Muro de solidaridad y denuncias:
-Solidaridad con Dani Gallardo
En Madrid, Lleida y Barcelona
“Hemos salido a la calle para exigir la puesta en libertad de nuestro compañero Dani Gallardo, que fue secuestrado por el Estado por mostrar su solidaridad hacia el pueblo catalán. Es solo un ejemplo más de sus montajes policiales ¡No estás solo!”
*Más info y fotos:
–https://twitter.com/AntirrepreMad
*En Barcelona, Por la libertad de Dani Gallardo.
-Campaña del Moviment proamnistia por los presos políticos enfermos
Exigim:
- -Llibertat immediata dels presos malalts.
- -Derogació de les lleis repressives.
- -Dissolució dels tribunals repressius.
- -Dissolució de les forces i cossos de repressió.
- -Revisió dels casos de tortura i aplicació de la pena màxima als torturadors. AMNISTIA TOTAL!
Moviment proamnistia
-Desalojo en Huesca del CSO Las Pikarazas
Más de cien personas se concentran contra el desalojo del CSO Las Pikarazas
Tras un año y medio de actividades lúdicas, culturales, sociales y sin ánimo de lucro, la inmobiliaria propietaria del edificio ha conseguido tapiar el espacio pero «no la ilusión» del CSO Las Pikarazas. El viernes 14 de febrero se dijo «adiós» al espacio, pero se recalcó que la idea continúa que «dentro de poco tendréis noticias nuestras».
–https://arainfo.org/concentracion-contra-el-desalojo-del-cso-las-pikarazas/#.XkfZFrjrvPM.twitter
Diccionario político
-ALIENACIÓN. El as de bastos del capitalismo
Es la transformación, debida a condiciones históricas, de los productos de la actividad humana y de la sociedad (productos del trabajo, dinero, relaciones sociales), así como las propiedades y aptitudes del hombre, en algo independiente de ellos mismos y que domina sobre ellos.
Por generalización, la alienación ha pasado también a caracterizar la transformación de fenómenos y relaciones, cualesquiera que sean, en algo distinto de lo que en realidad son, la alteración y deformación, en la conciencia de los individuos, de sus auténticas relaciones de vida.
La idea de alienación se rastrea ya en la Ilustración, donde expresa el carácter inhumano de la propiedad privada. Luego la filosofía clásica alemana modificó el concepto en un sentido idealista.
Pero no es hasta Marx, donde se relaciona que la alienación no es un fenómeno de la teoría sino de la práctica. Pero también es un fenómeno de la teoría en cuanto que ésta deriva de la práctica. Por eso relaciona la alienación con el trabajo, con la existencia de la propiedad privada y de la división del trabajo. Su aportación consiste en generalizar el mecanismo de la alienación, sacándola del campo de la conciencia y extendiéndola a toda la actividad humana. Así, cada tipo de actividad especializada aparece como el monopolio de un grupo aislado de personas, cuyo hacer es extraño a los demás miembros de la sociedad. Lo individual aparece desligado de lo social. Además, Marx establece la dependencia de la alienación teórica respecto a la alienación práctica. Por eso Marx investiga, sobre todo, la alienación del trabajo y fundamenta en ella todas las demás formas de alienación, incluidas las ideológicas. No hay conciencia alienada sin trabajo alienante. La alienación de la conciencia se fundamenta en la alienación del trabajo. Pero esta conciencia deformada y falsa es el resultado de las contradicciones de la vida real.
En la sociedad capitalista, los trabajadores están alienados de su actividad productiva. Los trabajadores no trabajan para sí mismos, para satisfacer sus propias necesidades, sino que trabajan para unos capitalistas que les pagan un salario de subsistencia a cambio del derecho a utilizarlos en lo que deseen. Trabajadores y capitalistas creen que el pago de un salario significa que la actividad productiva pertenece al capitalista, por lo que los trabajadores están alienados respecto a su actividad. Así, la actividad productiva se reduce únicamente a ganar el suficiente dinero para sobrevivir.
Los trabajadores están alienados también respecto del objeto de su actividad productiva, del producto, ya que éste no pertenece a los trabajadores y no pueden utilizarlo para satisfacer sus necesidades primarias. El producto, como el proceso de producción, pertenece a los capitalistas, que pueden usarlo como deseen, vendiéndolo generalmente para su beneficio. Así, los trabajadores no tienen una percepción correcta de lo que producen, y menos aún en largas cadenas de producción.
Los trabajadores también están alienados de sus compañeros de trabajo. El capitalismo destruye la cooperación natural, produciendo una sensación de soledad. Por otro lado, el capitalista enfrenta a los trabajadores entre sí para detectar cual de ellos produce más, trabaja más rápidamente y agrada más al jefe, generando hostilidad entre los compañeros de trabajo.
Finalmente, los trabajadores están alienados de su propio potencial humano. Los individuos cada vez se realizan menos como seres humanos y quedan reducidos al papel de bestias de carga o máquinas inhumanas. La conciencia se entumece, y el resultado es una masa de personas incapaces de expresar sus capacidades específicamente humanas, una masa de trabajadores alienados.
La alienación ideológica deforma la conciencia de los individuos sobre sus auténticas relaciones, crea una visión equivocada de la realidad, pero sobre todo de uno mismo y del lugar que ocupa en la sociedad: las relaciones de los obreros con los que no lo son, las relaciones de unos y otros con el trabajo y con los productos del mismo, el carácter real de las relaciones sociales, el dominio de la fuerzas inhumanas en la sociedad, la degradación moral y física del obrero, el papel de la religión, etc.
El concepto de alienación, como el fetichismo de las relacciones de producción, es fundamental para desarrollar el de ideología como conciencia falsa de la realidad. No obstante, determinadas versiones falseadas del marxismo, como la de la Escuela de Frankfurt, reducen la alienación a un fenómeno ideológico, encubren sus auténticas causas materiales poniendo en su lugar a una supuesta cultura de masas propia de una supuesta sociedad industrial. Por el contrario, el descubrimiento de la alienación del trabajo como núcleo, permitió a Marx proponer los caminos para eliminarla: liquidar la propiedad capitalista y la división del trabajo que conlleva.