Mujeres luchadoras y sabias
Agenda
Nadeshda Krupskaya
La educación comunista de la juventud – 1921
Para enfocar cabalmente el problema de cuál debe ser la educación comunista de la juventud, hay que tener en cuenta, ante todo, qué clase de hombre ha de ser el comunista, qué debe saber, a qué debe aspirar y cómo debe actuar.
El comunista es, ante todo, un hombre social, con instintos sociales muy desarrollados, deseoso de que todos los hombres vivan bien y sean felices.
Los comunistas pueden proceder de todas las clases de la sociedad, pero de donde salen más comunistas es de los medios obreros. ¿Por qué? Porque las condiciones de vida de los obreros fomentan en ellos instintos sociales: el trabajo colectivo, cuyo éxito depende de los esfuerzos comunes, el ambiente común de trabajo, las impresiones comunes y la lucha común por lograr condiciones humanas de existencia. Todo ello acerca a los obreros entre sí y los une con lazos de solidaridad de clase. Tomemos la clase de los capitalistas. Las condiciones de vida de esta clase son completamente distintas. La competencia hace que cada capitalista vea en otro capitalista un competidor al que debe ponerle la zancadilla; el capitalista ve en el obrero solamente “brazos” que deben trabajar para proporcionarle beneficio. La lucha común contra la clase trabajadora cohesiona a los capitalistas, pero no existe en la clase de los capitalistas esa unidad interior, esa fusión con la colectividad que vemos en los obreros -estos no tiene nada que repartir entre ellos-, la solidaridad capitalista está corroída por la carcoma de la competencia. De ahí que en los medios obreros abunden los hombres con instintos sociales desarrollados, mientras que en los medios capitalistas son muy escasos.
El instinto social tiene mucha importancia y contribuye con frecuencia a encontrar intuitivamente una salida acertada de la situación, a hallar el verdadero camino. (…) El instinto de clase -en la clase obrera coincide con el social- es una condición indispensable para ser comunista. Es indispensable, pero no suficiente.
El comunista ha de saber muchas cosas. En primer lugar, debe comprender qué ocurre a su alrededor y conocer el mecanismo del régimen existente. (…) Pero no basta comprender el mecanismo del régimen capitalista. El comunista debe estudiar las leyes del desenvolvimiento de la sociedad humana. Ha de conocer la historia del desarrollo de las formas económicas, del desarrollo de las formas del Estado. Debe comprender su interdependencia y saber cómo surgen las concepciones religiosas y morales en determinado régimen social. Después de conocer las leyes del desenvolvimiento de la sociedad humana, el comunista debe tener una idea clara de hacia dónde se encamina el desarrollo social. Debe concebir el comunismo no solo como un régimen deseable, donde la felicidad de unos no se edificará sobre la desgracia de otros, ha de comprender también que el comunismo es precisamente el régimen hacia el cual marcha inevitablemente la humanidad y que los comunistas deben desbrozar el camino a este régimen y contribuir a su rápida implantación.
Fin de la Agenda de 2022.
Con la agenda que hemos publicado en el 2022 hemos pretendido rendir homenaje a las mujeres que han destacado tanto en la lucha contra el colonialismo, el fascismo y el imperialismo, contra la explotación y la opresión, que han luchado por la emancipación de sus hermanas de clase, como de aquellas otras que en el campo de la ciencia, la cultura, etc, han contribuido a rescatar del oscurantismo y la ignorancia a las mujeres trabajadoras.
Por enésima vez, porque todavía hoy en día es más necesario que nunca, queremos volver a mostrar, sí, una vez más, todas las evidentes y variadas capacidades que poseen las mujeres, ocultadas o ninguneadas hasta lo ridículo. Desigualdad y menosprecio solo justificados por los fines interesados de la clase poseedora y los más despreciables y estúpidos prejuicios.
Lamentablemente, el formato de la agenda en papel no da más que para incluir una pequeña reseña de algunas de ellas. No han aparecido aquéllas de las que ya se habló en agendas anteriores. Tampoco figura ninguna del Estado español, pues consideramos que estas merecen un capítulo aparte. Pero, sobre todo, no hemos podido incluir a los cientos, miles de mujeres que a lo largo de la historia más reciente han luchado en todos los frentes y de las que apenas tenemos conocimiento alguno. Primero, porque al negarles la burguesía la igualdad ante la ley, su contribución ha caído en el anonimato; y luego, cuando las leyes burguesas reconocieron esa igualdad, esta no ha pasado de ser meramente formal, puesto que mientras permanezca la desigualdad económica, no desaparecerá la desigualdad social.
En la lucha por su emancipación, a las mujeres trabajadoras les queda un largo camino por recorrer, sabiendo que su plena igualdad nunca será alcanzada bajo el sistema de explotación y opresión de la burguesía, puesto que es precisamente ese sistema el que la perpetúa.
A por la Agenda del 2023.