Memoria histórica imprescindible:
-Hallan restos óseos y pruebas de fusilamientos en el Cementiri Vell de Ibiza
Se han encontrado 12 casquillos y proyectiles: 8 casquillos y dos proyectiles de fusil Mauser, uno completo sin disparar y uno disparado, y otros dos de casquillos de arma corta, también Mauser, el arma oficial del ejército franquista.
La evidencia de que se produjeron fusilamientos en el mismo cementerio, es la aparición de huesos con quemaduras de balazos y que en una de las paredes de las capillas, que no está tan arreglada como las demás, todavía puedan verse el impacto de 60 disparos y esquirlas.
-Una anónima imprescindible. Teresa Toral.
María Teresa Toral nació en Madrid en 1911. Es otra de esas mujeres olvidadas de nuestra Historia. Quería estudiar Química. Pero su padre le aconsejó que estudiara Farmacia. Y acabó estudiando las dos cosas.
Al término, entró a trabajar en el Instituto Nacional de Física y Química, con Enrique Moles. Uno de los mejores laboratorios para la determinación fisicoquímica de pesos moleculares y atómicos. Era la Edad de Plata de la Ciencia Española. Publicó mucho y se convirtió en una científica con reputación internacional.
Y entonces estalló la guerra. María Teresa siguió en el Instituto Nacional de Física y Química. Y al acabar la guerra la acusaron de fabricar explosivos en el Instituto. La condenaron a doce años de prisión. Pero salió en el 41, con un indulto general.
Montó entonces una farmacia. Su padre tenía razón, estudiar farmacia era rentable. Pero usó la farmacia para organizar reuniones clandestinas antifranquistas. Y la detuvieron por segunda vez. Ahora el delito era más grave y la iban a condenar a muerte. Se desató una oleada de protestas internacionales que pedían a Franco que no ejecutara la condena. Hasta las hijas de Marie Curie se presentaron en el juicio.
Le conmutaron la pena por dos años de prisión. Y al salir se fue a México, donde fue profesora de química en la Universidad. En aquel momento, debió aparecer la vena artística materna y María Teresa se convirtió en una artista grabadora. Muchas de sus obras están en museos de todo el mundo.
Volvió a España en 1994, poco antes de morir.
-Uno de los menores robados durante el franquismo logra inscribirse en el Registro Civil con su identidad real
Una mentira demasiado dolorosa es la única verdad que ha vivido Juan Francisco Beamonte Isern casi toda su vida. Y es que con 43 años descubrió que el matrimonio de Banyolés que le había adoptado en realidad le había comprado cuando solo tenía seis años. Hoy este transportista ha recuperado su identidad, pero no así sus ansías de justicia.