Luchas obreras rescatadas del olvido.
Agenda.
-El maestro Huerta
De la mina “La Despreciada”- Antofagasta
«Cuando vaya usted al Norte, señor,
vaya a la mina “La Despreciada”,
y pregunte por el maestro Huerta.
Desde lejos no verá nada,
sino los grises arenales.
Luego, verá las estructuras,
el andarivel, los desmontes.
Las fatigas, los sufrimientos
no se ven, están bajo tierra
moviéndose, rompiendo seres,
o bien descansan, extendidos,
transformándose, silenciosos.
Era “picano” el maestro Huerta.
Medía 1.95 m.
Los picanos son los que rompen
el terreno hacia el desnivel,
cuando la veta se rebaja.
500 metros abajo,
con el agua hasta la cintura,
el picano pica que pica.
No sale del infierno sino
cada cuarenta y ocho horas,
hasta que las perforadoras
en la roca, en la oscuridad,
en el barro, dejan la pulpa
por donde camina la mina.
El maestro Huerta, gran picano,
parecía que llenaba el pique
con sus espaldas. Entraba
cantando como un capitán.
Salía agrietado, amarillo,
corcovado, reseco, y sus ojos
miraban como los de un muerto.
Después se arrastró por la mina.
Ya no pudo bajar al pique.
El antimonio le comió las tripas.
Enflaqueció, que daba miedo,
pero no podía andar.
Las piernas las tenía picadas
como por puntas, y como era
tan alto, parecía
como un fantasma hambriento
pidiendo sin pedir, usted sabe.
No tenía treinta años cumplidos.
Pregunto dónde está enterrado.
Nadie se lo podrá decir,
porque la arena y el viento derriban
y entierran las cruces, más tarde.
Es arriba, en “La Despreciada”,
donde trabajó el maestro Huerta.»
Pablo Neruda
Canto General
(Poema dedicado a los mineros chilenos)
-«…Entonces, yo soy comunista.
Si luchar por aumentos de salarios y
mejores condiciones de vida y trabajo a
favor de los trabajadores como lo hice y ha
sido el pretexto para encarcelarme, es ser
comunista; entonces, yo soy comunista.
Si luchar porque se respete el derecho
de huelga como lo hice al frente del
Sindicato Ferrocarrilero y por eso se me
ha privado de libertad, es ser comunista;
entonces, soy comunista.
Si luchar porque no haya charros en
los Sindicatos y estos sean independientes
y no apéndices de las empresas y del
Estado como lo hice encabezando a los
ferrocarrileros, es ser comunista; entonces,
soy comunista.
Si luchar porque se respete el derecho
de los trabajadores de elegir y sostener
a sus dirigentes como lo hice apoyado
por los ferrocarrileros, es ser comunista;
entonces, yo soy comunista.
Si apoyar a los campesinos en sus
luchas porque el reparto de la tierra
sea total y se les proporcione créditos
y refacciones para trabajarla, es ser
comunista; entonces, yo soy comunista.
…/…/…
Lo que no soy ni seré jamás, es ser
traidor a mis convicciones, a mi clase, a mi
pueblo y a mi patria, cualquiera que sean las
circunstancias que la vida me depare.
(Del libro de Demetrio Vallejo, Yo acuso, escrito en la cárcel en 1962)