Recuperando documentos:
Sobre las muertes de José López, Fausto Peña y Delgado de Codes
-A José López y Fausto Peña:
Publicado en Bandera Roja, nº 17, noviembre 1976.
El poema que publicamos es un ejemplo de lo que deben cantar los poetas del pueblo y de cómo deben hacerlo. Está dedicado a dos miembros de los Grupos de Resistencia Antifascista 1º de Octubre, que murieron en Sevilla la noche del 30 de Julio, en una acción armada contra el fascismo.
Fue una calurosa noche
la de vuestra fatal batalla,
la de vuestra entrega victoriosa.
En aires de combate
agonizaba Julio de esfuerzos
y de triunfos.
Era vuestro corazón oceánico
lo que os empujaba y era
allí donde caudalosamente,
se agolpaban futuras risas,
futuros panes y libertades
que ahora alimentáis desde la muerte.
José, Fausto, implacables a golpear
ibais a tanta carroña viviente
destruyendo sus altares aún sangrientos,
para enseñarle al pueblo
el justo camino que del yugo le libere.
Dinamiteros de temple,
llenasteis de orgullo la tierra
y sobre ella, vuestro puesto ocupan
otros hombres audaces:
como la piedra firmes,
como el aire fuertes.
No habrá ejército de palabras
ni batallones de injurias
que puedan ocultar vuestra victoria,
ni tiempo para olvidaros
ni tierra que os sepulte.
En cada corazón del pueblo
hay ya una noche inacabable
que habitáis de resplandores,
hoces, martillos y puños,
relámpagos de nobles violencias
y alma noble.
Camaradas, labradores sois
del corazón honrado,
forjadores de horizontes
y en ellos, es vuestro destino,
-como antes, como siempre-
luchar, vencer, morir, vencer.
Por campos de abrojos y espinos,
por duros yunques crispados,
fecunda y gloriosa sementera
implacable martillear,
-como antes, como siempre-
es vuestra sangre de héroes.
-Noticias a Carlos
Gaceta roja nº 123, mayo 1984.
El pasado 20 de abril, se cumplió el 5º Aniversario del asesinato del dirigente del Partido Juan Carlos Delgado de Codex. En su memoria publicamos la poesía escrita por un camarada.
Querido camarada:
No importa que tu cuerpo se haya hecho cenizas con el tiempo pasado
yo te escribo a la tierra que te tiene
y sobre todo,
te escribo a donde habitas:
habitas imborrable en la gente que amaste,
la clase a la que diste tus minutos y alientos,
los niños que te hacían vibrar de ternura y redoblar tu entrega,
y habitas en nosotros y en nuestra resistencia.
Hace ya cinco años te quitaron la vida los cuervos criminales
que viven sobre el hambre y del miedo del pueblo;
hace ya cinco años que cortaron el roble
y sin embargo, sus profundas raíces brotan a cada paso, en cada obrero,
cargadas de esperanza…
Sí, hermano, camarada
tengo buenas noticias
para ti y para todos los que han ido cayendo bajo el hacha asesina:
vais tan llenos de savia por nuestros corazones…
nos infundís tal fuego en nuestras voluntades…
nos clarifica tanto vuestro heroico ejemplo…
Pero esto es cosa vieja,
es de nuevas noticias de las que quiero hablarte:
Tu Partido, tu bosque, resiste indoblegable ofreciendo su sombra al caminante.
Aquí se han estrellado todos los enemigos con
su acero y su porra.
Hemos limpiado el campo de la hierba maligna
y un torrente de puños flamea en cada surco.
La sangre más preciosa, ha empapado la tierra
y sirve de alimento a muchos corazones proletarios.
Todavía sembramos en pequeñas parcelas
quizá por algún tiempo.
Pero el campo está limpio y abonado esperando semilla
y vamos a cubrirlo por completo.
No te hablo de ilusiones lejanas, sino de realidades que toco con mis dedos.
Duerme tranquilo hermano,
cubriste con honor tu parte del camino
y tu bandera avanza en manos nuevas
que saben defenderla con firmeza
y morir si es preciso, como nos enseñaste
por la causa del pueblo.
Gloria y honor eterna
a los que os habéis ido, para quedaros siempre a nuestro lado.