Caídos por la prisión:
Nunca olvidar.
11º aniversario fallecimientos de Enrique Álvarez Abalde e Iñaki Kuadra Etxeandia
-Enrique Álvarez Abalde, 16 julio 2010:
Expreso político del PCE(r) durante 9 años y que llevaba 11 años hospitalizado en libertad condicional. Tenía 50 años y era vecino del combativo barrio obrero de Teis, en Vigo.
Empezó a militar desde muy joven en torno a la solidaridad con los y las presas políticas. Fue detenido en octubre de 1980 en una macrooperación contra el PCE(r), en la que le detuvieron y encerraron junto a otros 14 militantes comunistas, entre ellas su compañera.
En 1985 empezó a sufrir continuos desmayos y tras las muchas pruebas correspondientes, los médicos confirmaron en 1987 que sufría una esclerosis múltiple muy avanzada, «una enfermedad desmielinizante del sistema nervioso». Esta enfermedad es consecuencia de la destrucción de la mielina, una sustancia grasa que envuelve la médula espinal y los centros nerviosos. Al mismo tiempo, otros dos presos políticos comunistas, Mercedes Herranz y Ernesto Fernández Portillo, fueron diagnosticados de tan fulminante enfermedad. Teniendo en cuenta que hay unos 20.000 afectados por esta grave enfermedad, los varios casos que se dieron en prisión en esos años en varios militantes antifascistas, hizo decir a varios médicos que “es una tasa demasiado alta de incidencias en el mismo colectivo de personas para que no hayan influido otros factores”. ¿Tal vez la cárcel, tal vez la alimentación forzosa para enfrentar las numerosas huelgas de hambre que desarrollaron estos represaliados?
Aún de la gravísima enfermedad, hasta 1989 no le fue aplicado a Enrique el artículo 60 por enfermedad grave e incurable, y fue a finales de ese año cuando fue excarcelado en libertad condicional para ingresar en un hospital. Tras constantes recaídas, a finales de los 90 y hasta el día de su muerte tuvo que ingresar hospitalariamente ya de forma permanente.
Estuvo ¡nueve años en prisión! condenado por pertenencia al Partido Comunista de España (reconstituido), y llevaba once años ingresado en el hospital a consecuencia de dicha esclerosis múltiple.
Recordemos que en marzo de 2010 se creó en Galicia una enorme polémica, y movilizaciones en Vigo, cuando la Cruz Roja quiso cerrar el hospital en Vigo -por intereses especulativos y económicos- donde se encontraban 70 enfermos graves, y que en el conflicto, 6 enfermos, incluido Enrique, se negaron a abandonar el hospital, creando una importante protesta en Vigo a favor de la sanidad pública.
Desde su absoluta inmovilidad, Enrique, como comunista enorme, nos llamó a la solidaridad con las y los represaliados políticos. El que dedicó sus mejores años de la vida y su salud a luchar y a procurar apoyo de todo tipo para los hombres y mujeres encarcelados por luchar por un mundo mejor y más justo, nos abandonó con las palabras que siempre lució por bandera: “Amor y Fuerza, Venceremos”.
Sí, hay personas que luchan un día y son buenas, pero los que luchan toda su vida, hasta su último suspiro, esos siguen siendo los imprescindibles.
-Iñaki Kuadra Etxeandia, 26 julio 2010:
Nació en Barakaldo (Bizkaia) hace 49 años. De familia proletaria y luchadora, pronto sufre la represión en carnes propias. Con 17 años, es brutalmente apalizado por la Guardia Civil -en una detención ilegal y no comunicada- para intentar sacarle información sobre el paradero clandestino de su hermano Enrike, militante del Partido Comunista de España (reconstituido).
A partir de entonces, volcado con los presos políticos y la solidaridad antirrepresiva, sufre continuos episodios de guerra sucia parapolicial. Pasa a la clandestinidad con 22 años y se incorpora a los GRAPO.
El
19 de enero de 1985 es detenido cuando se hallaba ingresado muy
enfermo en el hospital de Córdoba. En esa macro operación es
detenido y encarcelado junto a otros 17 militantes antifascistas.
Es
condenado a 52 años de prisión en varios juicios-farsa.
Su salud desde su encarcelamiento se agrava considerablemente, con repetidos ataques epilépticos, problemas neurológicos, de estómago, páncreas y afección crónica de riñón. Se pasa la prisión en primer grado penitenciario, pero continuamente ingresado en las enfermerías penitenciarias de Meco, Soria y el Hospital de la de Carabanchel.
Es testigo presencial de todas las huelgas de hambre que protagonizan los presos políticos del PCE(r) y de los GRAPO, cuando el deterioro físico de estos militantes obliga al Estado a trasladarlos al Hospital Penitenciario de Carabanchel. Pese a su delicada salud, Iñaki es el que los recibe, cuida, mima y anima, con una dedicación absoluta. Alienta a los que están determinados a ir hasta el final, y alienta y consuela a los que la dureza de las huelgas de hambre les hace desfallecer y la abandonan… Todo con un sentido político y camaraderil entrañable.
En 6 de agosto de 1992 se le concede el artículo 60, por enfermedad crónica y grave. El Gobierno a través de la fiscalía protesta: “No es el momento oportuno”, y le es denegado. Empeora aún más, se le pide de nuevo dicho artículo y en abril de 1994 se lo deniegan de nuevo. Su salud no da mucho más de sí y empeora ostensiblemente.
Tras una enorme campaña de denuncia impulsada por la AFAPP y otros colectivos durante todo 1994 y meses del 95, se consiguen miles de firmas exigiendo su puesta en libertad. Le conceden por fin la libertad condicionada y sale a la calle el 11 de abril de 1995. La decisión provocó, un enorme malestar en el Ministerio de Justicia e Interior y, desde luego, en las policías del Estado: «Este departamento no comenta las decisiones de los jueces de vigilancia penitenciaria, pero es obvio que la libertad no se la hemos otorgado nosotros», dijeron literalmente. Los medios policiales consultados por la prensa burguesa, reconocieron, sin embargo, que “Cuadra Echeandía está desahuciado. Ya lo estaba hace diez años. No creemos que tenga fuerzas para nada” (sic).
Tras más de 10 años de prisión, -en los que ya estaba “desahuciado” según la propia policía- este expreso político de los GRAPO vuelve a casa y se establece en Las Karreras (Bizkaia). Sus enfermedades mejoraron o se apaciguaron en la calle, con médicos no carceleros, infinita mejor alimentación especial, el cuidado familiar… pero aún así siempre estuvo gravemente enfermo, con hospitalizaciones y recaídas.
Este
“desahuciado” es vigilado constantemente; de hecho estaba en
libertad condicional con la amenaza siempre implícita de volver a
ser encarcelado.
En
marzo de 2010,
tras quince años de “libertad” vigilada, firmó su última orden
de presentarse quincenalmente en los juzgados. Y durante estos quince
años, Iñaki, nunca se dejó de sentir comunista, nunca dejó de
sentirse vasco, nunca dejó de sentirse internacionalista, y nunca
dejó de sentirse militante del Partido Comunista del España
(reconstituido). Su continuo “lamento” era la consciencia de no
poder ser más “útil” a causa de sus enfermedades, que le
limitaban física y sicológicamente.
En 2009 se le detecta un cáncer de estómago, del que es operado y sometido a quimio y radioterapia.
A principios del mes de junio de 2010 empieza a sufrir un empeoramiento general, y el 21 de julio ingresa en oncología del Hospital de Cruces, Barakaldo, donde le detectan metástasis.
Falleció el lunes 26 de julio de 2010.
Se le despidió en un acto civil y político en Barakaldo, rodeado de familiares, amigos y camaradas, y sus cenizas fueron ventadas en el mar Cantábrico, que tanto amó.
En diez días de hace 11 años, se nos arrancó a dos revolucionarios que enfermaron gravísimamente en prisión. La cárcel, esa exterminadora de revolucionarios.