Repaso a la Historia:
De: Eduardo Galeano
-¡No se lo pierda!
Ningún abogado los defiende. Ellos tampoco pueden defenderse, porque la ley no cree en juramentos de negros.
El juez los condena en un parpadeo.
Unos cuantos incendios en la ciudad de Nueva York, durante todo el año 1741, exigen mano de hierro contra los esclavos corrompidos por exceso de libertad. Si los condenados tienen la culpa de estos incendios, será justo el castigo. Si ellos no tienen la culpa, el castigo servirá de advertencia.
Trece negros serán encadenados a las estacas y quemados vivos, diecisiete negros serán ahorcados y de las horcas seguirán colgados hasta que se pudran, y también marcharán al muere cuatro blancos, pobres pero blancos, porque alguien tiene que haber puesto inteligencia, que es cosa de blancos, en esta infernal conspiración.
Falta una semana para el espectáculo, y ya la multitud acampa disputando los mejores lugares.
-Las edades de Rosa María
Cuando tenía seis años, en 1725, un navío negrero la trajo del África, y en Río de Janeiro fue vendida.
Cuando tenía catorce, el amo le abrió las piernas y le enseñó un oficio.
Cuando tenía quince, fue comprada por una familia de Ouro Preto, que desde entonces alquiló su cuerpo a los mineros del oro.
Cuando tenía treinta, esa familia la vendió a un sacerdote, que con ella practicaba sus métodos de exorcismo y otros ejercicios nocturnos.
Cuando tenía treinta y dos, uno de los demonios que le habitaban el cuerpo fumó por su pipa y aulló por su boca y la revolcó por los suelos. Y ella fue por eso condenada a cien azotes en la plaza de la ciudad de Mariana, y el castigo le dejó un brazo paralizado para siempre.
Cuando tenía treinta y cinco, ayunó y rezó y mortificó su carne con cilicio, y la mamá de la Virgen María le enseñó a leer. Según dicen, Rosa María Egipcíaca da Vera Cruz fue la primera negra alfabetizada en Brasil.
Cuando tenía treinta y siete, fundó un asilo para esclavas abandonadas y putas en desuso, que ella financiaba vendiendo bizcochos amasados con su saliva, infalible remedio contra cualquier enfermedad.
Cuando tenía cuarenta, numerosos fieles asistían a sus trances, donde ella bailaba al ritmo de un coro de ángeles, envuelta en humo de tabaco, y el Niño Jesús mamaba de sus pechos. Cuando tenía cuarenta y dos, fue acusada de brujería y encerrada en la cárcel de Río de Janeiro.
Cuando tenía cuarenta y tres, los teólogos confirmaron que era bruja porque pudo soportar sin una queja, durante largo rato, una vela encendida bajo la lengua.
Cuando tenía cuarenta y cuatro, fue enviada a Lisboa, a la cárcel de la Santa Inquisición. Entró en las cámaras de tormento, para ser interrogada, y nunca más se supo.
-Digestiones
Potosí, Guanajuato y Zacatecas comían indios. Ouro Preto comía negros.
En suelo español, rebotaba la plata que venía del trabajo forzado de los indios de América. En Sevilla, la plata estaba de paso. Iba a parar a la panza de los banqueros flamencos, alemanes y genoveses, y de los mercaderes florentinos, ingleses y franceses, que tenían hipotecada la corona española y todos sus ingresos.
Sin la plata de Bolivia y de México, puente de plata que atravesó la mar, ¿habría podido Europa ser Europa?
En suelo portugués, rebotaba el oro que venía del trabajo esclavo en Brasil. En Lisboa, el oro estaba de paso. Iba a parar a la panza de los banqueros y los mercaderes británicos, acreedores del reino, que tenían hipotecada la corona portuguesa y todos sus ingresos.
Sin el oro de Brasil, puente de oro que atravesó la mar, ¿habría sido posible la revolución industrial en Inglaterra?
Y sin la compra y venta de negros, ¿habría sido Liverpool el puerto más importante del mundo y la empresa Lloyd’s la reina de los seguros?
Sin los capitales del tráfico negrero, ¿quién hubiera financiado la máquina de vapor de James Watt? ¿En qué hornos se hubieran fabricado los cañones de George Washington?