Muro de solidaridad y denuncias:
Más represión en las cárceles:
-Juan David García Concha recibe otra paliza por parte de los carceleros de Archidona
El pasado 20 de abril, al preso García Concha le dieron una paliza los carceleros de la prisión de Málaga II. Perdió dos veces el conocimiento, lleva once puntos en la cabeza y vuelve a cojear por golpes en la rodilla… la causa que generó ésto fue el pedirle a un carcelero que se identificara.
-Reflexiones desde el aislamiento en Madrid VII, Estremera
Toni Chavero Mejías
Cartas y dibujo:
Huelga de hambre rotativa desde el 1º de Mayo
El primero de mayo, empezó la huelga de hambre colectiva convocada por un puñado de presxs en lucha y que da continuidad a sus acciones anteriores, de las que la última ha sido la huelga de hambre rotativa por la excarcelación de las personas presas gravemente enfermas que terminó a mediados de marzo. Que sepamos, hay al menos siete u ocho compañeros que van a hacer esta huelga, convocada del 1 al 15 de septiembre, por la excarcelación de personas presas enfermas y ancianas, en protesta por la desatención médico-sanitaria en las cárceles combinada con la incomunicación, el aislamiento y la represión de cualquier protesta, en solidaridad con quienes han sufrido ya represalias al intentarlo y por el resto de las 14 reivindicaciones. Ahí va una carta de Toni Chavero, recibida con mucho retraso, pero a tiempo, explicando los motivos de la huelga, su relación con las movilizaciones anteriores, su necesidad y las dificultades para llevarla adelante. Al final, nos comunica una huelga de brazos caídos y de silencio frente a los carceleros que se inició el día 15 de abril en una de las galerías de aislamiento de la cárcel de Estremera para protestar por dejación médico-sanitaria, la incomunicación arbitraria y la falta total de actividades de “tratamiento”. Picando sobre las palabras coloreadas en el enlace, se pueden ver las propuestas que originan esta huelga, con algunas reflexiones sobre la anterior y con los artículos del reglamento y la ley penitenciaria de los que se habla en el texto.
-Poema de amor para Carliños Cela
Un año sin ti, un año contigo
Por Paco Cela, recita Pablo Hasel.
9 minutos:
–https://www.facebook.com/100036425448012/posts/227035771853936/
-La reivindicación y el arte
En el barrio okupado de Errekaleor, en Vitoria-Gasteiz, sus paredes y edificios recogen una treintena de murales de gran tamaño. Verdadero arte popular, verdadera reivindicación gráfica. Disfruta:
–https://halabedi.eus/es/argazki-galeria-errekaleor-mila-koloretako-auzoa/
Opinión:
-¡Revolución o barbarie!
Humanización frente a deshumanización. Capitalismo de rostro humano, vamos. Esta es, al final, la solución de Luca Dobry: «Si saliéramos de esta con una convicción mayoritaria e irrefutable de que necesitamos un Estado del bienestar fuerte, y grandes inversiones públicas, y entes públicos capaces de gestionar con una lógica de bien social, podríamos entonces activar nuestra última esperanza» ¡Todos los feligreses encomendados a la Santa Voluntad! Empezando, se deduce, por la de los banqueros, sus políticos, militares, policías, jueces… que son los que tienen la sartén por el mango. De lo contrario, añado siguiendo esa lógica, no hay esperanza para la humanidad… ¡¡Bueeeeno!! ¡¡Por Dios!! ¡¡Que alguien nos alumbre!! Es lo que tienen las interpretaciones humanistas del mundo y el indisimulado empeño de salvar los privilegios de la explotación capitalista que las alimentan.
¡Un poco de ciencia! Ya hace mucho que Marx dejó sentado que, si bien la voluntad humana juega un papel en el desarrollo histórico y, a veces, determinante, nunca hasta el punto de supeditar a ella las leyes económicas y del desarrollo social que le son propias a cada sociedad dada.
Sin duda, el modelo neoliberal, entronizado por Thatcher, Reagan, Felipe González… se pudre con toda su retórica regresiva. Los apologistas del sistema ahora tienden a relegar el discurso del “libre mercado” y promover un renovado “intervencionismo estatal”. Pero no por eso cabe esperar una reedición del “pacto social” keynesiano, una vuelta a su Estado de asistencia como sueña Luca Dobry: «En este período de reflexión debería definirse un nuevo “contrato social” en el sentido rousseauniano. Ya se están produciendo situaciones inverosímiles en lo que respecta a la hegemonía ideológica del neoliberalismo. Quién hubiera dicho que el gobierno de Trump se lanzaría a crear un vastísimo programa de renta básica para aquellos bajo el umbral de pobreza, o que el Gobierno de Sánchez fuera a poner en marcha el mayor dispendio público de la democracia, que los desahucios por impago se pararían en seco, o incluso que se nos ocurriría empezar a hablar seriamente de abolir el alquiler. Cuánto van a perdurar este tipo de medidas después de la pandemia y cómo se van a inscribir en la normalidad post-virus está por ver, pero de momento se percibe un cambio de tendencia respecto a lo que fue la gestión de la crisis de 2008, que puso la salud de cualquier entidad financiera por delante de la humana, arrojada a la miseria». Lo único que todo esto certifica es el desbordamiento de las recetas neoliberales y su manifiesta incapacidad para contener la actual multiplicidad de contradicciones en pugna, para prorrogar el mundo unipolar en el que se sustentaron.
El neoliberalismo estalló contra las leyes del desarrollo histórico que, muy a su pesar, son objetivas, independientes de la voluntad humana. Querían resolver la crisis económica (es decir, de agotamiento de las posibilidades de desarrollo sostenible del sistema global existente), dando marcha atrás al reloj de la historia. Volviendo sobre lo andado. Del capitalismo monopolista de Estado al capitalismo de “libre competencia”. Resultado: lo único que consiguieron fue llevar al mundo al borde del abismo. Cierto que aún así no faltan tercos. Algunos incluso en nombre de la salvación del Planeta, lo que llama la atención de Dobry: «el nuevo afecto del ecologismo, que considera que hemos alcanzado un estadio ilícito de tecnologización y debemos ahora decrecer, o en términos más románticos, sanar la Tierra de nuestras prácticas abusivas. La narrativa es la de una humanidad descarriada en su persecución de la modernidad, que debe ahora bajar velocidades y encontrar maneras más puras de existir». Pero, en verdad, el fenómeno no es nuevo. Ante cada gran salto en ciernes en el desarrollo histórico, siempre hay alguien que mira hacia atrás. En los albores de la revolución burguesa, sin ir más lejos, no faltaron personajes que promovieron el retorno a la fragmentación feudal y a sus pretendidos valores caballerescos… Asumir el desatino de Fakuyama es asumir que hay una historia, ésta sin clases, por escribir. Por eso salen a escena personajes tan mafiosos como Balsonaro, tan rancios como Abascal o postmodernos del “maltusianismo eco”, del “neofascismo verde”, que «consideran que somos demasiados y no está tan mal que se cribe a la población mundial».
Pero, por lo mismo, tampoco cabe reeditar, por más voluntad que pongan las nuevas figuras reformistas, o encomendamientos a la Divina Providencia que haga Luca Dobry, un “pacto social” que retorne al fallecido “Estado de bienestar”. Este fue hijo del ciclo expansivo del capital al que dio lugar la reconstrucción posterior a la II Guerra Mundial y, lógicamente, murió con él.
Las propias metamorfosis inversas de Pablo Iglesias y sus complutenses de Ciencias Políticas, son todo un paradigma al respecto. Si no puedes con tu enemigo, únete a él. ¡Querían! ¡Soñaban! Pero, ¡oh!, “nos sabotearon”, “no nos votaron”… Así fue como sus mariposas democráticas se convirtieron en los gusanos fascistas de siempre. De piso en Vallecas a mansión en Galapagar. De las proclamas anticasta a los televisivos lloros por la admisión en el selecto club. De reclamar un proceso constituyente a poner a la Constitución monarca-fascista del 78 como referente de derechos democráticos… No era de recibo insistir en ¡infantiles renuncias de privilegios!
Cada cual es dueño de sus ridículos. El problema es que los discursos políticos que tienden a reanimar y humanizar al colapsado organismo capitalista solo pueden abrir paso, en su inevitable fracaso, a las fuerzas más negras y reaccionarias, como ya pasó en el pasado. Las falsas ilusiones, las soluciones fáciles e indoloras, los paraísos de ficción… desorganizan, desmovilizan, paralizan… y finalmente se transforman en decepciones reales, frustrantes impotencias, resacas derrotistas…
Si algo está poniendo de manifiesto el coronavirus en todos los terrenos: en el económico, en el político, en el social, en el científico, en el cultural… es, precisamente, la imperiosa necesidad de superar el sistema capitalista de producción. Todo lo que no sea incidir en esto, trabajar a favor de esto, señalando la evidencia de que las clases dominantes no van a renunciar por las buenas a sus privilegios, destacando que tal proceso o es revolucionario o no es cambio, nos deja en el campo de la reacción.
Y hay que empezar a hacerlo desde ahora mismo. Tenemos que organizarnos y unirnos. Organizarnos para hacer la revolución socialista y alcanzar el comunismo y, como paso para avanzar en ese camino, pelear unidos por implantar un Programa que nos haga recuperar las conquistas perdidas e ir más allá. Un Programa Democrático para la Unidad Popular que podríamos sintetizar en estos puntos:
1. Proclamación de la República Popular.
2. Salida de la UE y de la OTAN.
3. Nacionalización de la banca y de las grandes empresas.
4. Amnistía para los presos políticos. Derogación de todas las leyes especiales de represión. Disolución de la Audiencia Nacional.
5. Libertades políticas y sindicales plenas.
6. Derecho de autodeterminación. Erradicación de toda forma de discriminación racial, sexual y cultural. Educación y sanidad a cargo del Estado; viviendas sociales para todos los obreros.
