Movimiento Antirrepresivo y por la amnistía total:
-Euskal Herria: Ha nacido Tinko, organización contra la Represión y a favor de la Amnistía
Qué es Tinko
TINKO es una organización antirrepresiva independiente que tiene como objetivo la AMNISTÍA TOTAL. Siendo esto así, se pretende crear los instrumentos necesarios para hacer frente a la represión en Euskal Herria. Tal y como su nombre indica, pretende reflejar la actitud de firmeza y compromiso que están teniendo algunos presos y presas políticas en estos tiempos tan difíciles. La dignidad y entereza que están manteniendo debe ir acompañado con una lucha consecuente en la calle. Es nuestra responsabilidad que la llama de la lucha siga viva, para ello vemos más necesario que nunca la organización.
La lectura que TINKO hace sobre la represión va más allá de la denuncia de cada caso de manera aislada, ya que cada uno de esos casos responde a una situación represiva generalizada. Son los Estados los que hablan del tratamiento individualizado de los represaliados y las represaliadas, negando su carácter político y dificultando la solidaridad. Por lo tanto, es nuestro deber promover la unidad y solidaridad en este aspecto.
La reivindicación de la AMNISTÍA TOTAL es la que ofrece ese punto de vista general, como también es la salida política que se contrapone a dicha represión. La amnistía total contempla la libertad de todos y todas las represaliadas políticas sin ningún tipo de exclusión, así como la superación de las razones que están en la base de la represión, como son la opresión nacional y social. Por lo tanto, TINKO es una organización formada por militantes ideologizados, que en el camino hacia la consecución de un Estado Socialista Vasco quiere hacer su aportación en el ámbito antirrepresivo y solidario. Si la represión se adapta al nivel de la intensidad de la lucha, nuestro trabajo consistirá en hacer frente a esa represión con el fin de intentar facilitar las condiciones de lucha.
Debemos hacer una lectura más amplia de la represión, teniendo en cuenta la realidad y a fin de unir nuestras fuerzas. La intención debe ser crear un movimiento antirrepresivo amplio, siempre con la defensa de la AMNISTÍA TOTAL y que una la lucha de los represaliados del pasado, del presente y del futuro. Sin importar las formas de lucha llevadas a cabo en cada momento. En este sentido debemos destacar la absoluta generosidad de los represaliados y represaliadas del ciclo anterior, que en el más crudo invierno han sido nuestro norte y también hoy lo siguen siendo.
La AMNISTÍA TOTAL es nuestro objetivo estratégico, y no lo definimos de una manera meramente jurídica, sino sobre todo política. La amnistía comprende la libertad incondicional de presos/as, huidos/as, refugiados/as y deportados políticos, pero también la resolución de las causas que impulsaron a estas personas a tener que luchar por derechos básicos, haciendo frente, en el caso de Euskal Herria, a la opresión nacional y social de los Estados español y francés. Solo el fin de la negación de nuestros derechos puede garantizar que las cárceles no se vuelvan a llenar después de vaciarlas. Estas son, junto con la mencionada libertad de los y las represaliadas políticas, las otras medidas que debe recoger la amnistía total:
- – Derecho a la autodeterminación.
- – Anulación de las leyes represivas contra la clase trabajadora. Derogación de la reforma laboral, ley mordaza, ley de partidos y ley antiterrorista.
- – Disolución y expulsión de las fuerzas represivas y de ocupación de Euskal Herria.
RED ANTIRREPRESIVA
Como expresábamos al principio, TINKO pretende crear los medios necesarios para hacer frente a la represión. Vemos necesario crear una herramienta válida para organizarse frente a los casos represivos, que cree redes de solidaridad eficaces de apoyo a quienes padecen la represión por su actividad en los distintos ámbitos militantes. Además de organizar los medios para el apoyo jurídico, la red sería un lugar para la organización de la denuncia de la represión, siempre situando cada uno de estos casos en el seno de la represión general y garantizando la reivindicación de la amnistía total. Aunque la red sería políticamente amplia, los represaliados y represaliadas recibirían apoyo en base a estos mínimos:
- – Adherirse a la reivindicación de la amnistía total.
- – Alimentar la red, es decir, fortalecerla ante otros casos represivos.
- – Poner lo colectivo por encima de lo individual.
- – Ante un posible juicio no negar haberse acogido a derechos políticos básicos: derecho a la organización política, derecho de manifestación, derecho a reunión y derecho a la libertad de expresión.
-Ante la detención de dos jóvenes
Detención en Lekeitio de Ander Izagirre y Aroa Egia y, según las informaciones que están difundiendo, también estaría imputada una tercera persona que ya está en la cárcel. Una vez más, la policía política del PNV, la policía de la burguesía, ha entrado violentamente en casa de dos jóvenes vascos para, con la complicidad de la Audiencia Nacional española, secuestrar a estos militantes e intentar arruinarles la vida.
Les acusan de quemar un cajero automático en solidaridad con el preso político de la Txantrea Patxi Ruiz. Debemos recordar que Patxi Ruiz realizó una dura huelga de hambre y sed en mayo del año pasado para denunciar los ataques que estaba sufriendo por parte de la cárcel de Murcia II.
–https://tinkoamnistia.org/es/2021/06/23/ante-la-detencion-de-dos-jovenes/
Tinko:
–Introducción
Durante los últimos años se han producido varios cambios políticos en Euskal Herria. En vista de dichos cambios, algunos y algunas militantes nos hemos visto, inevitablemente, obligadas a tomar la lucha por la amnistía y contra la represión y hacer algunas reflexiones.
Hasta ahora, la lucha por la amnistía en Euskal Herria ha estado mayoritariamente ligada a un sector muy concreto, es decir, al Movimiento de Liberación Nacional Vasco. Esta lucha llevada a cabo en el último medio siglo nos ha dejado, entre otras cosas, varios represaliados y represaliadas políticas. El abandono de la lucha armada y de otras formas de resistencia, no ha abierto nuevos espacios para la lucha por la amnistía: la represión sigue aumentando y extendiéndose. Están reprimiendo todo tipo de movilizaciones populares (solidarias, antifascistas, anti-desahucios, ecologistas…), movilizaciones obreras y luchas sindicales y, en general, a la disidencia política.
La opresión nacional y social que sufre por parte de los Estados español y francés la clase obrera vasca es una realidad que no se puede negar. El fin de la lucha armada no ha supuesto ningún avance en lo que respecta a la cuestión nacional y mucho menos en lo que respecta a la cuestión de clase. Por otra parte, las instituciones vascas, lejos de suponer un avance a los problemas acuciantes han supuesto todo lo contrario, un retroceso en cuanto a la lucha por los derechos y libertades de Euskal Herria. Tampoco ha supuesto ningún cambio significativo la llegada al gobierno de España de la supuesta izquierda institucional (con la ayuda de los partidos reformistas y nacionalistas vascos). Ni siquiera con el “gobierno más progresista de la historia” le ha dado un respiro a la clase obrera y los demás sectores populares; ni la reforma laboral, ni la ley mordaza han sido derogadas y, ni mucho menos, la ley de partidos o la ley antiterrorista. Todas aquellas promesas de los reformistas han caído en saco roto.
“Que las falsas ilusiones y los cambios de rumbo no sirvan como coartada para apagar la lucha, para acabar con esa opción que todo pueblo o clase oprimida tiene, la de defender como sea necesario sus intereses colectivos.” Jon Kepa Preciado.
En las movilizaciones obreras y de los demás sectores populares se está viendo un aumento de la represión debido a las diferentes leyes impuestas ya mencionadas. Un clarísimo ejemplo de esto lo hemos podido observar durante esta última etapa de crisis sanitaria que vivimos, donde las pocos derechos y libertades democráticas que nos quedaban han sido borrados de un plumazo aumentando el carácter represivo de los estados.
Las detenciones y encarcelamientos, los montajes policiales, las multas, los desahucios, los despidos y un largo etc. no han cesado en ningún momento. La crisis que sufre el capitalismo y, a su vez, acelerada por la crisis sanitaria va a agudizar, más aún si cabe, las contradicciones entre clases, lo que supone un aumento en la escalada represiva de los estados autoritarios.
“Quizá resulte gracioso el decir que cuento con 3 comidas diarias y que no me falta techo donde cobijarme… de este modo pretendo expresar el hecho de que cada vez haya más personas y familias en los umbrales de la miseria, cada vez se agrandan más las diferencias de clase entre explotados y explotadores.” Patxi Ruiz.
Breve balance histórico y político
Llegados a este punto, debemos hacer un análisis más detallado de los enemigos a los que nos enfrentamos y del desarrollo histórico de los Estados que oprimen a este pueblo, ya que estos mismos son los instrumentos de la burguesía para hacer uso de la represión.
“El Estado es el arma de represión de una clase sobre otra.” Lenin.
En la etapa “democrática” del Estado español, en lo que respecta a la represión nunca ha habido ningún cambio significativo en función de quién gobierne. La monarquía ya se encargó fielmente de mantenerlo todo “atado y bien atado” sobre la base de los “Principios inmutables del Movimiento Nacional”, por lo que todas las herramientas necesarias para la represión y la opresión de los pueblos continuaron intactas tras la muerte de Franco.
La lucha contra la opresión y la explotación llevada a cabo por las masas, tanto de nuestro pueblo y como la del resto del Estado, empujó al Régimen a realizar un “cambio” político, maniobra que los propios franquistas ya venían preparando desde años atrás con la intención de integrarse económica y militarmente en el bloque imperialista y, a su vez, integrar a la oposición en el sistema. Dicho “cambio” supuso la Reforma Política de 1976 y acabó dando forma a la Constitución de 1978. Una Constitución profundamente antidemocrática amparada por los propios fascistas y que afianza la monarquía, el sistema de explotación capitalista y la opresión de las nacionalidades.
“Franquismo, Transición sin cambios y con traiciones y Falsa Democracia son las últimas etapas en la historia del Estado español.” Jon Kepa Preciado.
No es ningún secreto hoy en día que los altos mandos, las poltronas, los policías, los jueces, la televisión y la prensa se mantuvieron intactas. Los tres poderes del Estado, el ejecutivo, el legislativo y el judicial, siguieron en manos de aquellos que se sublevaron en julio de 1936. La misma oligarquía que se enriqueció en la época franquista es la que continúa hoy día en el poder ejerciendo el terror.
“El fascismo en el poder es la dictadura terrorista abierta de los elementos más reaccionarios, más chovinistas y más imperialistas del capital financiero.” Dimitrov.
En cuanto al Estado francés, la revolución burguesa que se produjo en 1789 no trajo beneficios para Euskal Herria. Por el contrario, profundizó en la opresión nacional del pueblo vasco: menosprecio del euskera, imposición del francés y de las ideas de la república francesa, etc.
Los conceptos burgueses de libertad, igualdad y fraternidad son elementos reaccionarios y corruptos para nuestro pueblo y para nuestra clase. La experiencia de la Comuna de París no tuvo excesivo eco en nuestra tierra. La Primera Guerra Mundial sólo sirvió para que los vascos y vascas fuesen a la guerra por el imperialismo francés: “euskaraz baizik ez zakiten haiek: mourts pour la patrie”. Murieron violentamente por esa patria etnocida, de capitalismo salvaje y de la barbarie constante contra las colonias.
Aunque los primeros en liberar París durante la Segunda Guerra Mundial fueron los gudaris vascos del Batallón Gernika, los sucesivos gobiernos hicieron la vista gorda y sabemos perfectamente que Francia no ha tenido nunca ni tendrá otro proyecto político para Euskal Herria que no sea el de la opresión y la explotación.
En cuanto a las últimas décadas, el Estado francés, siendo también parte del bloque imperialista en Europa, si bien en una época los refugiados vascos gozaban de cierta libertad de movimiento en su territorio, finalmente terminó colaborando estrechamente junto al Estado español en lo que respecta a la opresión y la explotación de nuestro pueblo.
Actualmente el Estado francés se ha visto obligado a aplazar la aprobación de la Ley de Seguridad Global debido a la oposición que ha encontrado en la calle, pero su intención es aprobarla en un futuro próximo. Aunque uno de los aspectos que más ha trascendido de esta ley es el artículo por el cuál se prohíbe la difusión de imágenes de policías durante sus actuaciones, contiene otros artículos que atacan frontalmente a la libertad: uso de drones para el control masivo de personas, mecanismos de reconocimiento facial, equiparamiento de policías municipales con policías nacionales, extensión de las funciones de las empresas de seguridad privada, autorización para entrar armados en establecimientos públicos a policías y militares fuera de servicio, aumento de penas a personas condenadas por acciones contra policías, etc.
A todo esto habría que sumarle el fichero FIJAIT, por el cual y bajo la excusa de la lucha contra el yihadismo se somete a control a los ex presos que hayan sido condenados en el Tribunal Correcional de París. Control que incluye obligación de comunicar la localización del ex preso, cambios de domicilio…
Las consecuencias de continuar bajo el yugo de los Estados francés y español, con la complicidad de todas las fuerzas políticas que lo sustentan de una u otra manera legitimando la antidemocrática Constitución española, tiene unos efectos palpables en nuestro pueblo.
El continuo recorte de libertades, la explotación, la negación del derecho a la autodeterminación, el terrorismo de Estado, la desatención médica de los presos y presas políticas, la dispersión, la tortura, los asesinatos, las detenciones, la brutalidad policial y la corrupción han sido una constante en la historia de los estados español y francés.
Las condiciones laborales de la clase obrera han empeorado estrepitosamente y su nivel de vida se está viendo mermado día a día. Esta explotación laboral está intensificando la confrontación entre la clase trabajadora y la patronal y todas las instituciones que la amparan. Por otra parte, diferentes sectores populares están siendo testigos del recorte sistemático de libertades y de la podredumbre y corrupción que campa a sus anchas en todas las instituciones. La ilegalización de organizaciones, el cierre de periódicos, detenciones y encarcelamientos de militantes políticos, twitteros, artistas, desatención médica en las cárceles, la aplicación del 155 en Catalunya…
“…desde el frente común antifascista de las distintas naciones, esta reivindicación está adoptando el papel democrático e histórico que coloca en la picota la reforma ‘pacífica’ del fascismo en el ‘78. Hoy en Catalunya la burguesía reclama Amnistía; en las calles de Madrid 6.000 personas reclaman la libertad de los presos políticos, la amnistía, etc. ¿Y en Euskal Herria? Pues el sectarismo, que se cumpla la ley…” Dani Pastor.
La Constitución española pretende afianzar la “indivisible unidad de la nación española”. Por lo tanto, supone la anulación de facto de Euskal Herria, así como de las demás nacionalidades del Estado. En cuanto a la República Francesa, la situación es aún más grave: las lenguas de las naciones oprimidas están casi a punto de desaparecer y no tienen ninguna ayuda por parte del Estado, ni estatutos de autonomía ni nada.
No olvidemos que una de las principales razones por las que los fascistas se levantaron en armas contra la República Popular fue, precisamente, para evitar el ejercicio del derecho de autodeterminación. La sacrosanta unidad fue y sigue siendo uno de los pilares fundamentales de España. Por esto mismo, el Estado no ha dudado en ningún momento en utilizar todo su aparato represivo contra el pueblo catalán y sus líderes independentistas durante el procés. A pesar de utilizar métodos de lucha pacíficos, el Estado tampoco dudó en incluso amenazar militarmente al pueblo catalán.
En Euskal Herria, el terrorismo de estado y la guerra sucia han sido más notorios debido a la intensidad de la lucha llevada a cabo. Por poner un ejemplo, los asesinatos de Mikel Zabalza, Lasa y Zabala son, entre otros tantos, una muestra clara del terrorismo de Estado llevado a cabo, ni más ni menos, que por el propio PSOE, responsable de los GAL, en la etapa “democrática” del Estado. Las grabaciones publicadas en varios medios en las que se puede escuchar a un exdirector del Cesid junto a un capitán de la Guardia Civil ponen en evidencia, una vez más, la impunidad con la que gozan quienes ejercen la represión. Son innumerables los casos de tortura, secuestros y asesinatos llevados a cabo por las diferentes policías y organizaciones terroristas creadas y amparadas por el propio Estado. ¿De qué democracia nos hablan cuando los mismos policías, militares y jueces que actuaban en la época franquista siguen actuando de la misma forma, y con total impunidad, una vez en pasada la falsa transición?
No nos cabe la menor duda de que actualmente se repiten este tipo de actos espeluznantes hacia los militantes políticos que son secuestrados por las fuerzas represivas del Estado, sean del color que sean e independientemente quién esté en el gobierno ¡La policía tortura y asesina con total impunidad!
Dicho esto, cabe mencionar la complicidad de la burguesía vasca en lo que respecta a la represión. La Policía Foral y la Ertzaintza son colaboradores y participes directos de todas las atrocidades llevadas a cabo por los Estados autoritarios. El Gobierno vasco del PNV y su policía son parte del aparato represivo del Estado, que en busca de su beneficio económico jamás ha dudado en colaborar con los opresores para continuar perpetuando la explotación y la opresión de nuestro pueblo.
“Tomo posesión como Lendakari del País Vasco, y asumo el cargo de representante ordinario del Estado en su territorio, que cumpliré con lealtad a la Corona.” Iñigo Urkullu. 5-9-2020.
Es por todo esto, por lo que el Estado se encuentra totalmente preparado y acondicionado para ejercer la represión de manera generalizada, ya que la superestructura política, jurídica e ideológica es heredera directa del franquismo. De ahí su carácter monopolista, centralista, terrorista y fascista.