Cartas desde prisión:
Manuel Arango Riego
Herrera de la Mancha, 21 de septiembre de 2020
«… He recibido todas tus cartas últimas con un buen montón de textos, de indudable interés todos ellos, algunos de los cuales los he reenviado a otros sitios, y el de «Palacios del Sil: Relatu etnográficu» para mi es muy entrañable y me retrotrae a épocas jóvenes de mi vida; menos mal que hay gente que impide que se pierda un pasado tan esclarecedor.
No me falta mucho para volver aquellas tierras, de las que falto desde 1990, hace 30 años; como se ha semidespoblado y ya no debe quedar nadie de mi tiempo, voy a ser un perfecto desconocido. Pero siempre me quedarán los montes, valles y ríos, mis eternos parientes o familiares naturales, mis compañeros de vivencias. Mi madre de 95 años me está esperando, siquiera como dice ella ‘para verte una vez’; continúa aislada, como todos, en una residencia del valle.
Por mi parte, hay un abandono sanitario, por parte de la cárcel sobre todo después del estallido de la pandemia; esperemos a salir para tratar dolencias de diverso tipo.
Mientras, escribo trabajos con bastante frecuencia, los cuales, como siempre los envío a la calle; como estoy muy atareado no te puede hacer copias; espero que en la calle los publiquen.
Recibí carta de Lucio García desde Topas; le veo bien físicamente a pesar de la edad, que ya avanza, como la mía que cumplo ahora en diciembre 72 años.
Bueno a cuidarse.
¡Salud y resistencia! ¡Venceremos!”
¿Acaso Manuel Arango, gravemente enfermo, y siempre con el puño alzado, no nos da más ímpetu, fuerza revolucionaria y solidaridad obrera? O sacamos ¡ya! a las y los presos políticos gravemente enfermos o estas personas, ejemplos de combate perpetuo contra las injusticias, serán exterminados entre rejas. Ejemplos se pueden poner más de 10. Tuberculosis diagnosticada como catarro; Isabel Aparicio; Igor González…