Biblioteca popular:
-Hablar en tiempos oscuros
(Antología)
Bertolt Brecht.
A LOS QUE VENDRÁN
(Fragmento del libro Las visiones y los tiempos oscuros.)
Llegué a las ciudades en tiempos de desorden
cuando el hambre reinaba en ellas.
Llegué con los hombres, en tiempos agitados,
y me rebelé junto con ellos. Así pasó el tiempo
que me fue concedido sobre la tierra.
Comí entre las batallas,
a la hora de dormir me acosté entre asesinos,
hice el amor sin gran cuidado
y contemplé a la naturaleza sin paciencia.
Así pasó el tiempo
que me fue concedido sobre la tierra.
En mis tiempos, todos los caminos llevaban al
pantano.
Mi lengua me entregó a los carniceros,
qué podía yo hacer. Pero los poderosos
se sentían más seguros sin mí; ésa era mi esperanza.
Así pasó el tiempo
que me fue concedido sobre la tierra.
Nuestras fuerzas eran escasas. Nuestra meta
estaba todavía muy lejos
pero a la vista, aunque para mí
resultara inalcanzable
así pasó el tiempo
que me fue concedido sobre la tierra.
MUERTE DE UNA MUJER PIADOSA
La hermana de mi abuela era muy piadosa. Tenía una renta anual de cuatrocientas coronas y una habitación en casa de su hermana, mi abuela. Entregaba a esta todo su dinero y de ese dinero se compraba lo que ella necesitaba. Además ganaba una suma adicional tejiendo medias, a 25 ores el par. Esa ganancia la destinaba a los pobres. Nunca usaba joyas, ni siquiera un broche. Usó el mismo vestido durante treinta años. En la segunda mitad de su vida aprendió, sin profesores, griego y latín; pero aun así continuó viviendo con sólo dos libros: una biblia y un pequeño catecismo. Llegó a los 85 años, pero su lucha contra la muerte duró tres días enteros. En su delirio hablaba mucho de Napoleón, a quien había admirado en su juventud. Además, continuamente intentaba rezar, pero había olvidado las palabras del Padrenuestro. Eso la hacía sufrir mucho. Aquella muerte terminó con el resto de mi fe en Dios.
HACE EL TÉ
Por las mañanas temprano leo en el periódico los
magnos planes del papa y de los reyes, de los banqueros
y de los barones del petróleo.
Con el otro ojo vigilo el jarro con agua para el té,
cómo ésta se enturbia y comienza a hervir y se aclara
nuevamente hasta que desborda el jarro y apaga el fuego.
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*De estas antologías lo vital es el material del autor. El prólogo y comentario de los editores nada tiene que ver con la visión de la web.