Muro de solidaridad y denuncias:
Torturas:
-Puñetazos, patadas y bates de béisbol en las comisarías valencianas y la cárcel de Albocàsser.
El Comité para la Prevención de la Tortura del Consejo de Europa documenta ocho malos tratos en el País Valenciano de un total de 21 casos recogidos durante la visita a varios centros de privación de libertad en el Estado español. Además, en el transcurso de la visita, la delegación encontró palos y bates de béisbol en las zonas de detención o en las oficinas de las comisarías de policía española en Castellón.
Una persona es detenida en la calle Torrent de Valencia el 19 de junio de 2020 por seis agentes de la policía española. Después de ponerlo en el suelo, le propinan varias patadas en las piernas. De camino a comisaría, dentro del vehículo policial y con las manos esposadas en la espalda, un agente le pega un puñetazo en el estómago y en la cara. Más tarde, el médico de la cárcel observa “hematomas periorbitales, ojo izquierdo” y, efectivamente, se conserva una fotografía en la que aparece con el ojo izquierdo negro. Casi dos meses después, en el centro penitenciario de Albocàsser, en Castellón, después de una discusión, un funcionario coge por el brazo un preso en el rellano de la celda y se lo lleva escaleras abajo hasta una oficina, donde esposan en la espalda y varios funcionarios le propinan patadas y puñetazos así como golpes de porra en las plantas de los pies.
Son sólo dos de los 21 casos de malos tratos y torturas en el Estado español que documenta en un informe el Comité para la Prevención de la Tortura (CPT) del Consejo de Europa a raíz de su visita sólo a nueve comisarías, siete prisiones, dos hospitales psiquiátricos y un centro de menores de la Comunidad de Madrid, Andalucía y la Comunidad Valenciana, entre el 14 y el 28 de septiembre de 2020. Del total, ocho denuncias contra agentes de la policía española y funcionarios de prisiones han tenido lugar en el País Valencià, es decir, cerca del 40%….
-21 denuncias de malos tratos en el País Valenciano.
En vía pública, centros de internamiento de menores, cárceles, psiquiátricos penitenciarios, comisarías…
Las cárceles, infectorios:
-Confinados dos módulos de la cárcel de Lledoners por 72 presos contagiados de covid, que ya estaban vacunados.
*El brote de la cárcel Sevilla I mantiene dos módulos afectados, 16 presos contagiados...
Represión:
-«Invadieron mi casa y me agarraron los genitales»: investigan otra actuación de la Policía local de Madrid.
Una jueza cita a declarar dos policías municipales tras la denuncia de un joven que los acusa de haberle sacado a la fuerza de su domicilio, donde se estaba realizando una fiesta.
El residente ha denunciado a los agentes por invadir su domicilio y agarrarle de los genitales cuando quiso cerrar la puerta para ir a buscar la documentación y poder identificarse como le pidieron. Los acusa de lesiones y detención ilegal.
Guerra sucia:
-La Guardia Civil borra un tuit en el que identificaba a los guerrilleros antifascistas con “bandoleros”.
*Lo borran, pero aquí está:
En 1949 se crean puestos y destacamentos con perros para perseguir de forma más organizada a los bandoleros y reforzar el servicio en zonas de fronteras y costas.
Jamás olvidar:
-Exhumarán los restos de Cipriano Martos, militante del FRAP torturado y asesinado por la Guardia Civil en 1973.
Cipriano Martos, obrero de la construcción, pertenecía a la OSO, organización sindical del Partido Comunista de España (marxista-leninista) y del FRAP, organizaciones en las que militaba el joven. Trabajó como jornalero en Morón de la Frontera (Sevilla), minero en Teruel, obrero textil en Sabadell y Terrassa; y en la construcción en Reus. Fue detenido en última ciudad en una redada tras un reparto de propaganda en Igualada y realizar pintadas contra la monarquía, Franco y por una República Popular y Federativa.
Presente en el registro de su domicilio, donde se encontró propaganda del FRAP y líquidos inflamables, fue llevado a las dependencias de la Casa Cuartel de la Guardia Civil, donde sucedieron los fatídicos hechos. Fue torturado durante 50 horas para que delatara a los dirigentes de la huelga de la construcción y a sus camaradas. En uno de los interrogatorios, el ácido sulfúrico encontrado en su casa fue a parar a la garganta del detenido. Nada se investigó, nadie fue a la cárcel. Aunque no está recogido por ninguna ley, las fuerzas de seguridad del Estado tienen presunción de verdad, por lo que la versión de la Guardia Civil de que se trató de un suicidio, se aceptó sin más. Ante la gravedad del estado del preso, el 27 de agosto fue llevado a la sala de beneficencia del Hospital San Juan de Reus (hoy Hospital Sant Joan). Posteriormente sucedió otro hecho extraño, el 29 de agosto fue llevado ante el juez para presentar declaración, cosa que no pudo hacer por tener la garganta abrasada por el ácido. Ante la gravedad de las heridas, Cipriano Martos fallecía el 17 de septiembre de 1973, a la edad de 30 años. El acta de defunción ponía un lacónico: “causa de la muerte, hemorragia interna”...