Cartas desde prisión:
-Pablo Rivadulla Duró.
C.P. Ponent.
Hola ¿qué tal?
Por aquí al fin he conseguido -tras presionar durante meses- fecha para la inspección estomacal que me dijeron que necesitaba en el hospital. Pero aún tendré que esperar 2 meses más, ya sabes cómo están las listas de espera de la maltratada sanidad pública. El caso es que sigo con el virus estomacal (Helicobacter) pese a la fuerte medicación que tomé para eliminarlo, los análisis de sangre me salen muy bajos de todo y tengo dolores habituales, náuseas, etc. Todo ello provocado o agravado por la pésima alimentación que recibimos. Somos muchísimos los presos con problemas estomacales y para colmo han recortado hasta el suplemento de arroz blanco que nos daban -recetado por el médico- a quienes los padecemos. Con tal de aumentar aún más sus cuantiosos beneficios, la empresa que gestiona la cocina (además de la sobreexplotación de los presos y el economato), suprime incluso el barato arroz recetado por problemas de salud. Permitido por el Govern catalán que gestiona esta cárcel. Un explicito y sangrante ejemplo más de su ausencia de escrúpulos mientras encima se llenan la boca de “derechos y libertades”.
Por otra parte, ahora mismo ando lidiando con las náuseas que me provoca contemplar el repugnante blanqueo de las monarquías con el que andan bombardeando los medios del régimen tras el fallecimiento de la criminal reina de Inglaterra. Estos esbirros aprovechan cualquier ocasión para intentar reforzarse. Son capaces de hablar de las colas del hambre que no dejan de aumentar, para en cuestión de minutos pasar a justificar los miles de millones saqueados por semejantes parásitos. Ante tal espectáculo demencial y anacrónico, uno se pregunta en qué año nos hallamos. Mientras, el Gobierno chupiprogre sigue presumiendo como si las condiciones de vida hubieran mejorado notablemente en vez de no parar de empeorar. Porque las insultantes e indignas migajas que “dan”, las acaban quitando por otro lado y la inflación lo deja bien claro, es el “España va bien” de Aznar, con aún más agravio porque dicen ser de izquierdas y las condiciones actuales son mucho más insoportables como indican hasta sus propios datos oficiales tan maquillados.
Ellos mismos se delatan cuando tras vender soluciones para todos avisan del duro invierno que está por venir. Tras el marketing han de mentalizar al personal para que se normalice más la pobreza. Eso sí, para que sus humildes diputados renueven sus pomposos teléfonos móviles van a destinar 1 millón de euros. Para ellos se aproxima un invierno de caros banquetes, buena calefacción y regalos a punta pala mientras insisten con la matraca de que “todos estamos en el mismo barco y hemos de realizar más esfuerzos”. Es el mismo discurso que repetían en 2008 ante el estallido de la crisis capitalista: culpabilizar a la clase obrera y a los sectores populares. Antes era el “habéis vivido por encima de vuestras posibilidades” y hoy el “hemos de ajustarnos más el cinturón”. En todo caso la única culpa que se nos puede achacar es precisamente la de no haber acabado con el sistema que señala al explotado que pone la calefacción varias horas (en caso de que pueda pagarla) y deja como ejemplares a explotadores que contaminan en jets privados.
¡Cómo se va a poner la cosa para que el PSOE que en 2008 negó la crisis y los brutales recortes que iban a imponer, reconozca que vienen tiempos duros! Para los que ya se han preparado con un arsenal de leyes represivas que demasiados movimientos sociales desconocen o silencian. Tendremos que prepararnos bien si queremos enfrentarlos con la mayor efectividad posible. Veremos si en otoño las calles se llenen de lucha que ya va siendo hora y a este paso hasta los sindicatos del régimen harán más ruido aunque solo sea para hacer el paripé.
Lo dejo por hoy, un abrazote.
Pablo Hasel. Septiembre 2022.