Internacional:
Italia
-Una brecha abierta al horror.
¡Cierren los módulos 41 bis!
Desde el 28 de febrero, mientras el anarquista Alfredo Cospito seguía ayunando, otro preso inició una huelga de hambre en la sección 41 bis de la cárcel de Bancali (Cerdeña). Se trata de Domenico Porcelli. Originario de Bari,
Domenico fue detenido en 2018 y condenado en primera instancia a más de 26 años de prisión por una «asociación mafiosa» que supuestamente se dedicaba principalmente al tráfico de drogas. Sin embargo, los delitos más graves imputados a este presunto «clan» son relativamente menores: un robo en un supermercado, el incendio de una granja, el intento de asesinato de un rival en los negocios y amenazas enviadas por correo a un periodista. Hace unos meses, a Domenico se le renovó la aplicación del 41 bis tras cuatro años en este régimen. Debido a ello, Domenico decidió privarse de alimentos. Pidió una entrevista con el Ministro de (in)Justicia Nordio, que sin embargo -como de costumbre…- hizo oídos sordos.
El caso de Domenico Porcelli es realmente emblemático.
Introducida sobre la ola emocional de las masacres de Capaci y via D’Amelio (por las que, conviene recordarlo, fueron condenadas personas inocentes, víctimas de un engaño destinado a encubrir otras responsabilidades mucho más elevadas), la ley 41 bis se introdujo en 1992 con el objetivo declarado de impedir cualquier comunicación entre la facción de Cosa Nostra afectada por los «maxi-juicios» y sus compinches exteriores, y con el compromiso político de utilizarla sólo durante el tiempo necesario para hacer frente a la Emergencia.
Pero como siempre ocurre con las Urgencias y los ‘monstruos de primera plana’, la utilización de este régimen ha ido inmediatamente más allá, materializándose en un régimen de tortura del que sólo se puede salir de dos maneras: colaborando o muriendo. Pues bien, como la inmensa mayoría de los 750 encarcelados en esta prisión de aniquilación, Domenico Porcelli no es ni un ‘capo’ ni un ‘mafioso’. Como la mayoría de estos reclusos, no está acusado de matar a nadie. Como un tercio de ellos, sigue a la espera de la sentencia definitiva. Como tantos otros, no puede cooperar con la «justicia» ni comunicarse con ninguna organización exterior, ya que todos los presuntos miembros de su banda están ya en prisión. Por último, como la inmensa mayoría de los reclusos del 41 bis, Domenico es culpable de haber nacido en el lugar equivocado: esa colonia interna que siempre ha sido el sur de Italia. Y probablemente se encontraría en una prisión ordinaria (si no en arresto domiciliario), así como amenazado con una condena más leve, si no le hubiera sobrevenido esa «circunstancia agravante mafiosa» reservada siempre a los «terroni»1.
Con todos sus instrumentos de tortura (deportación a islas y lugares remotos, encarcelamiento durante 22 horas al día en celdas de pocos metros de largo, plexiglás en las ventanas, sólo una hora de entrevista al mes con la mampara de cristal, ‘paseo’ en un patio minúsculo con muros muy altos y un cielo blindado, impedimento sustancial para la lectura y las llamadas telefónicas…), la infamia del 41 bis en treinta años no ha hecho más que extenderse. Y no sólo en el tiempo, sino también a las nuevas categorías a las que se aplica: desde revolucionarios (los brigadistas Lioce, Morandi y Mezzasalma, encerrados allí desde hace veinte años, y hoy el anarquista Alfredo Cospito) hasta supuestos «terroristas islámicos», generalmente desgraciados golpeados por fabricaciones alucinantes (a menudo «culpables» sólo de haber «incitado a la Yihad» en Facebook o de haberse «radicalizado» viendo vídeos del ISIS). ¿A quién le tocará ahora, cuando desde Ucrania se acerque cada vez más la guerra, con toda su carga de empobrecimiento, militarización de la sociedad y mano dura contra los que disienten? ¿Qué nuevos y supuestos ‘monstruos’ se tragará esa prisión de guerra llamada 41bis? E incluso si son verdaderos ‘monstruos’ -‘con cuernos y colmillos’- ¿sería aceptable la existencia de un régimen de tortura?
Desafiando la brutalidad del Estado, la lucha de Alfredo Cospito ha abierto una brecha en otra habitación de los horrores. No permitamos que vuelva a cerrarse.
Solidaridad con la lucha de Domenico Porcelli, ¡aún en huelga de hambre y en peligro de perder la vida! ¡Solidaridad con Alfredo Cospito!
¡El 41 bis es una tortura y debe cerrarse!
Círculo de Cabana de Rovereto
1. Término ofensivo utilizados por los fascistas del norte de Italia para definir los que viven en el sur de Italia
Palestina
-La ocupación israelí aprueba la construcción de 5.623 nuevas viviendas en asentamiento ilegales en Cisjordania ocupada.
En menos de seis meses de 2023 se han adelantado planes para más de 13.000 viviendas en Cisjordania frente a las más de 4.000 de 2022. El actual gobierno liderado por los colonos ha intensificado la represión y la apropiación de tierras palestinas para construir mas colonias en territorios ocupados.
Esta energía colonizadora es la reacción a la débil e hipócrita reacción de EEUU y la Comunidad Europea que se ha dedicado solo a “condenar”, sabiendo que estas condenas no aportan nada.
Por su parte, la ONU insta una vez más al gobierno de Tel Aviv a poner fin a la expansión de dichos asentamientos, para no hacer nada efectivo.
–https://www.palestinalibre.org/articulo.php?a=78730
Uruguay
-Se cumplen 50 Años del Golpe cívico-militar en Uruguay
465 víctimas de la dictadura de 1973 a 1985.
Si bien el 27 de junio de 1973 marcó un antes y un después en la historia del país, tuvo un gran impacto en otros países que acogieron a cientos de personas exiliadas.
Ese mismo 27 de junio de 1973, los trabajadores y la Convención Nacional de Trabajadores (CNT) empezaron la Huelga General más larga de la historia del país. Duró 15 días. El 30 de junio, el dictador y sus cómplices ilegalizaron la CNT. Un año después, en noviembre de 1974, la dictadura cerró Marcha. En sus páginas, habían escrito y escribían intelectuales como Jorge Luis Borges, Juan Carlos Onetti, Rodolfo Walsh, Eduardo Galeano y Mario Benedetti.
–https://resumen.cl/articulos/a-50-anos-del-golpe-civico-militar-en-uruguay