Terrorismo de Estado:
Repaso a la historia.
-¿Por qué vienen a que los masacren en Melilla?
Del siglo XVI al XIX fueron embarcados a la fuerza 12,5 millones de esclavos africanos de los que llegaron a América vivos 10-11 millones.
Jose Antonio Egido. En la revista EOP nº 103, sep-oct 2022.
La prensa del régimen se encarga de pasar por alto las razones por las que miles de jóvenes preferentemente del África subsahariana, pero también norteafricanos y de otras latitudes vienen a que los masacren en el infame muro levantado en Melilla, acta de acusación contra el colonialismo y el imperialismo euro-occidentales. En estos 30 años de hegemonía imperialista euro-anglosajona se ha agravado dramáticamente la desigualdad económica y social entre el continente africano y el europeo.
¿Cuáles son las razones y consecuencias de este fenómeno social? Aunque pasó desapercibido el vicepresidente del gobierno italiano Luigi di Maio acusó al imperialismo francés del empobrecimiento de África a través de su control sobre la moneda franco CFA, circulante en las antiguas colonias francesas.
Di Maio no sólo acusó a Francia de «no haber dejado nunca de colonizar decenas de Estados africanos” sino que pidió a la Unión Europea adoptar sanciones contra esta República imperialista, por empobrecer África y “obligar a su gente a marcharse”. Este político señaló que Francia imprime esta moneda que le sirve para pagar la deuda pública francesa. “Si Francia no tuviese colonias, porque es así que hay que llamarlas, sería la potencia mundial numero 15 mientras que hoy está entre las primeras por lo que está haciendo en África».
Esta sería una de las razones actuales del empobrecimiento sistemático del continente africano. Pero hay razones estructurales e históricas que se inician en el siglo XVI con el asalto europeo al norte de África y la trata brutal y masiva de esclavos. Lo explica el historiador francés y teórico marxista Jean Suret-Canale: “Si se exceptúa a las poblaciones autóctonas de las Antillas, de ciertos sectores de la América Central y de la América del Norte, exterminada” totalmente (o poco menos), sin duda son las poblaciones del África Negra las que pagaron un tributo más pesado a la locura por el enriquecimiento de Europa. Por otra parte, es la exterminación de las primeras la que hizo la desgracia de las segundas.
Los negros fueron llamados a reemplazar a los autóctonos desaparecidos en las plantaciones tropicales de América. Tenían los hábitos de trabajo y la práctica de los métodos convenientes para la agricultura tropical de que carecían los indios de América y los inmigrantes europeos” (África Negra hasta 1900, Editora Política, La Habana, 1963, p. 131). Del siglo XVI al XIX varios autores estiman que han sido embarcados a la fuerza 12,5 millones de esclavos de los que llegaron a América vivos 10-11 millones.
La UNESCO habla de 100 millones, el autor Victor Bissengué de 50 millones, el economista André Gunder Frank de 13.750.000 entre los siglos XVI y XIX, Enrique Peregalli de 20.625.000. Jean Suret-Canale citando al Padre Rinchon se refiere a no menos de 20 millones de negros esclavizados.
Este comercio impidió el desarrollo africano como lo subraya el economista Samir Amín: «a través del comercio de esclavos vastas partes del África subsahariana fueron integradas al sistema global de la manera más destructiva. Una buena parte del posterior “retroceso” del continente se debe a esa forma de “integración” que conlleva una disminución de población a tal extremo que es solo ahora que África ha recuperado la proporción que con respecto a la población mundial tenía en el 1500. (África codiciada: el desafío permanente”. El Perro y la Rana, Caracas, 2007, p. 11).
El historiador guyanés Walter Rodney insiste en que África nunca se recuperó de esta brutalidad: “El comercio europeo de esclavos fue un bloqueo directo, al arrebatar millones de jóvenes y adultos, que son los agentes humanos de los que nace la inventiva” (Cómo Europa subdesarrolló a África». Siglo XXI Editores, México, p. 105).
Carlos Marx observó que esta forma específica de esclavitud permitió la revolución industrial para el salto económico de las potencias occidentales: “Se trata de la esclavitud directa, de la esclavitud de los esclavos negros en el Brasil, en Surinam y en los estados meridionales de Norteamérica.
La esclavitud directa es un pivote de nuestro industrialismo actual, lo mismo que las maquinas, el crédito, etc. Sin la esclavitud no habría algodón, y sin algodón, no habría industria moderna. En la esclavitud lo que ha dado valor a las colonias, son las colonias las que han creado el comercio mundial, y el comercio mundial es la condición necesaria de la gran industria mecanizada.
Así, antes de la trata de negros, las colonias no daban al mundo antiguo más que unos pocos productos, y no cambiaron, visiblemente la faz de la tierra. La esclavitud es, por tanto, una categoría económica de la más alta importancia. Sin la esclavitud, Norteamérica, el país más desarrollado, se transformaría en un país patriarcal… La esclavitud es una categoría económica… Los pueblos modernos sólo han sabido encubrir la esclavitud en sus propios países e importarla sin ningún disimulo al nuevo mundo (Carta a P.V. Annenkov en 1846). El desencadenamiento en el siglo XIX de una invasión masiva por Alemania, Italia, Francia, Bélgica, Portugal, España y Gran Bretaña, basado en el pillaje masivo de sus recursos agravó aún más el atraso africano y empujó la entrada del capitalismo en su fase imperialista como lo subraya Stalin: “el imperialismo (forma superior del capitalismo) no puede existir sin el sojuzgamiento político y económico de las colonias (“El planteamiento del problema nacional” (1921).
Lenin señala que, si en 1876 el 10,8 % del territorio africano está en manos de las potencias coloniales europeas, para 1900 ese porcentaje es abrumador: el 90,4 % lo que significa que la expansión colonial-imperialista ha crecido un 79,6 % (“El imperialismo, fase superior del capitalismo.». Obras Escogidas, Progreso, Moscú, 1975, p. 754).
En 2022 la explotación neocolonial de África por el imperialismo se desarrolla a través de diversos mecanismos: el drenaje de riquezas manipulando la moneda, impidiendo la creación de una moneda africana, explotando la mano de obra, abaratando artificialmente el precio de las materias primas, robando directamente dichas materias y privando de recursos a los africanos, imponiendo créditos a alto interés, con tratados desiguales, robando «cerebros”, generando inestabilidad y derribando gobiernos que plantean soluciones radicales para esta injusticia (Libia, Costa de Marfil, Zimbabue) e imponiendo dictadores serviles, forzando una economía exportadora, impidiendo la industrialización local, etc.