La solidaridad, arma imprescindible entre los pueblos
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Los gallegos residentes en Madrid forman unas Milicias…
Crónica nº 354 – agosto 1936
…que, en breve, estarán dispuestas para luchar en defensa de la República.
«Tan pronto como el pueblo, en Madrid, se movilizó para combatir a los facciosos, unos cuantos gallegos concibieron la idea de formar Milicias gallegas en el corazón de Castilla, como un baluarte más. Son intelectuales, gente de clase media, artistas pero también campesinos, ya que al grito de alerta respondieron centenares de esos segadores que por esta época vienen a Castilla.
El Partido Galleguista, integrado en su totalidad por idealistas pobres, no tenía sede en Madrid. Hubo que habilitar un local que sirviera de centro de reclutamiento, y se procedió a la incautación de uno de esos casinillos políticos donde se urdía el drama que vivimos.
Convocados por medio de la radio y de la prensa, los gallegos, invitados a alistarse en las Milicias de la Libertad, en poco tiempo empezaron a funcionar regularmente las oficinas y dependencias de este organismo improvisado.
En breves días se alistaron más de cuatrocientos combatientes.
Las Milicias gallegas desde el primer momento estuvieron en comunicación constante con la Inspección General y diversos organismos militares.
Cuando aparezcan estas líneas habrán sido acuarteladas y entrado ya en el periodo preparatorio y de instrucción militar.
Todos los diputados por Galicia pertenecientes al Frente Popular prestan su fervoroso apoyo para la constitución de las Milicias gallegas.
El uniforme de las Milicias gallegas es el clásico “mono”, con labandera gallega en el pecho, y en el brazo, el distintivo de la organización a que cada uno de los milicianos pertenece.»