Memoria histórica imprescindible:
-El farsante regalo de Reyes de Federico García Lorca.
El poeta granadino y el compositor Manuel de Falla sorprendieron a los niños de Granada un 6 de enero de hace un siglo con un espectáculo de títeres de cachiporra.
El 6 de enero de 1923, Federico García Lorca le hizo el mejor regalo de Reyes a su hermana Isabel y a los niños granadinos, hijos de vecinos y amigos del poeta: un espectáculo de títeres de cachiporra, con música a cargo de Manuel de Falla, en la casa familiar de la Acera del Casino.
Allí llevó a escena una adaptación del cuento tradicional andaluz La niña que riega la albahaca y el príncipe preguntón, germen de La Zapatera, Don Perlimplín o la Tragicomedia de don Cristóbal y la señá Rosita, que cosecharía éxito de crítica y público. Aquel día de Reyes de hace un siglo, la escogida audiencia la conformó apenas un centenar de personas.
El argumento del viejo cuento andaluz en dos estampas y un cromo era sencillo: la niña Irene, hija de un humilde zapatero, riega las plantas en la ventana, un príncipe la observa desde su palacio y se enamora de ella. Luego comienzan los juegos y las farsas. Al final, todo termina bien, entre el alborozo de los críos presentes.
–https://www.publico.es/culturas/farsante-regalo-reyes-federico-garcia-lorca.html
-Mensaje a la clase trabajadora, por Matías López Morales.
Matías López Morales, fue fusilado junto a mi abuelo Pancho el lunes 29 de marzo del 37 a las cuatro de la tarde.
El tenaz intelectual majorero con apenas 25 años mantuvo la entereza hasta la detonación de los disparos del pelotón, militante comunista tuvo tiempo de dejar escrito su último mensaje a la clase trabajadora una hora antes de la ejecución:
“Próximo a ser asesinado quiero saludar al pueblo canario, a los trabajadores españoles y del mundo entero. No me pesa morir como, cuando y por quien muero. Sólo siento la gran satisfacción de haber cumplido hasta el fin con mi deber de hombre consciente, de combatiente de la Internacional Comunista, de hijo honrado del pueblo español. Muero satisfecho. Nuestro es el triunfo. Que tiemblen mis verdugos, que tiemblen los traidores. Que tiemblen los que han obligado a mi pueblo a comer tunera. La hora de su derrota ha sonado…”
Casi de mi familia era como si fuera el hijo mayor de mi abuelo que tenía 41 años en el instante del asesinato, muchas veces comía en casa junto a mi abuela Lola, mi tía Rosa, mi padre y sus hermanos en la humilde casa de Tamaraceite. Tantos buenos momentos compartirían en aquellos años de esperanza revolucionaria.
Matías, ajedrecista empedernido, artista, pintor, escultor, está presente en mi libro, “Señales del alba” (2022), habita en cada página como ejemplo de valentía y coraje, de heroico combatiente por la causa noble de la liberación de los pueblos.
–https://viajandoentrelatormenta.com/mensaje-a-la-clase-trabajadora-por-matias-lopez-morales/
-Zamora, el infierno franquista de los curas vascos.
La cárcel castellana pudo ser la única prisión del mundo habilitada de forma expresa para sacerdotes y frailes.
Hay historiadores que mantienen que la cárcel de Zamora fue la única prisión del mundo habilitada de forma expresa para curas y frailes. Y que sufrieron el infierno en el que creían en su vida terrenal. El penal español, con mayoría de los prisioneros vascos, funcionó entre 1968 y 1976. El régimen de gobierno dictatorial del católico Franco llegó a internar a un centenar de religiosos durante aquellos sombríos seis años.
-Pedro Garfias
RIO DE AGUAS AMARGAS
La palabra se rebela.
Si no la cuidas se escapa,
porque tiene su querencia.
Te procura.
De noche te asaetea
de día levanta el vuelo
y se aleja.
La palabra busca siempre
su querencia.
Antes de dormite todo
hazte el dormido y espera;
pero cuando llegue, cuídala,
acomódala en su tienda,
que sienta calor y frío,
que se ajuste, que se avenga,
que respire, que se quede.
Y verás, si es que se queda,
cómo suena la palabra
cuando suena.
* * *
Cuando me tiro de noche
en el ataúd del lecho
que es menos duro que el otro
porque ya sabe mis huesos,
me pongo a mirar arriba
los astros de mis recuerdos.
Aquél que se abrió de pronto
cuando todo era misterio.
El otro que se apagó
antes de sentirse abierto.
A veces grito iracundo:
aquí me falta un lucero,
aquí me sobra una estrella;
¿Quién hizo este firmamento?
Una voz piadosa dice
que no es cielo sino techo.
-Por mi vida, grito yo,
dejadme saber mi sueño.
Donde yo pongo los ojos
todo es cielo-.
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