Muro de solidaridad y denuncias:
-Marcha a la prisión de Murcia
Durante los meses de mayo y junio ha quedado en evidencia que sin presión popular la opacidad y la impunidad de las carceleros aumenta aún más. Lo que pasa al otro lado de los muros se queda en el interior de la cárcel si quienes estamos fuera no lo denunciamos.
Las cárceles, lejos de ser herramientas para “reinsertar” a nadie, son aparatos para destruir la voluntad y el carácter de las personas, son campos de concentración de la burguesía para mantener sometida a la clase trabajadora y oprimidos a los pueblos. Y en el caso de los presos y las presas políticas, la cárcel adopta medidas especiales para intentar mantener a estas militantes.
En las cárceles se practica de manera habitual la tortura directa contra lxs presxs por medio de insultos, amenazas y palizas. La tortura crónica, en cambio, es constante, para lo que han diseñado un paquete de medidas y leyes de carácter asesino. La lucha de Patxi Ruiz sacó a la luz la crudeza de la cárcel, y el Movimiento Pro Amnistía tomó el compromiso de recoger ese testigo con el objetivo de que ningún preso ni ninguna presa se vuelva a ver en la obligación de tener que arriesgar su vida.
Pero cuando hablamos de la cárcel, a menudo quedan ocultas las responsabilidades, como si con la existencia y utilización de estas y de su violencia nadie sacara provecho económico y político. En el caso de Euskal Herria, son los Estados de España y Francia los responsables de mantener secuestrada y bajo una presión psicológica y física constante a la clase trabajadora en general, y especialmente a militantes políticos como Patxi Ruiz. Para ello el sistema necesita de periodistas que amparan y justifican la tortura, de políticos que gestionan la política penitenciaria, de jueces que garantizan la impunidad de los torturadores, de médicos como los de Murcia II y de psicópatas como su Director Jesús Hernández.
Por eso estamos hoy aquí, para señalar a los responsables de los ataques contra Patxi y el resto de presos y presas. Mañana habrá elecciones en una parte de Euskal Herria, pero ninguno de los partidos planteará ninguna alternativa para terminar con el capitalismo que pisotea y asesina a la clase trabajadora ni para destruir el imperialismo que ocupa pueblos y los hace desaparecer, sino que debatiran de las distintas maneras de gestionar el mismo sistema y la misma miseria.
Ninguno de ellos reivindicará la amnistía para quienes sufren la represión por luchar a favor de estos objetivos. La fuerza y la presión ejercida por el Pueblo en la calle serán la clave para revertir la situación. Con la lucha popular amnistía, independencia y socialismo.
En Murcia, a 11 de julio de 2020.
Movimiento Pro Amnistía y Contra la Represión.
-Concentración en Castelló en solidaridad con Pablo Hasel. 11 de julio.
-Concierto de Pablo Hasel en la Cosa Nostra de Castelló. 11 de julio.
-Cartelones de Pablo Hasel
Poster editado en Latinoamérica “Solidaridad. Nacimos para cambiar la historia, no para ser sumisos. Absolución Hasél, Valtonyc, La Insurgencia”.
-Video Pablo Hasél: apoyo a manifestación del 25 julio en Bilbao
Amnistía, autodeterminación, clase obrera, antifascismo
–https://www.youtube.com/watch?v=C_0sYp95TNo&feature=youtu.be
-Recuperar las calles
Se avecinan tiempos negros para el pueblo trabajador, y no se puede mantener una actitud sumisa. La movilización por los derechos democráticos, la activación contra la crisis y la explotación, para revertir la situación y hacer que las consecuencias de la crisis las paguen aquellos que la han originado.
Manifestación en Gasteiz. 18 de julio.
Independentzia – Sozialismoa
Jarki.
Mientras tanto:
-Detenidos un coronel, un teniente coronel y un subteniente de la Guardia Civil
Por presuntos amaños en los contratos de los uniformes del cuerpo.
Se trata del coronel Juan Antonio Maroto y del teniente coronel Alberto Martín Altube, responsables del Servicio de Contratación del instituto armado. Hay otros 5 detenidos.
-11 años de cárcel para dos agentes por montaje policial:
Inculparon falsamente a una mujer por encargo de su exnovio. El Supremo confirma que en el montaje acusaron a la mujer de tráfico de drogas y de un delito por atentado con arma de fuego por encargo de su exnovio y a cambio de dinero, lo que llevó a la víctima a estar 39 días en prisión.