Que a nadie se le olvide la historia de socialfascismo del PSOE. Por Manuel Arango, desde la prisión de Herrera.

Foto de Arango. Detrás, rejas.

Artículo de Manuel Arango Riego

Preso político del PCE(r)

Prisión de Herrera de la Mancha

LA MEMORIA HISTÓRICA POPULAR CONTRA LOS SOCIALFASCISTAS.

De nuevo, los socialfascistas pretenden mediante la realización de otra mascarada de elecciones generales instalarse en el gobierno de manera estable. Y para lograr sus propósitos vienen desplegando toda una avalancha de propaganda engañosa a más no poder, como si nadie les conociera y las masas populares tuviesen que experimentar una amnesia colectiva que les impidiera recordar que el partido socialfascista, bien desde fuera del gobierno o cuando se han instalado en el mismo, no ha sido otra cosa que una asociación política de verdugos en contra de los trabajadores y de las organizaciones revolucionarias y democráticas.

Pero la memoria histórica hace bastante tiempo que ha condenado a los socialfascistas por sus incontables crímenes y salvajadas de todo tipo; una memoria colectiva popular que ha registrado que tanto la prolongada época felipista en el gobierno, como, posteriormente, la época zapaterista fueron conducidas por una desenfrenada política fascista. Por el avasallamiento monopolista y por la escalada del militarismo con su política imperialista; a estas épocas se le ha unido el periodo de Sánchez, repleto de canalladas de toda índole, las cuales han indicado claramente que estos socialfascistas de reciente generación han seguido al pie de la letra la línea ultrareaccionaria marcada por el Estado español y la oligarquía que les manda. Lo cierto es que nunca nadie podrá ocultar que el socialfascismo español acumula un abultado compendio de infamias a cada cual mayor.

Nadie puede olvidar que las reconversiones industriales masivas y la ruina a que fue abocado una gran parte del sector agrario durante la época felipista condenaron al paro a millones de trabajadores; a la vez, hay que señalar que han sido los socialfascistas con sus gobiernos, los que pusieron en marcha toda una sucesión de reformas laborales a cada cual más devastadora para los intereses de los trabajadores, que vieron como sus conquistas y derechos eran reducidos a la nada, mientras se criminalizaba toda lucha independiente.

«GAL PSOE» (La L es una pistola)

Fueron también los gobiernos socialfascistas los que profundizaron y ampliaron el Estado de excepción que, en el terreno represivo, se convirtió en permanente, transformando, al mismo tiempo, al Estado español en un destacado exportador de métodos de contrainsurgencia. Mientras tanto, la memoria histórica popular ha registrado de manera especial la guerra sucia de los GAL dirigida desde los gobiernos socialfascistas, a la vez que recae sobre este tipo de gobiernos el haber impulsado la política de dispersión y aislamiento carcelario contra los presos políticos.

En lo que se refiere a la situación de las naciones oprimidas en el Estado español, los gobiernos autonómicos incrementaron constantemente el avasallamiento sobre estos pueblos sobre los cuales recaía una doble opresión: la que venía impuesta por las características de la política autonómica, más la proveniente de la política general fascista y monopolista que, en los terrenos político, laboral, social, etc., afectaba al conjunto del Estado.

En el campo de las relaciones internacionales, los gobiernos socialfascistas fueron los que introdujeron al Estado español primero en la CE y después en la UE, así como le introdujeron en la organización militar imperialista de la OTAN. Todo ello trajo consigue un mayor saqueo de los trabajadores, un incremento de la represión que se coordinaba con la contrarrevolución internacional, y la participación cada vez mayor del ejército español en las agresiones de las coaliciones militares imperialistas contra otros países.

Por otra parte, la memoria histórica popular es una arma multifacética poderosa, que recoge fructíferas experiencias políticas, organizativas y de tipos de luchas, así como contribuye a distinguir a los verdaderos amigos y aliados de todo el otro conjunto de enemigos; por lo cual, esa memoria histórica popular tendrá que ser necesariamente tenida muy en cuenta por la masas populares tanto para defenderse como atacar a sus enemigos de clase.

Por ello, otra de las grandes experiencias populares históricas es aquella que ha venido demostrando que las libertades políticas y otros derechos populares no se logran a través de las urnas, solo se conquistan y se mantienen mediante la lucha organizada, extensa y continuada, en la que se incluye el boicot, contra cualquier farsa electoral.

-Septiembre 2019

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