42 aniversario de dos crímenes de la guerra sucia
Dos militantes del PCE(r) asesinados por el B.V.E.
-Francisco Javier Martín Eizaguirre, 28 junio 1979
Conocido entre sus camaradas como Juan, Eizaguirre nació en el seno de una familia obrera de Erandio (Vizcaya), el 4 de diciembre de 1937. Era el cuarto de seis hermanos. Con 20 años fue uno de aquellos trabajadores emigrantes que tuvo que viajar hasta Francia para escapar de la miseria y la represión fascista en los años cincuenta.
Comenzó su militancia revolucionaria desde muy joven, primero en el PCE. Fue miembro del Comité para Europa de Comisiones Obreras. Protagonizó una de las rupturas con el carrillismo dentro de la emigración española por su política revisionista y traidora hacia el movimiento obrero.
Formó en Francia los Comités de Apoyo a la lucha del Pueblo Vietnamita y Cubano. En aquella época militaba en una organización guevarista formada por emigrantes y exiliados que trataban de organizar la lucha armada antifascista en el interior de España. En 1967 fue uno de los dirigentes de la Organización Comunista Marxista Leninista, radicada en París, donde participó activamente en las grandes movilizaciones de mayo de 1968.
Junto con ellos y otras organizaciones de refugiados, fundó en 1968 en Bruselas la Organización de Marxistas Lenininstas de España. A partir de ese momento su principal objetivo fue la reconstrucción del Partido Comunista, consciente de que es indispensable para acabar con la explotación de la clase obrera y con la opresión nacional que sufre el pueblo vasco.
En 1971 se encarga del Comité de Dirección así como de las relaciones internacionales de la OMLE en París. Dos años después edita en Francia y Bélgica la revista mensual Noticias de España para ser distribuida entre los obreros emigrantes españoles.
Por ser el camarada más veterano de la Organización, en 1973 presidió la III Conferencia de la OMLE y el 8 de junio de 1975 en Torrelavega (Santander) fue secretario de la mesa en el Congreso Reconstitutivo del PCE(r), participando activamente en la elaboración de la Línea Política, el Programa y los Estatutos.
Por tanto, él fue el fundador y primer presidente del PCE(r) en el que formó parte, desde el principio, del Comité Central. Desde París, desempeñó un papel fundamental en la Comisión de Relaciones Internacionales. Mantenía contacto con las embajadas de China y Albania, con organizaciones comunistas de todo el mundo y difundía la revista de información exterior del PCE(r), que se llamaba España Antifascista.
Clandestinamente, Eizaguirre trasladaba al interior de España los documentos que los comunistas del mundo entero estaban divulgando para frenar las nuevas tendencias revisionistas. Gracias a su trabajo, aquí se pudo conocer la lucha que el movimiento comunista internacional, encabezado por Albania y China, había emprendido contra los modernos revisionistas soviéticos. Esto puso de manifiesto que la traición carrillista en nuestro país caminaba en paralelo a la reconstrucción del capitalismo en la Unión Soviética y que para poner de nuevo en pie el Partido Comunista de España había que luchar contra ambos revisionismos, que se sustentaban en las mismas posiciones ideológicas.
En octubre de 1977 todos los militantes del Comité Central del PCE(r) fueron detenidos en Benidorm por la policía política del régimen y, entre ellos Eizaguirre, que intentó fugarse de los gases lacrimógenos que había lanzado la policía dentro de la vivienda saltando por una ventana y rompiéndose una pierna. Pese a ello, fue abandonado en el patio del cuartel de la guardia civil de Benidorm un día entero y luego fue torturado en la comisaría de policía. Después pasó unos meses en el Hospital Penitenciario de Carabanchel (Madrid), donde pudo ser finalmente escayolado. A pesar de las numerosas fisuras, la lesión podía haberse curado, pero no fue atendido debidamente, corriendo el riesgo de tener que amputarle la pierna, por lo que fue trasladado al Hospital de la Beneficencia de Madrid, siempre bajo custodia de la policía las 24 horas del día.
Más tarde fue puesto en libertad provisional y pasó 19 meses convaleciente en un hospital de París. Fue operado once veces para salvarle la pierna de la amputación pero no pudo ya dejar de recurrir a las muletas para caminar.
Inmediatamente se reincorporó a la Comisión de Relaciones Internacionales del PCE(r), labor que el régimen fascista español no podía permitir. El asesinato fue preparado con la correspondiente campaña de intoxicación propagandística, esta vez de la mano del periodista-policía Alfredo Semprún, que publicó en ABC las consabidas noticias calumniosas que le preparó el Ministerio del Interior.
Semprún, en el semanario fascista Blanco y Negro de 9 a 15 de mayo de 1979 (núm. 3497) le acusó con nombre y apellidos de ser el coordinador de la cumbre terrorista europea. Ese mismo mes, Eizaguirre editaba una carta de respuesta a Alfredo Semprún en la revista Punto y Hora de 29 de mayo, acusándole de haberle señalado en el punto de mira de la guerra sucia y presumiendo un atentado contra él u otros militantes del PCE(r), como así ocurrió tan sólo un mes después. Acababa su carta de denuncia al policía-periodista así:
Ya nadie llora por los muertos,
todo el mundo se rebela.
Es la guerra.
Y en la guerra, a la muerte
No se le llora ni se le teme.
Fue asesinado de cinco disparos por la espalda mientras comía en un restaurante vietnamita el 28 de junio de 1979 por el Batallón Vasco Español, siglas que representaban el terrorismo de Estado de aquella época. Sólo hacía un mes que le habían dado el alta en el hospital. Sus familiares interpusieron una querella en París para conocer las circunstancias del asesinato, pero la policía francesa, que ya entonces era cómplice del Ministerio del Interior español, no investigó nada y los jueces cerraron el caso. Hoy es sabido que sus asesinos fueron Jean Pierre Cherid y Mohamed Talbi, quienes de regreso a España, asesinaron en el País Vasco-Francés a los refugiados vascos Enrique Gómez Korta y Jon Lopetegi, Pantu. Cherid y Talbi eran pied noirs, antiguos mercenarios de la OAS acogidos por los servicios secretos españoles después de la liberación de Argelia y tras la victoria del PSOE en 1982, dirigentes de los GAL.
Eizaguirre tenía 42 años en el momento de fallecer, estaba casado y tenía dos hijos, Bruno y Fabián, de seis y cinco años de edad.
Tras el asesinato el Comité Nacional de Euskal Herria del PCE(r) y otras organizaciones colocaron carteles y difundieron octavillas convocando una asamblea en la plaza de Erandio el 30 de junio a la que acudieron unas 300 personas portando banderas rojas, ikurriñas y banderas republicanas. Un camarada tomó la palabra y explicó la biografía de Eizaguirre, haciendo un llamamiento a la unidad y a la resistencia contra el fascismo. Al terminar la asamblea desfilaron en manifestación por todo el pueblo, cortando el tráfico de la carrtera entre Bilbao y Plencia. Al día siguiente se convocó otra manifestación que acabó en una concentración en la misma plaza de Erandio donde el PCE(r) convocó a participar en una semana de lucha por la amnistía entre los días 2 y 8 de julio. También en Rentería diversas organizaciones populares convocaron una huelga general por el asesinato de Eizaguirre y de otros revolucionarios asesinados por aquellas mismas fechas. En París se convocó otra manifestación en las proximidades de la estación de Austerlitz de donde salen los trenes para Madrid, llenando de pintadas uno de ellos. En el diario Egin, Herri Batasuna y las Gestoras Pro-amnistía editaron varias esquelas de homenaje. Durante su trabajo clandestino se entrevistó con dirigentes de HB en Euskal Herria.
-Aurelio Fernández Cario, 29 junio 1979
Aurelio nació en Fuentes de Andalucía (Sevilla) y desde principios de los setenta se había sumado al movimiento antifascista.
Era maestro y trabajaba en el colegio de un barrio sevillano donde comenzó a militar en la OMLE. En enero de 1974, debido a las redadas que sufrió esta organización en Andalucía el año anterior, tuvo que dejar su trabajo y esconderse en Málaga durante algunos meses. Después se exilió en Francia, donde pasó un año entero de oficina en oficina para que le concedieran el estatuto de refugiado político. Eso significaba que no tenía trabajo, por lo que vivía con su mujer en los albergues públicos destinados a los vagabundos. Finalmente, aún sin contrato, logró un trabajo de once horas diarias en un hotel.
Eizaguirre le encontró trabajo en una imprenta, primero como peón repartidor y luego como fotograbador. Al mejorar su situación, reanudó la militancia en el PCE(r), colaborando con Eizaguirre en la difusión de la revista España antifascista y apoyando a los refugiados uruguayos, chilenos y argentinos que llegaban a París huyendo de la represión en sus respectivos países.
Cuando Eizaguirre fue liberado de la cárcel y regresó a París, le visitaba frecuentemente en el hospital y continuó su labor comunista en Francia encuadrado dentro de la Comisión de Relaciones Internacionales del PCE(r). Le alcanzó la amnistía y consiguió el pasaporte para poder regresar a España en aquel mes de agosto de 1979 con su familia. Semanas antes de caer baleado por los mercenarios parapoliciales del Ministerio del Interior español, varios emisarios del gobierno francés le habían entrevistado para concederle el estatuto de refugiado político.
Era la política del palo y la zanahoria, una trampa; el pasaporte español y el estatuto francés eran para que relajara la vigilancia, y quizá también para reunir más informaciones sobre su persona y poder acabar con él más fácilmente. Fue cuando el Estado español decretó la caza y exterminio al comunista, tras el asesinato de Juan Carlos Delgado de Codes en abril de 1979 y la detención de 150 personas ligadas a los GRAPO, PCE(r), Socorro Rojo, ODEA, UJA, Pueblo y Cultura y Mujeres Antifascistas.
Al día siguiente del asesinato de Eizaguirre, el viernes 29 de junio de 1979, Aurelio Fernández Cario también cae asesinado, tiroteado delante de su domicilio en Choisy-le-Roi, en las proximidades de París. Desde varios días antes dos policías españoles hacían guardia junto a su domicilio y le seguían a todas partes. Hasta sus compañeros de trabajo se dieron cuenta cuando iban a visitarle. Un día Aurelio logró fotografiar desde lejos a los policías que le vigilaban.
Los medios de control informativo españoles le dedican a estos dos últimos crímenes de Estado una decena de líneas, sin nombrar ningún tipo de implicación. El diario francés Le Matin, sin embargo, informó que los asesinos estaban pagados por la patronal y el Estado español. En posteriores investigaciones, se descubre que los servicios secretos españoles habían contratado a dos mercenarios marselleses de extrema derecha (Cherid y Talbi) para asesinar a Eizaguirre y Cario bajo las siglas de Batallón Vasco Español. Para su cobertura política contaron con la revista Blanco y Negro, en cuyas páginas, los periodistas-policías habían señalado a Eizaguirre como uno de los coordinadores del terrorismo europeo.
Aurelio tenía 28 años en el momento de su asesinato, estaba casado y tenía dos hijos mellizos, Ernesto y Felipe, de dos años de edad.
Materiales sobre los asesinatos:
-Octavilla del PCE(r) de julio de 1979 sobre los asesinatos de Eizagirre y Cario.
-A Francisco Javier Martín Eizaguirre
Manuel Pérez Martínez
Caído mi hermano,
pido silencio.
Sus palabras también fueron heridas a balazos
y ahora está desangrado tendido en el suelo.
Que las balas respondan a las balas,
eso exige mi pueblo
y la sangre que arda en mi cuerpo,
eso exige mi pecho.
Que empuñe un arma de fuego,
que dispare yo primero
y que guarde las palabras
para que cuando ya libre
pueda oírlas mi pueblo
Por eso pido silencio
y que todo el mundo me oiga:
que a balas del enemigo
no se responde con duelos.