Memoria histórica imprescindible:
-Inician la exhumación de un asesinado por los franquistas en Andorra (Teruel)
En la Causa General, que instruyó el franquismo y que llevó a la condena a miles de republicanos, sólo se asegura que era cercano a las organizaciones de izquierda locales.
Se ha iniciado la búsqueda de los restos de Sebastián Blasco Aznar, nacido en la localidad turolense de Andorra, el 20 de mayo de 1885. Allí trabajó como labrador, sastre y sereno.
En la versión oficial de su muerte, redactada por las autoridades fascistas, se asegura que se trató de un suicidio, cuando iba a ser detenido por la Guardia Civil. Pero su viuda y sus hijas siempre han sabido que fue brutalmente asesinado por un grupo de vecinos a los que se sumaron dos guardias civiles.
–https://diario16.com/inician-la-exhumacion-de-un-asesinado-por-los-franquistas-en-andorra-teruel/
-Sobre la muerte de Miguel de Unamuno
‘Palabras para un fin del mundo’, de Manuel Menchón, revela información desconocida que apunta a que Unamuno fue asesinado por el falangista Bartolomé Aragón Gómez.
El discurso abierto y público del 12 de octubre en el Paraninfo de la Universidad de Unamuno, ante el general Millán-Astray, el colérico ‘novio de la muerte’, había tenido consecuencias mucho más serias que las que tuvo. Al fin y al cabo, las bestias fascistas lo saldaban todo con sangre.
El 12 de octubre por la tarde, Unamuno fue, como cada día, al Casino a tomar café. Allí algunos contertulios le insultaron y le abuchearon. El 13 de octubre fue suspendido como alcalde y concejal honorario de Salamanca. El 14 de octubre, el claustro universitario acordó su destitución como rector perpetuo de la Universidad. A partir de ahí y hasta su muerte, el filósofo se recluyó en su casa, donde concedió algunas entrevistas y siguió escribiendo.
La última persona que le vio con vida, Bartolomé Aragón Gómez, es la clave de esta historia. Hasta hoy, siempre se ha dicho que éste fue un ex alumno de Unamuno, sin embargo, Manuel Menchón empezó a tirar de este hilo después de su anterior película, La isla del viento, sobre los días del exilio del escritor bilbaíno en Fuerteventura. Y los resultados de una minuciosa y muy amplia investigación son: Bartolomé Aragón Gómez nunca fue alumno de Unamuno ni amigo suyo, jamás había hablado con él antes del fatídico día de su muerte. Y, mucho más, fue director del diario ‘La Provincia de Huelva’. Jefe de Falange, participó como voluntario en la cuenca minera de Ríotinto, con el tercio de requetés ‘Virgen del Rocío’, en una acción de represión dantesca que dejó decenas de asesinados. Por esos días, estaba profundamente comprometido con las labores de propaganda, entre las que se priorizaba la censura inquisitorial contra las ideas del «enemigo».
-La brutal represión contra la familia Liste Forján
Constante Liste, hermano de Enrique Líster, general del Ejército Rojo, sigue desaparecido tras ser fusilado.
Sufrieron la brutal represión fascista en una tierra donde no hubo guerra, sino venganza.
-Antonio González Ramos, militante del PUCC, asesinado en comisaría el 31 de octubre de 1975
Antonio González Ramos había nacido en una familia campesina del norte de Tenerife. En los años 60 emigró a Alemania. Allí, en la cadena de montaje del bienestar germano, conoció a militantes comunistas españoles que hacían horas extras en la cadena de montaje de la unidad sindical. Antonio volvió a la isla y consiguió entrar a trabajar en la Philips Morris. Rápidamente se implicó en el movimiento vecinal y fue uno de los que sacaron adelante las Comisiones Obreras. Lo echaron a la calle. Y se afilió al Partido de Unificación Comunista de Canarias (PUCC).
El 29 de octubre de 1975, seis miembros de la Delegación Especial de la Dirección General de Seguridad para Canarias, a las órdenes del jefe de la Brigada Social, José Matute Fernández, y cinco funcionarios del Servicio de Información de la Guardia Civil, lo detienen. Le acusan de posesión de propaganda política del PUCC y de varios cartuchos de dinamita. Las octavillas son suyas y la dinamita de un amigo que la utiliza para pescar. Da igual. La policía saca pecho y presume de haber desarticulado a un peligroso comando terrorista. Antonio acaba en los sótanos de la comisaría.
El comisario jefe de la Brigada de Investigación Social de Santa Cruz de Tenerife, José Matute, baja al sótano acompañado por el cabo de la Guardia Civil José González Álvarez. José Matute es profesor nacional de defensa personal y cinturón negro, tercer dan, de judo. No le hace falta gimnasio para entrenar. Hace apenas un mes ha mandado al hospital al estudiante Julio Manuel Trillo. En teoría está condenado a seis años de destierro lejos de Santa Cruz de Tenerife por los delitos de lesiones y coacciones con las agravantes de abuso de superioridad. En teoría.
Antonio González permanece esposado con las manos en la espalda mientras el comisario Matute empieza a propinarle golpes en el cuello. Antonio aguanta y el comisario lo derriba propinándole rodillazos en la boca del estómago. Una vez en el suelo, Matute se deja caer repetidas veces con las rodillas sobre el tórax y estómago de Antonio. Un golpe en la columna vertebral provoca una filtración sanguínea que le causa la muerte.
La autopsia acaba revelando fractura de la segunda a la séptima costilla izquierda y de la quinta, sexta y séptima costilla derecha; fractura del esternón, con hemorragia interna e hígado desgarrado. A su viuda y cuatro hijos les comunican que Antonio ha muerto al intentar escapar de la justicia saltando de un coche en marcha mientras lo trasladaban a testificar.
La versión no cuela y Matute se va de vacaciones a Venezuela. Volverá un año más tarde, a punto para acogerse, junto a José González Álvarez, a la ley de Amnistía. El juicio ni siquiera llega a celebrarse y Matute se reincorpora al cuerpo de policía. El primer gobierno del PSOE lo acabará destinando al departamento de elaboración y custodia de los datos de las personas detenidas, en Madrid.
-De: Toni Alvaro
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