Memoria histórica imprescindible:
-1883, el pueblo pacense frente a los “Héroes de Badajoz”.
La mañana del 5 de agosto de 1883, poco antes de las nueve, varias secciones militares avanzaban al compás de La Marsellesa por la calle Santa Catalina de Badajoz, hoy Obispo San Juan de Ribera, en ordenada columna, desde la Plaza de Minayo, con la compañía de artillería en cabeza, el regimiento de Covadonga después y el de caballería de Santiago a retaguardia. Era el tiempo de la restauración canovista, con un borbón sentado de nuevo en el trono de España después de que las huestes de Martínez Campos hubieran dado al traste, pocos años antes, con el sueño de la República española.
Era el tiempo de la restauración canovista, con un borbón sentado de nuevo en el trono de España después de que las huestes de Martínez Campos hubieran dado al traste, pocos años antes, con el sueño de la República española.
Badajoz asistía así a un nuevo pronunciamiento de los muchos que acompañaron el siglo XIX, esta vez dado por miembros de la Asociación Republicana Militar, la ARM, en nombre de Manuel Ruiz Zorrilla, que descansaba a salvo de todo peligro allende los Pirineos, en el exilio, mientras sus acólitos en Badajoz iniciaban un golpe de Estado dado a destiempo, equivocado y adelantado por un lío de fechas y cruce de telegramas entre sus principales organizadores en la capital bañada por el Guadiana. Sus protagonistas fueron los militares Serafín Asensio Vega, Pedro Marín y Melchor Muñoz Epelde, en compañía del abogado y ex director de La Crónica Rubén Landa Coronado, invitado a sumarse en el último momento para darle cierto cariz civil de apoyo a la causa, siempre bajo mando castrense, implicado cuando tocara la huida al día siguiente, en compañía de los militares, a uña de caballo y sin pararse a interpretar escenas de honor, en un rocambolesco y humillante episodio con los dineros que se llevaron a Portugal los golpistas, más de 200.000 pesetas de la época de las cajas de los regimientos, dejando a los que no se habían sumado al cuartelazo en Badajoz a dos velas. La contraseña para reconocerse entre los sublevados durante aquella larga noche de principios de agosto era “Libertad y orden”. La consigna: “¡Viva la República Española!”.
Al llegar a la Plaza de la Constitución, hoy Plaza de España, la columna desfiló en orden cerrado frente al Ayuntamiento, extendiéndose después la caballería hacia la derecha por no haber sitio suficiente. Tras colocar en los balcones del Ayuntamiento varias colgaduras y en el balcón del centro un cuadro con la figura de la República, volvieron a sonar La Marsellesa y el Himno de Riego, interpretados por los cornetas del Regimiento de Covadonga Nº 41.
La contraseña para reconocerse entre los sublevados durante aquella larga noche de principios de agosto era “Libertad y orden”. La consigna: “¡Viva la República Española!”
Si atendemos a lo que contó uno de los protagonistas, corroborado por otros testimonios y por la prensa del momento, tras el desfile de la tropa por la plaza, el Ayuntamiento fue invadido por una turba de gentes pobremente vestidas, gritando “¡Viva la República Federal!”, y apoderándose del retrato de Alfonso XII, lo arrojaron por el balcón, y no había caído aún al suelo cuando fue pisoteado, escupido y hecho mil pedazos…
–https://serhistorico.net/2023/03/30/1883-el-pueblo-pacense-frente-a-los-heroes-de-badajoz/
-La derecha contra la Semana Santa, en 1933.
Sevilla, 1933: cuando la izquierda luchó para que hubiera Semana Santa y la derecha logró con su boicot que no saliera ni un paso.
Después de que en 1932 sólo una hermandad procesionara, hace 90 años por primera vez no hubo cofradías en la calle por el boicot de las derechas, unos problemas que se esfumaron tras la victoria electoral conservadora y fascista.
En 1933, cuando la II República se disponía a cumplir dos años (el 14 de abril caía en Viernes Santo), no salió ni una sola hermandad tras meses en los que las autoridades republicanas de izquierda estuvieron batallando para que hubiera cofradías, mientras que las fuerzas conservadoras tiraban en sentido contrario. En 1932 sólo la salida de la Estrella impidió que aquella Semana Santa pasara en blanco, lo que no pudo evitarse un año después.
“Hubo una utilización política de las hermandades, a las que usaron como arma de conspiración contra la República”.
El advenimiento republicano se produjo días después de la Semana Santa de 1931, pero fue cuestión de poco tiempo que hubiese voces preguntándose qué iba a pasar en 1932, sobre todo después de que se precipitaran los acontecimientos: la nueva Constitución prohibía a los ayuntamientos subvencionar a las hermandades, el laicismo del Estado fue entendido por los católicos como una agresión, se acabaron las clases de religión, los crucifijos en los colegios…
Queda dicho que en 1933 no hubo ni un paso en la calle, pero lo que ocurrió hace 90 años fue en realidad la repetición de lo que ya se vivió en 1932, con la diferencia de que no hubo ninguna corporación que a última hora diera el paso al frente de salir como entonces hizo la Estrella. Y para saber qué ocurrió aquella Semana Santa hay que remontarse todavía más atrás, a cuando en otoño de 1931 nace la Federación de Hermandades, Cofradías y Asociaciones Piadosas de la Diócesis hispalense, en la que inicialmente no tiene nada que ver el cardenal Eustaquio Ilundain y en la que abundan como hermanos mayores los nombres de pedigrí conservador que copan los círculos económicos, empresariales, culturales… y políticos, incluyendo a diputados de partidos de derechas. En el otro lado de la mesa tenemos al alcalde republicano, José González Fernández de la Bandera, del Partido Radical de Martínez Barrios y personaje clave para frenar la Sanjurjada de 1932 (sería fusilado por ello en agosto de 1936 junto a Blas Infante, el padre de la patria andaluza), enfrascado en dar todas las facilidades del mundo a las hermandades para que salieran.
Durante estos dos años, ésta sería la constante: las autoridades republicanas de izquierda haciendo todo lo posible para que la Semana Santa se desarrollase con normalidad, mientras las fuerzas conservadoras buscaban justo lo contrario para así desestabilizar al Gobierno.
-Fosas y más fosas.
*Cementerio de Gandía.
Se sabe que hay 62 fusilados tras la guerra contra el fascismo, y hasta ahora se desconocía el lugar de enterramiento.
Se sigue trabajando en la recuperación de los represaliados sepultados amontonados en una fosa en el cementerio, donde ya han aparecido nueve esqueletos.
Las instituciones se comprometen a situar un memorial allí donde fueron arrojados.
*Provincia de Alicante.
76 de las 541 fosas de represaliados de la Guerra Civil y la dictadura en la Comunidad Valenciana están en la provincia de Alicante.
De ellas, las relacionadas con la represión franquista son 51; 18 serían de la represión tras la guerra; 2 son fosas de combatientes; y 5 de otro tipo de episodios como víctimas de bombardeos. En 55 de ellas se ha intervenido ya y en 21 todavía no; es decir, no se ha actuado aún para exhumar los restos de las víctimas. En la provincia se han localizado 287 restos de represaliados de la Dictadura y se han identificado a 20 personas.
Fosas comunes que hay en cada municipio. En Alicante ciudad se ubican 41 de estas fosas; 4 en Dénia; 3 en Alcoy; 3 en Elda; y 3 en Xixona. En Pego, Benissa, Elche y Orihuela hay 2; y una en municipios como Xàbia, Villena, Ibi, Sax, Petrer, Monóvar, Novelda, Hondón de las Nieves, Crevillent, Albatera, San Isidro, Callosa, Benejúzar, Bigastro y Guardamar.
*Dieciséis placas recuerdan a los 850 represaliados de la fosa común de Burgos.
La Coordinadora para la Recuperación de la Memoria Histórica hará un homenaje a las víctimas para el 16 de abril.
En total se han instalado 16 placas, en las que se listan los nombres de más de 850 represaliados, conseguidos tras una ardua investigación entre archivos, documentos históricos y publicaciones. Comenzaron con una pequeña lista de 300 nombres, pero han conseguido sacar esos 850, solicitando también difusión a asociaciones de toda España.
Son víctimas de la Guerra Civil y el Franquismo, fusilados entre 1936 y 1945, procedentes de todo el país.