Centre d’Estudis Històrics Internacionals de la UB.