Muro de solidaridad y denuncias:
-Hacer llegar aliento solidario a las y los presos políticos
Como todos los años, solidarios con los presos políticos en Madrid, envían tarjetas a las cárceles.
*Anverso:
Dibujo de eneko. En la tierra, brota una flor, semilla de la bandera republicana enterrada.
*Reverso:
“Nosotros somos los que acomodan su paso al paso de la historia, los que pisotean el imperialismo que se derrumba, los que edifican el mañana” “Salud y (R)epública para este 2021” “Sigue la oferta: Presentando esta tarjeta en Madrid se canjeará por un bocata de calamares y una caña”.
(El sello de franqueo, de Juan Carlos I, de 65 millones de €.)
-Sigue la solidaridad con Pablo Hasél
Campaña del Comité d’Asturies pola Amnistía
*Pancarta: “El Estado español quiere encerrar a Pablo Hasel por comunista consecuente y ejercer su derecho a la libertad de expresión. ¡Impidámoslo en las calles!. CapA”.
*Pancarta: “Pablo Hasel llibertá ¡Amnistía total!. CapA”.
–Campaña homenaje-denuncia 22 años asesinato de Aitor Zabaleta
Seguidor vasco de la Real, asesinado en Madrid por fascistas del Atlético.
Numerosas pintadas: “Aitor Zabaleta justizia, gogoan zaitugu. Faxismoari aurre! 22 urte zurekin”.
–La Revolución en Tirso de Molina
En ‘El País’, 9 diciembre 2020. Sección Madrid
De Sergio C. Fanjul
Más de una vez he visto salir a los turistas (¿se acuerdan ustedes de los turistas?) de la estación de metro de Tirso de Molina y, en busca del Rastro, dar a parar a los puestos políticos que se montan en esa plaza los domingos por la mañana, donde un punk muy grande se come una bolsa de magdalenas al sol.
Un grupo de sonrientes chavalas anglosajonas, por ejemplo, que quieren comprar qué sé yo en Ribera de Curtidores, pero lo que se topan son fanzines feministas, banderas rojinegras, propaganda anarcosindicalista, wnsayos sobre ecología profunda, chapas de grupos de hardcore, libros sobre Eskorbuto (la banda punk, no la enfermedad), enseñas republicanas, y una buena tropa de izquierdistas subculturales y anticapitalistas. Entre ellos el sindicato CNT, que tiene ahí al lado sus locales históricos. Y ellas que solo querían una camiseta que dijera: “Estuve en Madrid y me acordé de ti”.
Es que el Rastro esta más allá, y lo que se han encontrado las guiris son los puestos de eso que llaman izquierda extraparlamentaria y que llevan aquí desde la Transición, cuando sufrían ataques de los ultraderechistas Guerrilleros de Cristo Rey o Fuerza Nueva, más recientemente de Bases Autónomas. Cuando empezó la pandemia, los puestos, igual que el Rastro, fueron clausurados, Y sus tenderos se preocuparon porque pensaban que eles iban a hacer la trece catorce y, aprovechando la coyuntura vírica, echarlos para siempre.
No se puede fiar uno del Ayuntamiento: a principios de los 90 el controvertido concejal de centro (y carnicero) Ángel Matanzo, del gobierno del Popular Álvarez del Manzano, conocido por su actitud de sheriff autoritario, había intentado echarles, sin éxito. Ahí, con un puesto, empezó también la célebre librería Traficantes de Sueños, que ahora tiene sede no muy lejos.
Han hecho manifiestos y concentraciones y ahora han regresado, con todas las distancias y las medidas de seguridad: el puño cerrado con gel hidroalcohólico.
“Por el momento la policía no nos ha dicho nada”, me dice una mujer anarquista delante de una mesa llena de libros, “esperemos que siga así la cosa». Ahí siguen, como la tribu de Astérix, siempre a puntito de hacer la revolución entre las tiendas de las floristas.
Los puestos de Tirso también son marca Madrid, porque es muy sano que en las calles de la ciudad haya vida y se expresen diferentes opciones políticas y culturales. En mi primer viaje en solitario a la capital, con 16 años, a ver a una novia punk, me llevaron a Tirso y vi yo que allí había mucho debate, y mucha algarabía, y muchas cosas que conocer, y que me pasaban un panfleto, y una litrona, y fue cuando a empecé a pensar que quizás tendría que mudarme a la gran ciudad, donde pasaban las cosas y se rozaban las ideas en las plazas.
Mientras tanto:
-La patronal con Felipe VI
El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ha dejado claro que Su Majestad es uno de los suyos en esta sociedad dividida en clases, expresando su apoyo a Felipe VI, al que le ha pedido «seguir y no desanimarse» tras garantizarle que los empresarios le van a «ayudar y empujar» en su labor frente a las dificultades que pueda encontrar. Garamendi ha transmitido este mensaje en presencia del rey durante la IV Cumbre de Internacionalización, celebrada en la sede de la Cámara de Comercio de España en Madrid.
“Todas las empresas sienten» que el apoyo del jefe del Estado es «espectacular» y «clave» en los viajes que hace al extranjero a la hora de ayudar a crear oportunidades de negocio.
*Recordamos que le decían lo mismo a su padre, Juan Carlos I…
–Como cobran ‘poco’, tienen que robar…
Una mosso y un ex policía y técnico de apoyo al cuerpo, atrapados robando ropa en un súper de Girona.