Luchas, derrotas, victorias… Antifascistas
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Los nazis no estaban solos
Otra de las grandes falsificaciones más extendidas sobre la II Guerra Mundial, es responsabilizar de la política de agresión y exterminio principalmente a Alemania, seguida por Italia y Japón; pero no fueron los únicos.
Los gobiernos de Bulgaria y Rumanía, se apresuraron a ser los comparsas del nazismo. Otro fue el régimen Ustacha de Croacia, uno de los regímenes más brutales creado bajo el amparo de los nazis, gobernado con mano de hierro por los nacionalistas fascistas croatas, que fueron el principal aliado de los nazis en Yugoslavia. Además de la persecución y aniquilación sistemática de judíos, los croatas se emplearon a fondo para terminar con sus enemigos étnicos y políticos dentro de Yugoslavia. Su dirigente Ante Pavelic, fue acogido por los fascistas españoles al terminar la guerra, de hecho está enterrado en el cementerio de San Isidro de Madrid.
Los nacionalistas fascistas ucranianos también fueron un importante soporte del nazismo en su lucha contra los soviéticos y contra otros ucranianos que luchaban contra la ocupación nazi, además de trabajar mano a mano con las SS en la represión brutal y total de todos los judíos de la región.
Francia también tiene su historia de colaboración con los nazis. Fue ocupada en 1940 y dividida en dos: por un lado, un territorio directamente ocupado y gestionado por las tropas nazis. Por otro, el Estado de Vichy, colaboracionista al igual que el eslovaco o la República de Saló italiana. En ambos, miles de ciudadanos franceses colaboraron pasiva o activamente con los nazis. Las cifras son inciertas, pero se calcula que el número de implicados superaba ampliamente los 100.000 solo en la Francia ocupada.
El Estado húngaro, dirigido por Miklós Horthy, colaboró en la represión de los judíos dentro de su territorio, además de participar en varias campañas militares de los nazis alemanes.
Finlandia también se alió con los nazis en la Operación Barbarroja que suponía la invasión de la URSS donde participaron activamente en el cerco a Leningrado que duró novecientos días. Austria en su mayor parte apoyó el nazismo. Un 10% de su población pertenecían al partido nazi, cifra superior a la alcanzada en la propia Alemania.
Alemania, ante la imposibilidad logística de conquistar y dominar la totalidad de Europa y la necesidad de contar con colaboradores y apoyos, diseñó diferentes formas de colaboración, en unas ocasiones establecieron alianzas con países a los que no deseaban invadir pero que les resultaban de utilidad (Hungría, Bulgaria, Rumanía), en otras, crearon estados vasallos que mantenían una ficción soberana a las órdenes de Alemania: Vichy, Croacia y Eslovaquia se cuentan entre estos últimos. A los que hay que sumar los países bálticos como Letonia, Lituania y Estonia que participaron junto a los nazis en la guerra de agresión contra la URSS y en el exterminio de los judíos en sus territorios, sin olvidar, la colaboración del régimen fascista español, que participó con tropas en la invasión de la URSS y cumplió un papel destacado en el avituallamiento del ejército nazi.
*Fotomontaje de John Heartfield
“Pacto de Venecia. ¡Basta de arrullos de paz! ¡Firmes! ¡Rompan filas!”.