Repasando la historia:
-El hundimiento del barco nazi Wilhelm Gustloff.
La 2ª Guerra Mundial contra el fascismo tiene una importante y desconocida historia desarrollada en el mar, en la guerra marítima y submarina.
Fueron los submarinos fascistas los que al inicio de la guerra declararon enemigos a hundir a barcos de transporte y con pasajeros, cebándose con los mercantes británicos en su intento de aislar las islas y luego con los botes de civiles soviéticos a partir de 1941.
Los acuerdos internacionales poco importaban y solo tratos de guerra acordaron que los barcos con civiles no debieran ser objetivos de guerra principal, una vez declarada la contienda en todos los mares.
Por la historia sabemos que los alemanes poco o nada cumplieron de ese ‘acuerdo de guerreros’, y se cuentan por miles los muertos en los diferentes mares y frentes.
Pero la guerra transcurría implacable y para finales de 1944 los nazis sabían perfectamente que tenían la contienda perdida, y que el avance soviético por el Este rodearía totalmente esa parte de Alemania en pocas semanas.
El 23 de enero de 1945, los alemanes empiezan la operación marítima Aníbal, ordenada por el almirante nazi Dönitz en la que obliga la evacuación de Prusia Oriental y el corredor polaco de dos millones y medio de sus compatriotas que se ven en peligro ante «el imparable avance soviético».
Desde el puerto polaco de Gotenhafen, empiezan a salir barcos, de guerra y mercantes, con oficiales, soldados, civiles y materiales, con destino al puerto alemán de Kiel, cercano a Dinamarca.
El 30 de enero de 1945, a las 12,30 h. el buque Wilhelm Gustloff sale del puerto.
Es un barco enorme, que botado en 1937 en Hamburgo con la presencia personal de Hitler, está destinado a crucero de alto lujo diseñado para viajes de placer de la burguesía alemana, como así se hace desde 1938 a mayo de 1939.
Le pusieron ese nombre en honor al criminal cabecilla nazi suizo ejecutado en 1936 por un judío hijo de un exterminado en un campo de concentración.
Puede albergar 1.880 personas entre tripulantes y viajeros. Incluso en una de dichas travesías, repatrió a Alemania desde España a la criminal Legión Cóndor. En 1938 hace labores de transporte de civiles y nazis para que voten a favor de la anexión de Austria a Alemania.
En 1939 se reconvierte en buque hospital. Así actuó en las campañas de Polonia y Noruega. Más tarde, en la mayor bahía del Báltico, en Szczecin, Polonia, reconvirtieron el buque en residencia de entrenamiento de guerra antisubmarina, o sea, en buque nodriza de submarinos. Se le añadieron ametralladoras antiaéreas. O sea, dejó de ser un barco «civil» para pasar abiertamente a ser un barco militar.
Desde ese 23 de enero de 1945, los nazis destinaron a dicha evacuación marítima a 1.100 buques, contando pesqueros y botes civiles. Ese 30 de enero le tocó el turno de salida al gran Wilhelm Gustloff, reconvertido en buque militar de transporte.
Era un día de nieve, de duro invierno, enorme viento, mar semicongelado y 10 grados bajo cero de temperatura. El enorme barco de 208,5 metros de eslora se adentra en el mar con todas las luces apagadas, en busca de un convoy de defensa nazi. Cuando les parece ver entre la nieve que acorta la visión un buque amigo, como señal encienden la luz. Ante esa alarma visual, el periscopio del submarino soviético S-13 que patrulla por esas aguas, lo avista. Maniobra y dispara un abanico de 4 torpedos. 3 impactan de lleno en el gigantesco buque militar de transporte. El primero en la amura de babor, el segundo en el alojamiento de las CFA y el tercero delante de la sala de máquinas. En pocos minutos, por los impactos directos, el barco se hunde.
Sólo años después se ha sabido concretar datos y pasajeros de aquel buque nazi de la muerte.
En él viajaban sus 173 tripulantes, con 918 oficiales, suboficiales y marinos nazis, concretamente de una división de guerra antisubmarina. Les acompañan (a los jefes) sus familias. Habían embarcado también 373 nazis del Cuerpo Femenino Auxiliar de la Kriegsmarine. También 162 soldados nazis heridos. Los nazis además, habían metido en un barco para menos de 1.900 personas a 8.956 civiles alemanes (medio millar familias de jerarcas militares), y de todos ellos unos 4.000 niños. O sea, al menos 10.582 personas a bordo.
El número de muertos por el hundimiento del barco y la congelación inmediata de los que caían al mar fue de 9.343, y los supervivientes (recogidos por otros barcos nazis de las cercanías), unos 1.239.
Se atacó un barco militar de transporte nazi, con al menos 1.600 fuerzas marinas nazis (y medio millar de sus familiares), pero el atestamiento absoluto de un barco relleno de civiles costó la vida también a 7.500 de ellos.
Se trata de la mayor tragedia marítima de la guerra, y de la historia reciente.
-El caso antagónico.
Cap Arcona, y sus judíos muertos.
El Cap Arcona era otro de los trasatlánticos alemanes de alto lujo. En el desarrollo de la guerra, se usó para evacuar a civiles y militares. Pero se averiaron sus motores y lo fondearon en el puerto de Lübeck.
Ya en abril de 1945, con la guerra totalmente perdida, los nazis no querían dejar rastro alguno de sus brutales crímenes y horrores. Himmler decide que los deportados y presos judíos no podían quedar vivos como ejemplo para los aliados de los horrores nazis. Decidió embarcarlos en el Cap Arcona y en otros menores, todos los que entrasen, y hundir los barcos en alta mar. Para ello movilizó a decenas de miles de presos, ya famélicos, en interminables caminatas hasta el barco que les llevaría a la muerte. Muchos fueron asesinados en el camino por las SS o cayeron muertos cuando ya no podían más. Procedían de los campos de concentración de Neuengamme y Stutthof.
Entre el 19 y el 26 de abril de 1945 los nazis metieron a 6.500 supervivientes de las marchas en el Cap Arcona. A otros varios miles, en otros dos barcos, no adaptados a fines militares, como tampoco lo estaba el Cap Arcona por haber estado averiado.
El 3 de mayo, con Hitler ya muerto y los soviéticos en Berlín, los nazis llevaban los enormes buques de la muerte a alta mar para que sus submarinos U-Boot los hundieran.
No sucedió así en la realidad. A las 14,30 h. de ese día, aviones británicos, con un día despejado y apto, descargaron bombas y dispararon sobre el Cap Arcona y otros varios barcos con presos y esclavos a bordo.
En el Cap Arcona, mataron a 4.500 personas. En el Thielbeck, a 2.800. También atacaron el barco con presos Atenas. En total, 7.500 presos de los nazis muertos.
Bua, no tenía ni idea, me ha encantado este artículo de historia. Gracias