Muro de solidaridad y denuncias:
Nuevo cuadernillo.
Homenaje a Elipe.
«José Luis Elipe. Siempre estarás con nosotros».
Editorial Gallo Rojo. 68 páginas. 4 €.
Se distribuye a partir del 10 de septiembre.
En su Memoria. A modo de Homenaje:
Biografía. Anecdotario. Así le recuerdan. Aportes y cartas de este histórico militante comunista fallecido en enero pasado.
En el catálogo de materiales.
*Retrato de portada del cuadernillo, de Israel Torralba Blanco, preso político, realizado en la prisión de A Lama.
-José Elipe, un comunista que nunca se rindió.
Detenido en doce ocasiones, siempre volvía a la lucha.
José Luis Elipe López (Madrid 1950-2022) falleció el pasado 15 de enero tras una corta y penosa enfermedad. Hijo de un electricista, aprendió el oficio junto a su padre. Siendo todavía muy joven comenzó a militar en la OMLE, organización que dio nacimiento al PCE(r). Todavía hay viejos obreros que lo recuerdan con su gran bolsa, cargada de octavillas o periódicos de su organización, que distribuía en las puertas de las fábricas de Villaverde o Getafe.
Su carácter abierto y campechano le facilitaba, si se presentaba la ocasión, la posibilidad de explicarles en pocas palabras de qué trataba aquella propaganda. Pero era una tarea arriesgada. Durante los últimos años del franquismo y los primeros de la Transición “democrática”, la policía se echaba encima de cualquier trabajador, sobre todo si era joven, que fuera cargado con una bolsa que pesara más de lo normal. De esta forma empezaron sus continuas detenciones.
Una vez en la Dirección General de Seguridad, la cuadrilla de torturadores encabezada por el tristemente famoso Billy el Niño, se ensañaron con él, pero nunca se rindió. Sus entradas y salidas de la cárcel fueron continuas (1978, 79, 89, 90, 94, 2000…), pero en cuanto conseguía salir de la cárcel volvía a la lucha. Y así hasta en más de doce ocasiones a lo largo de toda su vida. En el macrojuicio que el gobierno francés de Jacques Chirac contra el PCE(r) también fue condenado a tres años de cárcel.
Tras ser liberado por última vez en 2008, Elipe dedicó buena parte de su vida a sus camaradas presos. Mantenía correspondencia con casi todos, les visitaba cuando podía y, sobre todo les surtía de libros y todo tipo de artículos interesantes que encontraba en la red.
Conocía las preferencias de cada uno de ellos: historia, economía, filosofía, pedagogía, psicología política internacional… y procuraba satisfacérselas, Tenía muy claro que el grado más alto de solidaridad con los presos políticos es el de apoyar su derecho a mantener sus ideas y a poder expresarlas libremente.
José Luis Elipe López era un hombre bueno, un obrero con una alta conciencia de clase, un abnegado luchador, un gran comunista.
*Publicado en el periódico “El Otro País”, nº 101, febrero-marzo 2022.
-Sobre el fallecimiento de Elipe.
Hace varios días me enteré del fallecimiento de Elipe. Este ha sido un golpe muy duro que yo no esperaba. Aún me encuentro “noqueado”. El día 10 de diciembre Elipe me escribió una nota en la que me decía: “otra vez me tienes aquí, espero que con esta acabemos el 2021 y si el bicho me deja y hay algo de suerte, pueda acercarme a verte un rato y empecemos el 2022 bien”. Bueno, pues no hace falta decir que no hemos tenido ese “poco de suerte”.
La verdad es que yo también tenía la esperanza de que el enfermo lograría recuperarse, y así se lo hice saber en todas las cartas que le escribí últimamente. Por eso cuando Isabel me comunicó por teléfono que había muerto, tuvo que repetírmelo tres veces. Me costaba creerlo.
El fallecimiento del camarada Elipe ha sido una enorme pérdida para el Partido, y estoy seguro que aquella persona que haya mantenido alguna relación con él habrá sentido un hondo pesar por su muerte pues Elipe era un hombre bondadoso y sencillo, un incansable trabajador, afable (nunca le vi enfadado), leal y firme en sus convicciones revolucionarias; en pocas palabras, fue un verdadero militante comunista.
Para mí, personalmente, Elipe era más que un camarada: fue un buen amigo –un “kolego”, como a él le gustaba llamarme-. Nos sentíamos hermanados por las mismas ideas y los mismos sentimientos de clase. Y es que fueron muchos años compartiendo las mismas aspiraciones y fatigas. Más tarde, después de las detenciones del año 2000 en París, nos volvimos a encontrar en la prisión de Fleury cuatro años más tarde.
Quiero destacar que fue gracias al “don de gentes” de Elipe, a su labor de “proselitismo” llevada a cabo entre los docentes de esa cárcel en la que nos reunificaron tras varios años de aislamiento, como logramos instalar en la escuela del centro penitenciario, un “taller” del que salieron a la calle importantes recopilaciones de textos y documentos históricos del Partido.
Quizás os interese también saber, que desde tiempo atrás Elipe y yo teníamos un plan “secreto” para cuando ya no fuéramos “imprescindibles” en el Partido, el cual consistía en retirarnos al monte para construir unas cuantas cabañas en lugares apartados, donde las chavalas y los chavales pudieran ir a descubrir los valores de la naturaleza, de la camaradería y esas cosas…
En fin, antes apunté que yo tenía esperanza en que Elipe podría recuperarse de su grave enfermedad, pero también es cierto que él se sentía muy mal y no me lo ocultaba. No obstante, aún en este lamentable estado de salud no quiso dejar de hacer su trabajo partidista, hasta el punto que tuvimos que ponernos serios con él y pedirle que se tomara un descanso.
El día 7 de enero de este año me escribió su última carta, que yo he recibido varios días después de su muerte:
“Ese kolego:
Aquí estamos nada más empezar el 2022, que esperemos que sea un poco mejor que el pasado 21, aunque lo dudo, las cosas están como están y solo el salto de los currelas de Cádiz nos dio un poco de alegría momentánea.
Yo ando un poco mejor, menos cansado y con algo más de hambre, osease que la cosa va progresando adecuadamente. Yo sé de ti por Isa que de vez en cuando viene a verme.
A ver qué te parece esto que he encontrado por el Internet ese».
Así era Elipe, y así lo recordaré siempre: como un ejemplo de entrega a seguir –hasta el último momento- en la lucha revolucionaria.
Manuel Pérez Martínez. Cárcel de Aranjuez, 24-1-2022.
José Luis Elipe:
Un Imprescindible se nos ha ido, pero permanecerá en la lluvia.