Mujeres luchadoras y sabias.
Agenda.
Zinaïda Iermólieva
Rusia 1898 – Unión Soviética 1974
Fue una médico especializada en microbiología y epidemiología, miembro de la Academia de Ciencias Médicas de la URSS. Sus trabajos ayudaron a salvar vidas, entre otros motivos, por sus estudios del cólera y proporcionar antibióticos de producción propia durante la II Guerra Mundial. En 1925, con 27 años, Iermolieva fue nombrada jefa del departamento de bioquímica microbiana de la Academia de Ciencias de la URSS. Allí inició sus investigaciones sobre bacteriófagos y agentes antimicrobianos naturales. Fleming ya había descubierto que se podía sintetizar el componente medicinal de uno de los mohos de la familia Penicillium –conocidos por producir penicilina– y que podría ser un importante antibiótico para muchas enfermedades en 1928. Pero no consiguió que su descubrimiento fuera masivamente accesible, ya que el cultivo del hongo era extremadamente inestable. A este problema se dedicó Iermolieva. En 1928 ya se había ganado cierto reconocimiento en el extranjero, participando en publicaciones extranjeras y siendo invitada a algunas conferencias. En 1942 publicó los resultados de un experimento que había realizado cuando tenía 24 años. A esa edad decidió experimentar en su propio cuerpo para comprobar si un cierto tipo de bacteria encontrada en las aguas de los grifos era realmente el causante del cólera; para ello bebió un vaso de agua contaminada. Iermolieva enfermó pero logró salvarse. Con este experimento pudo demostrar la relación entre el causante de la bacteria y el cólera. Poco después de esta experiencia, Iermolieva y los compañeros de su departamento de Bioquímica microbiana establecieron unas medidas de cloración para el agua que aún son referentes hoy en día. Ese mismo año se empezó a utilizar la bencilpenicilina en la URSS. Gracias a esto, se consiguió sintetizar una versión local de la penicilina y así no depender de los laboratorios de los países capitalistas. Los resultados de su estudio se consideraron fundamentales para la introducción de medidas preventivas contra el cólera en las operaciones militares de la Unión Soviética en el Frente Oriental.
Durante la batalla de Stalingrado fue enviada a esta ciudad para prevenir la enfermedad del cólera, que se propagaba en las filas alemanas, y que podía afectar a la población y al Ejército Rojo. Pese a las difíciles condiciones del asedio de la ciudad, Iermolieva puso en marcha la producción de bacteriófagos de cólera, administrándose diariamente a cincuenta mil personas. También se trató de minimizar las posibles infecciones mediante tratamientos de cloro en el agua potable.
En 1943, la penicilina se estaba produciendo a gran escala para fines militares principalmente, tanto en EEUU como en el Reino Unido. Pero los aliados se negaron a compartir dicho avance con la URSS. Así que, el equipo de Iermolieva tuvo que doblar sus esfuerzos para producir pocos meses después masivamente krustozin, la penicilina soviética.
En 1947, Iermolieva fue nombrada directora del recién constituido Instituto de Antibióticos del Ministerio de Salud Pública de la URSS. Y desde 1952 hasta su muerte, dirigió el Departamento de Microbiología del Instituto Médico Central de Postgrado de Moscú.
Su popularidad sirvió de inspiración para atraer a otras mujeres a la investigación científica. Es autora de más de 500 trabajos científicos y diferentes libros referentes a su materia.