Carta de Victoria Gómez Méndez, presa comunista, sobre la guerra de Ucrania. Incluida en el ‘Nos escriben y opinan. Cartas nº 14’.

Foto. Victoria Gómez Méndez.

Los presos políticos nos escriben sobre:

La guerra de Ucrania

Victoria Gómez Méndez

Prisión de Topas. 27 marzo 2022

/… Antes de pasar al copia-pega manual de una carta que le mandé a Nacho (Varela) permíteme un “desahogo” opinador. El gran maestro de la intoxicación informativa, el ministro de la propaganda nazi, Goebbels, se quitaría el sombrero, en señal de reconocimiento hacia los aventajados que le han salido sus discípulos actuales. Menudo bombardeo de intoxicación y manipulación informativa estamos viviendo con el tema de Ucrania y lo malo, malísimo que es Putin. Todo vale, hasta las mentiras más burdas. Pero ya sabes, una mentira repetida por todos los medios de información al servicio del imperialismo… se convierte en una “verdad”.

Paso ahora al copia y pega enviado a Nacho.

(…/…) Del recalentamiento progresivo en la zona de Asia-Pacífico, con China en el punto de mira del imperialismo anglosajón, se ha pasado a un incendio bélico en la mismísima Europa, con Putin dando un puñetazo en la mesa. O como bien lo califica Santi (Rodríguez Muñoz) “su posición de pasar de posiciones reactivas a las proactivas” para frenar el progresivo acoso que venía sufriendo Rusia. El análisis que hace el colega me parece además de acertado, muy clarividente, (la llegada de ese momento clave del que habla).

Solo discrepo con él en su apreciación de que son “las contradicciones intercapitalistas, la amalgama de las interimperialistas con las del capitalismo medio pensionista” las que se han agravado en estos momentos. Dicho así, y en mi opinión, parece que sirve en el mismo plano el imperialismo con aquellos países, capitalistas sí, pero que vienen manteniendo un pulso con él para no caer en las redes de su dominación. Países que, por otro lado cabría caracterizar como antiimperialistas. Esta discrepancia mía podría parecer subjetiva, pero resulta que al final de su carta afirma “que una de las características del (des)orden mundial imperante en la actualidad consiste en que las potencias capitalistas ponen a prueba tanto la voluntad como la capacidad de los demás para restringir sus actuaciones mediante barreras de fuerza”. Con lo que, en definitiva, se viene a identificar a “agresores” con “agredidos” porque, estaremos de acuerdo que en ese “tanteo” entre voluntades y capacidades no es lo mismo el de China y Rusia para restringir las actuaciones del imperialismo que busca agredirles como el de imperialismo que busca la agresión.

Así que yo definiría esa característica del (des)orden mundial imperante de otra manera: Las dificultades que encuentra el imperialismo, las trabas que está encontrando, mayores de las que se esperaba, para someter a países que escapan de su dominación. Con lo que cada vez ha ido cobrando mayor relevancia las contradicciones que enfrentan a ambos campos.

En este terreno, en el de “una mayor relevancia” echo mano del matiz que introducías en aquél escrito tuyo ‒de noviembre de 2014‒ que se incluyó en el folleto Sobre la caracterización de Rusia. En él decías que “para (que esas contradicciones) desplazaran a las contradicciones interimperialistas se requeriría un salto cualitativo que no se había producido”.

A falta de poder intercambiar opiniones aquí dentro, tengo las neuronas echando humo, así que para despejar la pregunta del millón: ¿el incendio ucraniano –el puñetazo en la mesa de Putin‒ es un indicativo de que ya se ha producido dicho salto? ¿Que las contradicciones interimperialistas han pasado actualmente a un segundo plano?

Para sopesarlo saco a colación el segundo objetivo que buscaba la campaña prolongada de desestabilización de Ucrania (siendo el primero el cerco a Rusia). Me refiero a que desde su mismo inicio, esa campaña estuvo marcada por las contradicciones entre buitres imperialistas: la estrategia yanqui para socavar las relaciones económicas de Alemania y sus socios con Rusia y colocarlos así en una posición de subordinación con respecto a los EEUU. De ahí que, frente a esa estrategia yanqui, Berlín siempre haya venido abogando por soluciones de compromiso que le permitiese seguir manteniendo unas relaciones económicas que le beneficiaban: importar gas ruso y exportar sus productos industriales a Rusia.

Pues bien, esas “soluciones de compromiso” han llegado a su fin… y Alemania ha dado un giro de 180º tanto en su política exterior como económica… y militar.

En ese sentido es altamente significativa la decisión alemana de no poner en funcionamiento el gaseoducto (ya terminado) que iba a suministrar gas ruso a Europa sin pasar por territorio ucraniano. Digo “significativa” porque la construcción del Nord Stream 2 había sido su principal caballo de batalla con los yanquis, empeñados en que dicho proyecto no llegase a buen puerto. Ya lo han conseguido. Y aunque de momento tanto Alemania como la mayoría de los países de la UE no puedan prescindir de Rusia como proveedor de materias energéticas, lo cierto es que ya se está planteando toda una serie de medidas alternativas para romper con esa dependencia. Medidas que, dicho sea de paso, les van a salir millones de euros más caras. En ese terreno quien va a salir mejor parado son los EEUU, siendo como es el principal productor de gas licuado (gas obtenido por la técnica de “fracking”). Tiene para su autoconsumo y para la exportación. Así que la batalla del gas se salda con un 1 a 0 a favor de los yanquis (40% más caro que el gas proveniente de Rusia)

También en el terreno militar, Alemania ha dado un giro de 180º. Leo que Scholl ha anunciado que va a destinar 100.000 millones de euros extras para poner al día sus fuerzas armadas. Además de incrementar cada año el presupuesto de defensa hasta alcanzar el 2% del PIB… tal y como venían reclamando los yanquis a sus “socios” europeos de la OTAN.

Lo dicho, un giro de 180º con el que el imperialismo alemán se suma a la “unidad táctica” del campo imperialista… toda vez que ha comprobado, en la práctica ucraniana, que Rusia no estaba dispuesta a que le siguieran cercando para proceder después a su despiece y reparto entre buitres codiciosos de tan sustancioso botín.

Esa “unidad táctica” viene a poner de manifiesto lo que tú también opinabas en el escrito antes reseñado. Decías que “el acaparamiento de los mercados de Asia, el gas ruso y sus socios, la ‘reconquista’ de América del Sur (nota 1.) es la única salida que vislumbran para salvar la situación de estancamiento económico y quiebra presupuestaria de la que están aquejados desde el principio de la ‘gran recesión’. En esta lucha el aspecto principal no lo desempeña la competencia imperialista por un nuevo reparto del mundo, aunque sin duda el resultado dará al traste con la actual correlación de fuerzas dentro del sistema capitalista, sino que lo protagonizan quienes pretenden repartírselo frente a quienes se niegan a ser repartidos.”

Volviendo a tu escrito. Subrayo lo de “dar al traste” porque es evidente que la correlación de fuerzas en el ámbito internacional ha cambiado… y de ahí la modificación substancial en el modo ruso de encarar la situación como bien dice Santi.

De ahí también que, por el momento al menos, la OTAN se cuide mucho de intervenir directamente en Ukrania o no acceda a las peticiones de Zelensky para que cierren el espacio aéreo ucraniano o para que le envíen aviones de combate. En ese sentido apuntaba bien uno de esos “expertos analistas de política internacional” –que ahora abundan tanto como los virólogos y epidemiólogos en la etapa pandémica‒ cuando, ya en la primera semana, señalaba que Ucrania había sido utilizada como punta de lanza contra Rusia pero que la iban a dejar “tirada” ante la intervención militar rusa. Otra cosa es que le estén insuflando millones de euros y dólares, suministrando armamento —o reclutando mercenarios— (eso sí, he leído hace poco que es del que les va quedando obsoleto frente a los avances de la industria armamentística. Nada que ver, en todo caso, con las armas con las que se emplearon a fondo en la invasión de Irak). Del abandono de Ucrania por parte de quienes crearon la situación actual, da buena cuenta también, que le sigan negando la entrada en la OTAN o en la UE. De forma que el descomunal bombardeo que estamos sufriendo con el “todos con Ucrania” no es más que pura fachada propagandística para presentar, a Rusia en general y a Putin en particular, como los malos malísimos de esta película.

En definitiva –que me voy por las ramas y me desvío de lo que quería decir‒ repito, a mi modo de ver ya se ha producido ese cambio en la correlación de fuerzas. No solo por la voluntad de quienes se niegan a ser repartidos sino por la capacidad militar de China y Rusia a resistirse a ello, voluntad y capacidad que vienen aglutinando a países como Irán, Venezuela, Siria… pero también otros países del llamado “capitalismo emergente”. Me ha llamado la atención que en la Resolución de la Asamblea General de la ONU de condena a Rusia, países como India y Sudáfrica, se sumaran a la abstención. Además de buena parte de países africanos.

Lo que si me resulta más difícil de vislumbrar en estos momentos es en qué se va a traducir ese cambio correlación de fuerzas. Como decía antes, no parece que en el corto plazo, el imperialismo esté dispuesto a dar un paso que pudiera desembocar en una conflagración mundial (… de la que podrían salir muy mal parados). Pero por otro lado, y dada la envergadura de la crisis económica que padecen, están “obligados” por propia supervivencia de su sistema económico a intentar buscar “soluciones” a la misma. Y de sobra conocemos el tipo de “soluciones” a las que el imperialismo, históricamente, siempre ha recurrido.

Y esto va a ser todo por hoy. Quiero echar las cartas hoy y todavía me queda ponerle unas letrillas a Lucio…

Bicos y apertas apretados.

Vitoria.

Carta de Victoria en el «Cartas nº 14».

*Nota 1: Apunte a modo de inciso sobre América del Sur. A los “modernos golpes de Estado” (Lula en Brasil, Morales en Bolivia, Zelaya en Honduras…) más el cerco a Venezuela y Cuba, hay que añadir que “el largo brazo de la OTAN se acerca a Colombia”, tal y como recoge un artículo de Raúl Zibechi publicado en Gara (6/03/2022). En 2017 Colombia adoptó el status de “socio global” (de la OTAN) que equivale a establecer lazos de cooperación en el terreno de la seguridad. En 2021 se firmó un nuevo tratado por el cual el país se comprometió en nuevas áreas de seguridad. En marzo de este año se realizaron maniobras militares en el mar del Caribe dentro del ámbito de la OTAN.

Carta recogida en el nº 14 de «Los presos políticos nos escriben y opinan». En el catálogo de materiales.

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