Cartas desde prisión:
Pablo Hasél
C.P. Ponent
Publicada el El Otro País, nº 104. Nov-dic 2022.
-Aprovechar la oportunidad
Ante el agravamiento de la crisis capitalista y de régimen, el preso político del PCE(r) Lucio García Blanco decía hace escasos años que “las condiciones objetivas acuden en nuestro auxilio”. Pues para fortalecer las subjetivas (organización), este contexto es muy propio si sabemos aprovecharlo. Desgraciadamente se ha llegado a estos tiempos con muy pocas fuerzas revolucionarias y es necesario analizar el por qué. La explicación no puede limitarse exclusivamente al terror de la brutal represión estatal y al bombardeo constante de intoxicación mediática, por más que sean dos factores principales. De los aprendizajes que se hagan de ese balance de aciertos y errores, crítico y autocrítico, dependerá también que esta coyuntura sea exprimida al máximo. Para, entre otras cosas, llegar en mejores condiciones a otras oportunidades aún más provechosas y decisivas.
El serio empeoramiento del nivel de vida ligado al aumento del recorte de libertades, facilita la toma de conciencia de amplios sectores si dedicamos esfuerzos en hacer llegar nuestros planteamientos de forma comprensible. No se había vivido peor en las últimas décadas, de ahí que los opresores sean los primeros conscientes de los estallidos sociales que se aproximan como ya avisó el FMI. Por ello el Gobierno se ha unido a PP-Vox para aprobar aún más leyes ultrarepresivas como la tan desconocida “Ley de Seguridad Nacional”.
La cuestión es: ¿Todo el autoproclamado movimiento revolucionario también es consciente de la situación y se plantea cómo orientarla en pro de la transformación? Con dignas y cada día más numerosas excepciones, a la vista está que una parte importante está sumida en el letargo siendo responsable de la desmovilización y confusión imperantes. La tolerancia cómplice con el Gobierno constituye uno de los mayores frenos a la confrontación con el régimen, contribuyendo a su blanqueamiento, al derrotismo y por tanto al debilitamiento de la imprescindible organización popular independiente.
La “izquierda extraparlamentaria” está plagada de organizaciones demasiado domesticadas, pero de cómo aprovechemos la oportunidad también dependerá que algunas espabilen y avancen. La inflación disparada es una de las cuestiones que más afectan a las amplias masas, siendo palpable el creciente hartazgo popular que topa con el dique de bajo nivel de conciencia generalizado. Sin embargo, este descontento de enorme potencial es una excelente ocasión para restar apoyo a la dictadura de la oligarquía, fomentar la conciencia de clase y la solidaridad con los luchadores represaliados o mostrar la necesidad de la República Popular.
Hoy son tantas y tan extendidas las agresiones del régimen, que la situación insoportable que imponen puede tornarse contra ellos. La miseria, la sobreexplotación o la represión, pueden ser un bumerán que acabe golpeando a quienes lo lanzan si nuestra intervención es acertada. Tendremos que darle muchas vueltas para ganar efectividad abandonando la cómoda autocomplacencia.
Demasiado a menudo la información veraz con enfoque revolucionario (valga la redundancia) sólo llega a reducidos círculos que ya suelen conocer lo que se cuece. El autoconsumo, a veces fruto del sectarismo y otras de una deficiente difusión, evita que se eleven numerosas conciencias sobre todo ahora que hay una mayor receptividad y comprensión. Hoy que el capitalismo dispone de más plataformas que nunca para inocular su putrefacta ideología, que multiplica la manipulación para perpetuarse pese a su decadencia y que cuentan con una colosal influencia como ha vuelto a poner de relieve el lavado de cerebro contra Rusia y pro OTAN tan mayoritario, urge aprovechar cualquier posibilidad para difundir nuestro mensaje. Sería una irresponsabilidad imperdonable desaprovechar la oportunidad histórica que pese a muchas dificultades nos pone varias cosas prácticamente en bandeja. ¡Ellos si aprovechan toda oportunidad para alargar su dominio y machacarnos!