Luchas, derrotas, victorias… Antifascistas
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La Insurrección de París
En vísperas de la liberación de París, en agosto de 1944, la población se preparaba para la insurrección. Ya desde comienzos de agosto se llevaban a cabo huelgas masivas de trabajadores, pero De Gaulle temía que la resistencia liberara París antes de que las fuerzas imperialistas pudieran llegar y cursó la orden de que “regresen inmediatamente al trabajo y mantengan el orden hasta que lleguen los Aliados”. Esta orden se ignoró y el 19 de agosto dio inicio la insurrección general. Capitaneados por Rol-Tanguy, un comunista brigadista internacional en la guerra contra el fascismo en España, 20.000 combatientes (de los que solo una décima parte estaban armados) liberaron la capital en un periodo de ocho días.
La insurrección continuó en días sucesivos. Cuando en la mañana del 24 de agosto por la tarde tropas francesas regulares (la Segunda División Acorazada del general Leclerc) llegaba al corazón de la ciudad, París ya había sido liberada por los insurgentes. De Gaulle, en la línea de lo que ya se avecinaba, lo primero que hizo fue quejarse de que Rol-Tanguy había cometido la temeridad de recibir la rendición alemana como un igual junto al soldado legítimo y regular Leclerc.
Tres días más tarde, De Gaulle se entrevistaba nuevamente con la Resistencia. Según su propia narración, comunicó a los reunidos lo siguiente: «las milicias ya no tenían más utilidad. Las existentes serían disueltas y tras tomar nota de las observaciones a favor o en contra de los miembros (del Comité Nacional Revolucionario) puso fin a la audiencia».
No pasó mucho tiempo hasta que se desarmó a la Resistencia y sus miembros, los antifascistas de diversos países, incluidos los republicanos españoles, fueron condenados al ostracismo y borrados de la historia oficial de la lucha por la liberación de Francia.
