Internacional:
Argentina
-Inician huelga de hambre y plan de lucha por la liberación de presos políticos
Jorge Rachid, médico de Milagro Sala, la dirigente de la organización política Túpac Amaru presa en Jujuy desde hace más de cuatro años, encabeza una huelga de hambre por tiempo indeterminado en reclamo de la “libertad de todos los presos políticos”.
Carta Abierta, por Jorge Rachid
CABA, 3 de febrero de 2020
En el día de hoy, frente a Tribunales, sede de la Corte Suprema de Justicia, iniciaremos desde Primero La Patria, espacio político, social y sindical que integro, una huelga de hambre junto a otros compañeros, por el tiempo necesario a respuestas, junto a las demás organizaciones de DDHH, políticas y sociales, que acompañan nuestro reclamo extremo.
El mismo surge de haberse agotado todas las instancias judiciales, dilataciones, postergaciones, intrusiones, pero fundamentalmente el tiempo de los compañeros presos, producto de las arbitrariedades político-judiciales que han arrasado el servicio de Justicia, denigrándolo con destrucción de su credibilidad social, permitiendo un campo de batalla al servicio de la persecución política, empresarial y de la protesta social, como nunca se había vivido en democracia, tal cual lo denunció nuestro Presidente Alberto Fernández al asumir el 10 de diciembre.
Al amparo de dicha situación se produjo el saqueo sistemático del país, que es una de las herencias recibidas por el Gobierno del cual formamos parte, que enfrenta con energía y compromiso las catástrofes sociales del hambre y de la macro economía. Pero otra herencia, desapercibida por los medios hegemónicos y los poderes judiciales, es las de decenas de presos y presas en nuestro país, que sin condenas firmes, ni causas reales en muchos casos, llevaron a la prisión a personas que nunca deberían haber pisado una cárcel.
Como médico y militante político de más de medio siglo, he convivido en los últimos años, con el dolor profundo de compatriotas solidarios, albañiles de manos callosas, que estaban construyendo viviendas, consultorios, escuelas y jardines maternales, piletas para los niños en la Provincia de Jujuy, donde los que nunca tuvieron voz, los humildes de la Patria, fueron perseguidos por poner al descubierto la corrupción del sistema “políticamente correcto”, ejercicio del poder hegemónico colonial. Construcciones que el Tribunal de Cuentas de la provincia determinó que no tuvieron ningún desvío de fondos a otros fines.
Esas presas de Alto Comedero, hoy con prisión domiciliaria que la han conseguido después de cuatro años de sufrir humillaciones, castigos, aislamientos perversos y maltratos indescriptibles, la última de las cuales salió a seguir presa en su casa hace un mes, vivieron esa prisión con dignidad, pero con un dolor profundo, sin haber comprendido nunca porqué estaban presas por realizar trabajos comunitarios solidarios y más destruidas aún por haber sido dañadas sus familias, sus sueños, el futuro de sus hijos, una de ellas con seis niños chicos y cabeza de familia, que fueron dejados en manos de la solidaridad de sus compañeros por años. Esas situaciones provocaron ocho intentos de suicidio de estas compañeras.
Ese dolor, soportado con entereza por Milagro Sala y sus compañeros, fue posible en el convencimiento, como demostró el Tribunal de Cuentas, que no sólo eran inocentes, sino que protagonizaron la mayor epopeya en la historia de Jujuy, desde el punto de vista de la reparación histórica, desde el punto de vista social, de los pueblos olvidados, por el colonialismo vigente en la política dirigencial. Jujuy en la pluma de García Márquez es Macondo.
Pero ese agravio, fue extendido en todo el país, con extorsiones judiciales y amenazas sobre cientos de personas para declarar, como en Jujuy en contra de las personas indicadas por el Poder Político. Allá Milagro, acá Cristina, en otro lado dueños de medios de comunicación, más allá compañeros ex funcionarios políticos y sociales, también militantes, todos perseguidos con causas armadas e intrusadas por los servicios secretos, con jueces cómplices y fiscales afines, como en el resto de la región, en un diseño estratégico de EEUU, que intentó combatir por ese medio judicial, al “populismo”, como eje del mal para sus intereses. Lula, Correa, Maduro, Evo y demás dirigentes populares fueron el eje del Lawfare, instrumentado por el Departamento de Justicia de ese país imperial.
Algunos plantean que así se protege a la corrupción, de ninguna manera es así, pero ateniéndose a derecho, ningún otro argentino, en la misma situación procesal tiene prisión, sin condena firme. Por lo tanto es persecución política y nadie debería estar preso sin condena firme de Tribunales honestos, muchos de los cuales soportan preventivas, embargos y linchamientos sociales mediáticos, sin causas en marcha, algunos por años, como los miles de jóvenes morochos, pobres y excluidos que pueblan las cárceles argentinas. Una Justicia elitista y racista, también campea en nuestro país.
Entonces habiéndose agotado las instancias y procesos de demanda de Libertad para nuestros compañeros, es que decidimos iniciar una campaña extrema de reclamo, por aquellos que durante cuatro años soportaron y hoy se les pide paciencia, cuando la Justicia que los sometió, los debe liberar sin excusas kafkianas, burocráticas ni procedimentales, que justifiquen su permanencia en prisión en cárcel, domiciliaria u otras formas de privación de libertad.
En Epidemiología Comunitaria, sabemos desde Carrillo, que las determinaciones sociales sobre la salud, son aquellas que la agravian en forma permanente, es especial la pérdida de la libertad, más aún cuando es injusta, cruel e inhumana, a partir de la persecución. Si ellos soportaron prisión por todos nosotros, con dignidad, sometidos a derecho y apuntalando la democracia, es necesario que nosotros quienes vivimos junto a ellos el dolor profundo que esa situación produce, sabemos de la incertidumbre y el estupor producido por el tiempo transcurrido y sin resolución, de sus libertades. Es la Justicia y el Poder Legislativo quienes tienen la respuesta, no el Ejecutivo, que debe preservar los pilares republicanos y la Justicia es uno de ellos.
Recuperar los valores de la militancia y la comunidad, es primero afianzar el estado de Justicia, donde todos seamos iguales ante la ley, sin ser condenados por campañas de medios que infectan desde las fake news, mentiras y ocultamientos sistemáticos en la información, que derraman diariamente sobre el pueblo argentino, inculcando el odio, el linchamiento mediático, como así también mentiras que transforman en verdaderas ante la opinión pública.
Esta huelga de hambre, es la reafirmación de nuestro espacio, Primero La Patria, en la lucha por la vida, la dignidad y la democracia plena, que no pueden convivir con argentinos presos sin causas firmes, porque es inconstitucional y contrario al Código de Procedimientos Penales. Por esa razón deben ser liberados, más allá de la prosecución o no de los juicios y su nulidad, que es lo que corresponde, después haber conocido los meandros de la corrupción judicial, como conocimos en el caso de Jujuy en su Tribunal Superior a través de las palabras de sus sucesivos presidentes, sobre Milagro Sala.