Luchas, derrotas, victorias… Antifascistas
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-La benevolencia del bloque imperialista con los nazis
El tratamiento de los esbirros de Hitler también se adaptó a consideraciones imperialistas. En Alemania Occidental, los EEUU querían llevar ante la justicia a los nazis sin destruir la estructura social alemana, para que Rusia no pudiera aprovecharse del desorden. Esto no era fácil porque pese a la creencia popular, el nazismo no era un contagio del exterior, la consecuencia de un líder carismático o de locura colectiva. Desde el comienzo, el partido nazi obtuvo el apoyo de figuras importantes porque se había convertido en una alternativa radical para el capitalismo.
La condena al nazismo se solventó con los juicios de Nuremberg; tan solo se juzgó a 12.500 nazis, se condenó a 5.000 y se ejecutó a nueve. En la zona británica se exoneró al 90 por ciento de los encausados nazis. Tanta indulgencia contrastaba con los tribunales militares nazis, que habían ejecutado a 26.000 personas pero no se llevó siquiera a juicio a ningún juez ni fiscal de la época. En palabras de un historiador: «Pronto los tribunales parecieron una lavandería: uno entraba vistiendo una camisa marrón y salía con una camisa blanca almidonada. Finalmente la desnazificación se había convertido no en la limpieza de nazis de la economía, administración y sociedad alemanas sino en la limpieza y rehabilitación de los individuos».
Así en Alemania Occidental, gigantescas empresas como IG Farben (productora del gas empleado en Auschwitz) y la mayoría de los bancos salieron virtualmente indemnes, nunca fueron condenados, de hecho a partir de 1947 todas las causas abiertas por crímenes de guerra se redujeron en intensidad.
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